Hace poco me di cuenta de que, salvo honrosas excepciones, el lugar de nacimiento de un político dice mucho de él. Quizás sea casualidad o no, pero en cada comunidad autónoma se da una especie de político genuina de dicha región y que no tiene imitación en el resto de España. Bueno, excepto un rasgo que es común a todos: el poder como única verdad.
Es necesario empezar por la región que más ha influido en nuestra historia democrática desde la muerte de Franco, que es Castilla y León. Aquí han nacido biológica o políticamente 3 de los 5 presidentes del gobierno que han pasado por la Moncloa hasta la fecha: Adolfo Suárez, José María Aznar y Zapatero.
Sin lugar a dudas Adolfo Suárez acertó a pronunciar una frase que, para mí, es la esencia de toda democracia que quiera ser real y no una farsa realmente llamada oclocracia: elevar a rango de categoría política lo que es normal en la calle. Nunca un régimen político puede darle las espaldas a su sociedad. En el momento que el poder político intente dominar a la sociedad y no servir a esa sociedad, la política deja de ser política y la tiranía se abre paso sin ningún tipo de reservas. Adolfo Suárez acertó a poner la política, su política, al nivel de los deseos y las necesidades de la sociedad española de entonces, que pedía libertad y democracia por encima de interesas partidistas o ajustes de viejas cuentas que ahora, precisamente, en el 2008 pretenden Zapatero y Garzón cobrarse para mayor gloria. Quizás Adolfo Suárez no supo articular un partido de centro real, pues la UCD fue una máscara de poder que en cuanto desapareció el poder no quedó nada dentro del cascarón, pero también es verdad que Adolfo Suárez ha sido, seguramente, el único político que ha gobernado o tomado decisiones cediendo poder y a favor de la sociedad. Que luego con el tiempo los resultados de ciertas políticas de UCD y ciertos pactos constitucionales hayan servido directamente a los partidos separatistas, es otra cosa. Pero qué duda cabe que Suárez hizo por aquel entonces lo que era más necesario de hacer pero también lo más difícil. Y ahí tenemos sino el golpe de Estado del 23-F que, análisis aparte, representó el testimonio de un sector inmovilista dispuesto a hacer de la democracia un paréntesis en la historia de España, tal y como Suárez dijo momentos antes cuando anunció su dimisión como presidente del gobierno (“yo no quiero que la democracia sea un paréntesis en la historia de España”).
Después de Suárez vino José María Aznar, que no nació biológicamente en Castilla pero sí forjó aquí su destino político, siendo presidente de su parlamento autonómico. Aznar llegó al poder 14 años después de que la UCD perdiese el gobierno a favor del PSOE, por lo que se encontró con una España muy diferente a aquella España post franquista. Diferente en algunos sentidos, claro, porque la calidad democrática de 1996 después de 14 años felipistas no era mucho mejor que la de 1977, por ejemplo. En 1977 existía la sensación, la creencia, de que había una eternidad por escribir, de que se podían lograr grandes cosas. En 1996 ya había mucho escrito y que pesaban en las espaldas de una sociedad que veía la clase política con un descrédito realmente alarmante. Quizás el Partido Popular en su primera legislatura supiera guiarse un poco por la inercia de regeneración democrática que tanto había prometido en la oposición y que tanto había entusiasmado a muchos sectores de la sociedad, sobre todo a gente joven, aunque parezca mentira.
Pero una vez comprobado que la regeneración democrática se limitaba a que nadie del gobierno popular robase ni matase, se pasó a dar como buenas unas políticas económicas muy acertadas y una lucha contra la ETA sin marejadilla de GAL de fondo y con la determinación, claridad y fortaleza de alguien como Mayor Oreja, respaldado entonces, todo hay que decirlo, por José María Aznar. Hace no mucho tiempo, uno de los dirigentes del PNV, no recuerdo cuál porque tampoco importa, dijo que el hecho de que Aznar fuese una víctima del terrorismo lo incapacitaba para luchar contra la ETA, más o menos. Aquí tenemos un ejemplo diamantino de cómo le molestó al partido jelkide que el PP llevase a ETA a los peores momentos de su historia, hasta casi hacerla desaparecer. Para mí el mayor mérito que tuvo Aznar en sus 8 años de gobierno, aunque conforme pasaron los años se fue deteriorando a marchas forzadas, fue la fortaleza y la dignidad con las víctimas del terrorismo y contra ETA que exhibió el gobierno del PP, devolviendo el reconocimiento y el valor a todos los caídos a manos de la ETA y situando a los etarras y a todo su entramado al borde de la derrota tanto política como militar. Y esto es algo que hay que tener siempre en cuenta a la hora de valorar los 8 años de Aznar, positivos no solamente por la política económica sino también por su política contra el terrorismo. Es verdad que se cerraron con un clima de soberbia y prepotencia instaladas en la Moncloa y en Génova 13, con el remate final de la desastrosa comunicación y gestión de la masacre del 11-M, pero con el paso del tiempo se verá, hasta qué punto, España necesitaba esa política económica y nacional que el Partido Popular de Aznar dotó a España.
Y por último ejemplar castellano leonés tenemos a Zapatero, cuyo testamento político lleva escribiendo desde que ganó, gracias a la manipulación de 200 muertos, las elecciones del 2004. Es difícil decir algo bueno de Zapatero, porque su principal defecto anula cualquier bondad que pueda tener, pero quizás detrás del radicalismo tan osado que perfuma todas sus decisiones políticas, quizás se encuentre el pleno convencimiento de que hace lo que hace porque, en el fondo, cree en ello. Pero hasta hoy el saldo político de Zapatero no puede ser otro que el descrédito, el ya no tener saldo. Se equivocó profundamente con la ETA y no ha tenido ni siquiera el valor de pedir perdón a los españoles. Ha puesto en marcha una política exterior que ha llevado a España a tener como aliados únicamente a dictadores bananeros de Latinoamérica. Ha estado negando una crisis económica que aunque es mundial no sabe ni por donde coger. Y ha estado formando gobiernos que son, con diferencia, los más nefastos e ineptos de toda la historia no solamente de nuestra democracia sino de nuestro legado político moderno, desde los reyes católicos allá por 1492. Con todo esto, ¿qué bueno se puede decir de Zapatero? Que ha impulsado leyes sociales que han sido bien acogidas por una gran mayoría de la sociedad como el matrimonio homosexual, la ley de la dependencia o la ayuda al alquiler. Es verdad que son leyes destinadas a colectivos concretos de la sociedad pero que han supuesto que los españoles ahora seamos más iguales que antes, pero lo que es a nivel de alta política Zapatero ha fracasado de manera íntegramente estrepitosa.
martes, 30 de septiembre de 2008
lunes, 22 de septiembre de 2008
MARIANO SE RECREA
No hay nada como las entrevistas dominicales a los políticos para que saquen todo lo que llevan dentro, o casi todo, y se refleje la catadura moral del personaje. Y después de entrevistas antológicas a Gallardón y a Esperanza donde ambos coincidían en su intención de quitarle el puesto a Rajoy en el 2011, este domingo le tocaba a Mariano destapar el tarro de sus esencias, un tarro por otro lado bastante vacío, pues si de algo se puede jactar Mariano es de tener más esencias que las de sus habanos.
Por mucho que el congreso soviético de Valencia hiciera la función de enjuague bucal y quitase del medio a los pocos políticos del PP que osaron no arrodillarte ante el despotín gallego, nadie duda de que el Partido Popular vive una situación de interinidad insoportable. A día de hoy, se podría decir, que en el PP se dan cita todas las más bajas y miserables pasiones que pueden encontrarse en la política, desde el cinismo al peloteo; desde la conspiración a la sumisión; desde el oportunismo a la prostitución ideológica. Todo esto, claro está, con un claro culpable de fondo, Mariano Rajoy Brey, el cual después de 2 derrotar que lo incapacitaban para seguir al frente del PP, decidió quedarse con esas maneras despóticas por todos conocidos que le han inhabilitado para ser presidente del partido y no digamos ya del gobierno de España. Los votantes del PP ni quieren ni creen en Rajoy, una gran mayoría, pero aún existen un número importante de electores cuyo odio a Zapatero es mayor que el odio que sienten por Rajoy. Cambien odio por desprecio, la ecuación seguirá igual.
Nos dice Rajoy en su entrevista dominical, que él es su mayor crítico, que es muy duro consigo mismo y que no siente odio ni rencor hacia nadie. Por eso mismo orquestó las campañas contra María San Gil, Aznar o Federico Jiménez Losantos, porque él no es rencoroso de ninguna manera. Y, además, la prueba es que dejó fuera del cargo oficial a Elorriaga no por la carta que escribió en contra del despotín, ni mucho menos. Porque esta carta abierta de Elorriega fue lo único que le dolió a Rajoy de todo lo que se dijo o hizo desde su anuncio de seguir en el PP al precio que fuese. Ni comprendió entonces la carta, ni lo comprende hoy. Rajoy sigue sin comprender por qué Elorriega publicó una carta donde decía, abiertamente, que Rajoy debía irse.
Pero no termina aquí la cosa, porque también nos cuenta con detalle cómo eligió el traje para ir al debate televisado con Zapatero. Además para Mariano eso de que la imagen influye en el voto es una tontería. Una solemne idiotez, quizá quiso decir. Lo mejor, no obstante, lo acapara la pregunta final, y es cuando se le formula si cree que será presidente del gobierno, a lo que él contesta que sí, que no lo cree nadie pero él está seguro. ¿Cabe mayor muestra de chulería, despotismo, prepotencia e ignorancia en una respuesta? No. Porque con esto viene a decirnos que el sigue en el PP porque sí, porque él cree que debe de seguir, aunque no crea nadie en él. Y si fue un dedo quien lo puso, ahora son sus cojones quien lo mantienen, y perdón por la expresión.
Claro que este fin de semana no solamente ha sido el dominical una fuente de sabiduría popular, sino que en el congreso de Madrid, el cual Gallardón cedió mansamente a Esperanza, dijo el alcalde de la capital que Esperanza tiene que ayudar a Rajoy a ganar. Desde luego Gallardón, otro que tal baila. No solamente porque no hace mucho dijo que el partido elegiría en el 2011 al candidato a la Moncloa, que podía ser o no Mariano, “el mejor del partido por entonces”, vino a decir; sino porque no habría alfombrado la victoria de Aguirre si no supiera que sus fuerzas deben reservarse para el 2011, el asalto final.
Puede ser que a muchos les parezca divertida esta sucesión de capítulos de intrigas y luchas intestinas en el Partido Popular, pero Mariano Rajoy Brey es el responsable de que a día de hoy no exista una alternativa democrática al desastre sin paliativos que es el partido socialista de Zapatero. Mariano Rajoy ha matado la alternativa y la ilusión, y por mucho que se aferre a que la crisis económica sea tan feroz que el hambre y la desesperación de muchos españoles les haga votar al PP, si es que ganase las elecciones sobre este panorama de excepción y de crisis social, jamás podrá decir que es presidente de su país porque así lo quisieron la mayoría de los españoles. Rajoy sabe que no lo quieren, pero juega con la carta de no haber otra cosa a mano en una situación de alarma. Aunque, insisto, también en 1993 Felipe estaba contra las cuerdas por la crisis, el paro y la corrupción al por mayor, y ganó las elecciones. A lo mejor esto Rajoy lo ha olvidado, como sólo quiere mirar al futuro….
Por mucho que el congreso soviético de Valencia hiciera la función de enjuague bucal y quitase del medio a los pocos políticos del PP que osaron no arrodillarte ante el despotín gallego, nadie duda de que el Partido Popular vive una situación de interinidad insoportable. A día de hoy, se podría decir, que en el PP se dan cita todas las más bajas y miserables pasiones que pueden encontrarse en la política, desde el cinismo al peloteo; desde la conspiración a la sumisión; desde el oportunismo a la prostitución ideológica. Todo esto, claro está, con un claro culpable de fondo, Mariano Rajoy Brey, el cual después de 2 derrotar que lo incapacitaban para seguir al frente del PP, decidió quedarse con esas maneras despóticas por todos conocidos que le han inhabilitado para ser presidente del partido y no digamos ya del gobierno de España. Los votantes del PP ni quieren ni creen en Rajoy, una gran mayoría, pero aún existen un número importante de electores cuyo odio a Zapatero es mayor que el odio que sienten por Rajoy. Cambien odio por desprecio, la ecuación seguirá igual.
Nos dice Rajoy en su entrevista dominical, que él es su mayor crítico, que es muy duro consigo mismo y que no siente odio ni rencor hacia nadie. Por eso mismo orquestó las campañas contra María San Gil, Aznar o Federico Jiménez Losantos, porque él no es rencoroso de ninguna manera. Y, además, la prueba es que dejó fuera del cargo oficial a Elorriaga no por la carta que escribió en contra del despotín, ni mucho menos. Porque esta carta abierta de Elorriega fue lo único que le dolió a Rajoy de todo lo que se dijo o hizo desde su anuncio de seguir en el PP al precio que fuese. Ni comprendió entonces la carta, ni lo comprende hoy. Rajoy sigue sin comprender por qué Elorriega publicó una carta donde decía, abiertamente, que Rajoy debía irse.
Pero no termina aquí la cosa, porque también nos cuenta con detalle cómo eligió el traje para ir al debate televisado con Zapatero. Además para Mariano eso de que la imagen influye en el voto es una tontería. Una solemne idiotez, quizá quiso decir. Lo mejor, no obstante, lo acapara la pregunta final, y es cuando se le formula si cree que será presidente del gobierno, a lo que él contesta que sí, que no lo cree nadie pero él está seguro. ¿Cabe mayor muestra de chulería, despotismo, prepotencia e ignorancia en una respuesta? No. Porque con esto viene a decirnos que el sigue en el PP porque sí, porque él cree que debe de seguir, aunque no crea nadie en él. Y si fue un dedo quien lo puso, ahora son sus cojones quien lo mantienen, y perdón por la expresión.
Claro que este fin de semana no solamente ha sido el dominical una fuente de sabiduría popular, sino que en el congreso de Madrid, el cual Gallardón cedió mansamente a Esperanza, dijo el alcalde de la capital que Esperanza tiene que ayudar a Rajoy a ganar. Desde luego Gallardón, otro que tal baila. No solamente porque no hace mucho dijo que el partido elegiría en el 2011 al candidato a la Moncloa, que podía ser o no Mariano, “el mejor del partido por entonces”, vino a decir; sino porque no habría alfombrado la victoria de Aguirre si no supiera que sus fuerzas deben reservarse para el 2011, el asalto final.
Puede ser que a muchos les parezca divertida esta sucesión de capítulos de intrigas y luchas intestinas en el Partido Popular, pero Mariano Rajoy Brey es el responsable de que a día de hoy no exista una alternativa democrática al desastre sin paliativos que es el partido socialista de Zapatero. Mariano Rajoy ha matado la alternativa y la ilusión, y por mucho que se aferre a que la crisis económica sea tan feroz que el hambre y la desesperación de muchos españoles les haga votar al PP, si es que ganase las elecciones sobre este panorama de excepción y de crisis social, jamás podrá decir que es presidente de su país porque así lo quisieron la mayoría de los españoles. Rajoy sabe que no lo quieren, pero juega con la carta de no haber otra cosa a mano en una situación de alarma. Aunque, insisto, también en 1993 Felipe estaba contra las cuerdas por la crisis, el paro y la corrupción al por mayor, y ganó las elecciones. A lo mejor esto Rajoy lo ha olvidado, como sólo quiere mirar al futuro….
sábado, 20 de septiembre de 2008
QUIEN QUIERE COMER CON RAJOY
A estas alturas yo ya estoy empezando a pensar que quien escribe el guión en este nuevo PP es un gran aliado del PSOE. No ya por las formas soviéticas y miserables que tuvo Rajoy y su equipo de palmeros y estómagos agradecidos de preparar el famoso congreso valenciano, sino por los pasos que, desde entonces, ha seguido este nuevo PP de Rajoy hasta ahora, un PP que ha dejado de ser un partido político para pasar a ser una pandilla de palmeros, hoy del pontevedrés y mañana del Rajoy que haya de turno, posiblemente Gallardón.
Ya no es que el PP en las política que haga sea un partido vacío de coherencia y muchas veces de ideas, y ahora casi siempre de memoria, sino que aquellos que seguro que cobrarán un gran sueldo de Génova 13 no tienen otra cosa que inventar que pedir a los españoles que manden videos con sus ideas para participar en un concurso donde el ganador se lleva una comida con Rajoy. ¡Una comida con Rajoy!, no con Madonna, no, no. Ni siquiera con Bisbal, que va. Tampoco con Raphael, para los clásicos. ¡Con Rajoy, una comida con Rajoy!, con razón el partido socialista, donde escasean los cerebros con muchas ideas, ha visto el cielo abierto para reírse de tal magno premio que lejos de animar a los ciudadanos seguramente los espante.
Ha sido Pons quien presentó esta idea, es verdad, pero me resisto a pensar que tamaña idiotez propia de un partido progre y desnortado, entregado en brazos de la superficialidad y el defecto de no tener ni vergüenza ajena ni propia, haya partido del Valenciano. Personalmente creo que esta idea tiene que partir de alguien como Lasalle o, por qué no, de la inmensa Soraya, que cada día esta más inmensa, como siga así no entrará en el sillón de su escaño parlamentario por su engorde político imparable, ¡qué carisma, que saber hablar, qué contundencia, la de esta Soraya, de profesión amiga de la mujer de Rajoy!.
Explican estos del PP que el proyecto va encaminado a conectar con los ciudadanos a través de Internet, que es el futuro, que es lo moderno. Y yo me pregunto, ¿no sería más fácil conectar con la gente en la calle, en las ciudades, en los barrios, en las universidades?. Pues no, ellos prefieren esto de Internet que así no tienen que mancharse las manos y, como mucho, tendrán que comer con el premiado. Y no es lo mismo una comida personal que aguantar en la calle a muchos ciudadanos que, en ocasiones, no se acercan a besarte precisamente.
Yo supongo que ya estarán todos los de Nuevas Generaciones partiéndose la sesera y las cámaras de video para inundar la web de comer con Rajoy y así poder decir luego que ha sido todo un éxito el llamamiento del PP y que la gente está con Rajoy. Ninguna duda hay que tener de que esto será así. No sé si ya llegarán a la osadía de comer con un miembro de NNNGG, previamente pactado y controlado por el equipo de Génova, por qué no. En todo caso, quedan ya pocos días para saber el veredicto final.
Y mientras tanto la mayor preocupación del PP ahora es la filtración del video de Aena a "el País", algo intolerable. Es que ahora va a ser que no han existido filtraciones mucho más duras y crueles en nuestra historia, incluso mucho más comprometidas. Pues no, la culpa de la filtración es, como no, de Zapatero. Y es que Cospedal, en su afán por lenguetear sin pudor el trasero de Rajoy, ya empieza a ser como Pepiño, que culpa de todo a Aznar. Pues Cospedal, a Zapatero. Dice la Manchega que Zapatero, con esto de la filtración está despreciando a las víctimas. No, no, Cospedal, despreciar a las víctimas es entregar a los familiares el primer cuerpo que se pille de entre los cadáveres, como vosotros hicísteis con el Yack 42. Como dice una de las mejores canciones de Serrat, "nunca es triste la verdad, lo que no tiene es remedio". Y está claro que vosotros ni ténéis remedio ni ya respetáis un mínimo a la verdad.
Ya no es que el PP en las política que haga sea un partido vacío de coherencia y muchas veces de ideas, y ahora casi siempre de memoria, sino que aquellos que seguro que cobrarán un gran sueldo de Génova 13 no tienen otra cosa que inventar que pedir a los españoles que manden videos con sus ideas para participar en un concurso donde el ganador se lleva una comida con Rajoy. ¡Una comida con Rajoy!, no con Madonna, no, no. Ni siquiera con Bisbal, que va. Tampoco con Raphael, para los clásicos. ¡Con Rajoy, una comida con Rajoy!, con razón el partido socialista, donde escasean los cerebros con muchas ideas, ha visto el cielo abierto para reírse de tal magno premio que lejos de animar a los ciudadanos seguramente los espante.
Ha sido Pons quien presentó esta idea, es verdad, pero me resisto a pensar que tamaña idiotez propia de un partido progre y desnortado, entregado en brazos de la superficialidad y el defecto de no tener ni vergüenza ajena ni propia, haya partido del Valenciano. Personalmente creo que esta idea tiene que partir de alguien como Lasalle o, por qué no, de la inmensa Soraya, que cada día esta más inmensa, como siga así no entrará en el sillón de su escaño parlamentario por su engorde político imparable, ¡qué carisma, que saber hablar, qué contundencia, la de esta Soraya, de profesión amiga de la mujer de Rajoy!.
Explican estos del PP que el proyecto va encaminado a conectar con los ciudadanos a través de Internet, que es el futuro, que es lo moderno. Y yo me pregunto, ¿no sería más fácil conectar con la gente en la calle, en las ciudades, en los barrios, en las universidades?. Pues no, ellos prefieren esto de Internet que así no tienen que mancharse las manos y, como mucho, tendrán que comer con el premiado. Y no es lo mismo una comida personal que aguantar en la calle a muchos ciudadanos que, en ocasiones, no se acercan a besarte precisamente.
Yo supongo que ya estarán todos los de Nuevas Generaciones partiéndose la sesera y las cámaras de video para inundar la web de comer con Rajoy y así poder decir luego que ha sido todo un éxito el llamamiento del PP y que la gente está con Rajoy. Ninguna duda hay que tener de que esto será así. No sé si ya llegarán a la osadía de comer con un miembro de NNNGG, previamente pactado y controlado por el equipo de Génova, por qué no. En todo caso, quedan ya pocos días para saber el veredicto final.
Y mientras tanto la mayor preocupación del PP ahora es la filtración del video de Aena a "el País", algo intolerable. Es que ahora va a ser que no han existido filtraciones mucho más duras y crueles en nuestra historia, incluso mucho más comprometidas. Pues no, la culpa de la filtración es, como no, de Zapatero. Y es que Cospedal, en su afán por lenguetear sin pudor el trasero de Rajoy, ya empieza a ser como Pepiño, que culpa de todo a Aznar. Pues Cospedal, a Zapatero. Dice la Manchega que Zapatero, con esto de la filtración está despreciando a las víctimas. No, no, Cospedal, despreciar a las víctimas es entregar a los familiares el primer cuerpo que se pille de entre los cadáveres, como vosotros hicísteis con el Yack 42. Como dice una de las mejores canciones de Serrat, "nunca es triste la verdad, lo que no tiene es remedio". Y está claro que vosotros ni ténéis remedio ni ya respetáis un mínimo a la verdad.
martes, 9 de septiembre de 2008
MIGUEL SANZ DANDO CLASES
Uno de los rasgos más llamativos de este nuevo PP de Rajoy, es que al líder quizás se le tema pero, desde luego, no se le respeta. Y esto es lo que se ha visto, lo que se ve, ahora con el mini contencioso UPN-PP, con un Miguel San que aunque le debe todo lo que es al PP no está dispuesto a someterse ni a Rajoy ni a los intereses políticos del partido aliado, aunque también es verdad que es difícil hallar una estrategia coherente en Génova 13 más allá del poder a la ZP, es decir, “como sea”.
Muchos han interpretado esta patada en la mesa del navarro como un acto natural de supervivencia en la poltrona, y en el caso de que así sea, quién será en el PP el cargo o dirigente que tenga algún tipo de autoridad para decirle a Miguel que el poder no está por encima de todo, que hay otras cosas como la dignidad o la lealtad, mucho más importantes. A lo mejor se lo podría decir Esperanza Aguirre, pero lo que es Rajoy, a lo mejor si se lo dice el presidente de UPN se pone a mear y no echar gota.
De todos modos tampoco entiendo tanto revuelvo ahora por la idea de que 2 diputados de UPN puedan votar junto al PSOE los presupuestos generales del estado. Más grave fue, sin duda, cuando Miguel Sanz, tras quedarse a un diputado de la mayoría y depender si el PSN formaba o no formaba gobierno de coalición, se dedicó a despreciar al PP y a tantos españoles que llenaron sus manifestaciones en contra de la “venta” de Navarra, y sus halagos desmedidos al partido socialista. Claro que entonces este cambio de acera de UPN, este desprecio casi a diario al PP, era algo que ni preocupaba a Rajoy, no digamos ya a Arenas. Pero que 2 diputados de UPN puedan votar a favor de los presupuestos generales, es algo inaceptable. No obstante, también cabe la posibilidad de que a estas alturas tampoco tenga muy claro Mariano Rajoy lo que va a votar. No debemos olvidar la incertidumbre acerca de si el PP iba a votar o abstenerse a favor de Zapatero para facilitarle la investidura. No hay más que oír las declaraciones de Rajoy al respecto para darse cuenta de la inanidad no solamente política sino también intelectual que tiene el gallego en la cabeza.
De todos modos, qué duda cabe, que lo más jugoso de este desencuentro UPN-PP reside en la respuesta, más que contundente, de Miguel Sanz a la “maddame” pepera, Javier Arenas, el cual olvidándose que la poltrona de Miguel no depende de su voluntad, le conminó a votar lo que decidiese el PP, es decir, que le dijo por la tele que UPN haría lo que le dijese el PP. Y claro, ya me dirán ustedes qué hay peor que el que un cacique autonómico bananero como Arenas le dicte a otro cacique pero a la navarra como Sanz, lo que tiene que hacer. Sin duda, más que de estrategia se trata de un choque de vanidades. Y otro día más que pasa y el portavoz de economía del PP sigo sin saber quién es.
Muchos han interpretado esta patada en la mesa del navarro como un acto natural de supervivencia en la poltrona, y en el caso de que así sea, quién será en el PP el cargo o dirigente que tenga algún tipo de autoridad para decirle a Miguel que el poder no está por encima de todo, que hay otras cosas como la dignidad o la lealtad, mucho más importantes. A lo mejor se lo podría decir Esperanza Aguirre, pero lo que es Rajoy, a lo mejor si se lo dice el presidente de UPN se pone a mear y no echar gota.
De todos modos tampoco entiendo tanto revuelvo ahora por la idea de que 2 diputados de UPN puedan votar junto al PSOE los presupuestos generales del estado. Más grave fue, sin duda, cuando Miguel Sanz, tras quedarse a un diputado de la mayoría y depender si el PSN formaba o no formaba gobierno de coalición, se dedicó a despreciar al PP y a tantos españoles que llenaron sus manifestaciones en contra de la “venta” de Navarra, y sus halagos desmedidos al partido socialista. Claro que entonces este cambio de acera de UPN, este desprecio casi a diario al PP, era algo que ni preocupaba a Rajoy, no digamos ya a Arenas. Pero que 2 diputados de UPN puedan votar a favor de los presupuestos generales, es algo inaceptable. No obstante, también cabe la posibilidad de que a estas alturas tampoco tenga muy claro Mariano Rajoy lo que va a votar. No debemos olvidar la incertidumbre acerca de si el PP iba a votar o abstenerse a favor de Zapatero para facilitarle la investidura. No hay más que oír las declaraciones de Rajoy al respecto para darse cuenta de la inanidad no solamente política sino también intelectual que tiene el gallego en la cabeza.
De todos modos, qué duda cabe, que lo más jugoso de este desencuentro UPN-PP reside en la respuesta, más que contundente, de Miguel Sanz a la “maddame” pepera, Javier Arenas, el cual olvidándose que la poltrona de Miguel no depende de su voluntad, le conminó a votar lo que decidiese el PP, es decir, que le dijo por la tele que UPN haría lo que le dijese el PP. Y claro, ya me dirán ustedes qué hay peor que el que un cacique autonómico bananero como Arenas le dicte a otro cacique pero a la navarra como Sanz, lo que tiene que hacer. Sin duda, más que de estrategia se trata de un choque de vanidades. Y otro día más que pasa y el portavoz de economía del PP sigo sin saber quién es.
lunes, 8 de septiembre de 2008
EL DEBATE NO QUITA LA CRISIS
Suele ser curioso el principal temor de los populares a la hora de afrontar el debate que el PSOE y sus adosados han abierto sobre los muertos de la guerra civil-preferentemente republicanos- y una nueva ley del aborto. Y es que a los políticos del PP les incomoda muchísimo que el ejecutivo pretenda distraernos con estos temas de lo que realmente importa, que es la economía, ya lo dijo Rajoy en la precampaña, lo único que importa.
Cuántas veces hemos oído eso de que se puede andar y masticar chicle al mismo tiempo, pero se ve que esto es una doctrina que no llevan demasiado bien en Génova, porque todo lo que no sea hablar de la crisis económica que afecta a España es intentar aborregar a los ciudadanos, al más puro estilo de “pan y circo” que ya inventaron los romanos. Y esto, a la hora de hacer política, es un claro error. No se puede monopolizar la vida pública de un país ante una crisis, por profunda que sea, entre otras cosas porque la espiral social y política de España va más allá de la economía, y a día de hoy afronta problemas estructurales y de identidad que no son, precisamente, una nube pasajera.
Ya sabemos que cuando Rajoy, después de perder 2 elecciones generales, nos dijo que ya sabía lo que tenía que hacer para ganar las próximas, no era encomendarse el dicho popular de a la tercera va la vencida, sino apostar todo lo que le quedaba, entre ello no estaba precisamente la vergüenza, a exprimir políticamente al máximo una crisis cuyo aliento ya se notaba, y esperar que las cosas fueran tan mal para los españoles que llegásemos todos a las urnas apenas con pan y apenas con futuro. Esta es la realidad de Mariano Rajoy, este es el patriotismo del presidente del PP, ha sacrificado todo, incluso lo que no era de su propiedad, con tal de aguantar la tormenta interna popular post electoral y esperar que la marea de las hipotecas sin pagar y el paro imparable le llevase, porque sí, a Moncloa.
Pero en esto de la crisis, que es internacional, ahora mismo sólo queda esperar que las medidas anunciadas por Zapatero empiecen a dar frutos o no, y en el caso de no darlos, proponer algún tipo de alternativa real, porque todo lo que ha dicho el Partido Popular sobre economía ha sido música celestial. De todos modos no podemos perder de vista dos hechos importantísimos a la hora de aceptar, hasta qué punto, el PP puede dar lecciones de política en materia económica al PSOE.
En primer lugar, creo que hace poco la flamante cuota femenina de Rajoy, Soraya Sáenz, decía en una entrevista que el PP era el especialista en arreglar los errores del PSOE en economía. Que yo sepa, y hasta que Arenas no consiga demostrar lo contrario, el responsable del progreso económico que se produjo en España con la llegada del PP al poder en 1996, tiene nombres y apellidos y no está, precisamente, ni en la ejecutiva popular ni al lado de Rajoy, es decir, Rodrigo Rato. Y, en segundo lugar, el fichaje estrella de las listas electorales del PP en vistas al desastre económico que se avecinaba, está creo que por ahí perdido leyendo ejemplares de la constitución y haciendo algunas anotaciones quién sabe si productivas en sus márgenes, es decir, Manuel Pizarro.
Yo, sinceramente, no sé quién es el portavoz económico del PP, me imagino que tendrán uno, pero no sé quién es. En la práctica son todos, es evidente. ¿Ha oído alguien a algún dirigente del PP que preguntado, por ejemplo, por la política lingüística en Cataluña no acabe hablando de la crisis? Habría sido, ciertamente, un fenómeno paranormal, al alcance de oídos extremadamente privilegiados. Por poner un ejemplo. Hace algunos días Juanjo animaba a vascos y vascas a denunciar a España ante Estrasburgo por violación de derechos humanos o algo así. ¿Qué dijo el PP ante esto?, pues ahí estuvo Basagoiti, ese senescal de la más alta traición, pidiéndole a Juanjo que se ocupara de la economía, que por su culpa la comunidad vasca estaba en crisis. Pero bueno, Basagoiti, ¿en qué habíamos quedado?, ¿no era el culpable, único y universal, Zapatero? Esto es lo que pasa cuando no se tiene una dirección clara y coherente, que en Madrid se dice una cosa, y en Bilbao otra. Es como el PSOE antaño con el tema del plan hidrológico, que en una ciudad decían una cosa y en otra la contraria.
Aún así, y dejando a un lado el clavo ardiente al que se aferra Rajoy, ya sea el PSOE, el destino o Garzón, se han puesto encima de la mesa del debate público dos proyectos, o como quieran llamarse, que la derecha no puede despachar con una acusación de “pan y circo” a Zapatero.
Hacía ya mucho tiempo que Garzón no meaba, como vulgarmente suele decirse, fuera del tiesto. Y esta vez, con su listado de víctimas de la guerra civil-preferentemente republicanas- ha regado todo el patio. A Rajoy sólo le merece un “hay que mirar al futuro” que ya lleva repetido, hasta la náusea, desde que perdió por segunda vez. Pero haría bien Rajoy en mirar al presente y ocuparse también, un poco, del pasado. Verdad es que lo de Garzón no es algo original, sino el apéndice de la ley de memoria histórica de Zapatero, y en este sentido se podría decir que lo que pretende la vedette judicial es de apendicitis. Es como si ahora a un juez de Francia o de Inglaterra le diese por hacer un padrón de las víctimas nazis de la II guerra mundial.
Y cuando digo víctimas me refiero a todas, a las oficiales y a las que no constan, pero se sacan de donde sea, pues esto es lo que pretende Garzón, ir más allá de la naturaleza humana para investigar, sobre el pasado, si un desaparecido murió de un tiro nacional o uno soviético, en el caso de no morir, casualmente, de un paro cardiaco. Yo no sé hasta qué punto lo de Garzón saldrá adelante y no será una chapuza infumable que no haya por donde cogerla, no lo sé. Pero que la justicia de un país, que pagamos todos con nuestros impuestos, se dedique a gastar recursos y tiempo en elaborar el listado definitivo de las víctimas de la guerra civil-preferentemente republicanas- causa un profundo bochorno cuando tenemos un escándalo tras otro en la aplicación de las leyes, por ejemplo, en materia de violadores o apología etarra, con una manifestación cada Domingo y días pares, y un violador reincidente los días impares.
Claro, que después del apéndice de Garzón, ha llegado el debate público para una nueva ley inminente del aborto, con una posición del PP entre la indecisión total y la inquisición absoluta. Primero, porque cada uno dice una cosa y todos lo dicen como con temor; y, segundo, porque para la derecha esto del aborto no es una cuestión política sino moral, al igual que el matrimonio homosexual.
Yo, sinceramente creo, que si el PP se niega a formar parte de la redacción de la nueva ley del aborto y se echa al monte de la cruz, estará cometiendo otro error como con el matrimonio homosexual, donde la gran mayoría de la sociedad del futuro, de las nuevas generaciones de votantes, ven con inquietud estas posturas conservadoras que no se identifican, para nada, con la mentalidad, liberal se podría decir, que tiene los jóvenes de hoy sobre la homosexualidad y el aborto. Evidentemente no se pueden comparar ambos temas como tales, pero sí la respuesta del PP que no puede evitar cambiar todos sus principios para poder ser simpáticos a los nacionalistas y pactar con ellos, pero no pueden consentir que dos hombres contraigan matrimonio o que el aborto sea más accesible a las mujeres con embarazos no deseados.
Quizás por esto mismo, por ese aroma a incienso del pasado, nos dirán los populares que no toca hablar del aborto, sino de le economía. Tal vez, por esto mismo, por estos eructos con sabor del pasado, nos dirán que hay que mirar al futuro. Pero yo creo, por esto mismo, que un partido que ha permitido que un perdedor arranque de cuajo sus raíces, no merece la pena ser votado. Vosotros, los populares, nos habláis del futuro pero ni habéis aprendido del pasado ni habéis salido de él.
Cuántas veces hemos oído eso de que se puede andar y masticar chicle al mismo tiempo, pero se ve que esto es una doctrina que no llevan demasiado bien en Génova, porque todo lo que no sea hablar de la crisis económica que afecta a España es intentar aborregar a los ciudadanos, al más puro estilo de “pan y circo” que ya inventaron los romanos. Y esto, a la hora de hacer política, es un claro error. No se puede monopolizar la vida pública de un país ante una crisis, por profunda que sea, entre otras cosas porque la espiral social y política de España va más allá de la economía, y a día de hoy afronta problemas estructurales y de identidad que no son, precisamente, una nube pasajera.
Ya sabemos que cuando Rajoy, después de perder 2 elecciones generales, nos dijo que ya sabía lo que tenía que hacer para ganar las próximas, no era encomendarse el dicho popular de a la tercera va la vencida, sino apostar todo lo que le quedaba, entre ello no estaba precisamente la vergüenza, a exprimir políticamente al máximo una crisis cuyo aliento ya se notaba, y esperar que las cosas fueran tan mal para los españoles que llegásemos todos a las urnas apenas con pan y apenas con futuro. Esta es la realidad de Mariano Rajoy, este es el patriotismo del presidente del PP, ha sacrificado todo, incluso lo que no era de su propiedad, con tal de aguantar la tormenta interna popular post electoral y esperar que la marea de las hipotecas sin pagar y el paro imparable le llevase, porque sí, a Moncloa.
Pero en esto de la crisis, que es internacional, ahora mismo sólo queda esperar que las medidas anunciadas por Zapatero empiecen a dar frutos o no, y en el caso de no darlos, proponer algún tipo de alternativa real, porque todo lo que ha dicho el Partido Popular sobre economía ha sido música celestial. De todos modos no podemos perder de vista dos hechos importantísimos a la hora de aceptar, hasta qué punto, el PP puede dar lecciones de política en materia económica al PSOE.
En primer lugar, creo que hace poco la flamante cuota femenina de Rajoy, Soraya Sáenz, decía en una entrevista que el PP era el especialista en arreglar los errores del PSOE en economía. Que yo sepa, y hasta que Arenas no consiga demostrar lo contrario, el responsable del progreso económico que se produjo en España con la llegada del PP al poder en 1996, tiene nombres y apellidos y no está, precisamente, ni en la ejecutiva popular ni al lado de Rajoy, es decir, Rodrigo Rato. Y, en segundo lugar, el fichaje estrella de las listas electorales del PP en vistas al desastre económico que se avecinaba, está creo que por ahí perdido leyendo ejemplares de la constitución y haciendo algunas anotaciones quién sabe si productivas en sus márgenes, es decir, Manuel Pizarro.
Yo, sinceramente, no sé quién es el portavoz económico del PP, me imagino que tendrán uno, pero no sé quién es. En la práctica son todos, es evidente. ¿Ha oído alguien a algún dirigente del PP que preguntado, por ejemplo, por la política lingüística en Cataluña no acabe hablando de la crisis? Habría sido, ciertamente, un fenómeno paranormal, al alcance de oídos extremadamente privilegiados. Por poner un ejemplo. Hace algunos días Juanjo animaba a vascos y vascas a denunciar a España ante Estrasburgo por violación de derechos humanos o algo así. ¿Qué dijo el PP ante esto?, pues ahí estuvo Basagoiti, ese senescal de la más alta traición, pidiéndole a Juanjo que se ocupara de la economía, que por su culpa la comunidad vasca estaba en crisis. Pero bueno, Basagoiti, ¿en qué habíamos quedado?, ¿no era el culpable, único y universal, Zapatero? Esto es lo que pasa cuando no se tiene una dirección clara y coherente, que en Madrid se dice una cosa, y en Bilbao otra. Es como el PSOE antaño con el tema del plan hidrológico, que en una ciudad decían una cosa y en otra la contraria.
Aún así, y dejando a un lado el clavo ardiente al que se aferra Rajoy, ya sea el PSOE, el destino o Garzón, se han puesto encima de la mesa del debate público dos proyectos, o como quieran llamarse, que la derecha no puede despachar con una acusación de “pan y circo” a Zapatero.
Hacía ya mucho tiempo que Garzón no meaba, como vulgarmente suele decirse, fuera del tiesto. Y esta vez, con su listado de víctimas de la guerra civil-preferentemente republicanas- ha regado todo el patio. A Rajoy sólo le merece un “hay que mirar al futuro” que ya lleva repetido, hasta la náusea, desde que perdió por segunda vez. Pero haría bien Rajoy en mirar al presente y ocuparse también, un poco, del pasado. Verdad es que lo de Garzón no es algo original, sino el apéndice de la ley de memoria histórica de Zapatero, y en este sentido se podría decir que lo que pretende la vedette judicial es de apendicitis. Es como si ahora a un juez de Francia o de Inglaterra le diese por hacer un padrón de las víctimas nazis de la II guerra mundial.
Y cuando digo víctimas me refiero a todas, a las oficiales y a las que no constan, pero se sacan de donde sea, pues esto es lo que pretende Garzón, ir más allá de la naturaleza humana para investigar, sobre el pasado, si un desaparecido murió de un tiro nacional o uno soviético, en el caso de no morir, casualmente, de un paro cardiaco. Yo no sé hasta qué punto lo de Garzón saldrá adelante y no será una chapuza infumable que no haya por donde cogerla, no lo sé. Pero que la justicia de un país, que pagamos todos con nuestros impuestos, se dedique a gastar recursos y tiempo en elaborar el listado definitivo de las víctimas de la guerra civil-preferentemente republicanas- causa un profundo bochorno cuando tenemos un escándalo tras otro en la aplicación de las leyes, por ejemplo, en materia de violadores o apología etarra, con una manifestación cada Domingo y días pares, y un violador reincidente los días impares.
Claro, que después del apéndice de Garzón, ha llegado el debate público para una nueva ley inminente del aborto, con una posición del PP entre la indecisión total y la inquisición absoluta. Primero, porque cada uno dice una cosa y todos lo dicen como con temor; y, segundo, porque para la derecha esto del aborto no es una cuestión política sino moral, al igual que el matrimonio homosexual.
Yo, sinceramente creo, que si el PP se niega a formar parte de la redacción de la nueva ley del aborto y se echa al monte de la cruz, estará cometiendo otro error como con el matrimonio homosexual, donde la gran mayoría de la sociedad del futuro, de las nuevas generaciones de votantes, ven con inquietud estas posturas conservadoras que no se identifican, para nada, con la mentalidad, liberal se podría decir, que tiene los jóvenes de hoy sobre la homosexualidad y el aborto. Evidentemente no se pueden comparar ambos temas como tales, pero sí la respuesta del PP que no puede evitar cambiar todos sus principios para poder ser simpáticos a los nacionalistas y pactar con ellos, pero no pueden consentir que dos hombres contraigan matrimonio o que el aborto sea más accesible a las mujeres con embarazos no deseados.
Quizás por esto mismo, por ese aroma a incienso del pasado, nos dirán los populares que no toca hablar del aborto, sino de le economía. Tal vez, por esto mismo, por estos eructos con sabor del pasado, nos dirán que hay que mirar al futuro. Pero yo creo, por esto mismo, que un partido que ha permitido que un perdedor arranque de cuajo sus raíces, no merece la pena ser votado. Vosotros, los populares, nos habláis del futuro pero ni habéis aprendido del pasado ni habéis salido de él.
martes, 5 de agosto de 2008
LA INJUSTICIA ESPAÑOLA
Siempre se ha dicho que en España la justicia no funciona muy allá. Es más, hasta un político andalucista llegó a calificarla como un cachondeo. Algo, por otra parte, que fue el momento más lúcido del analucismo en toda su historia. Pero si bien en nuestro país, desde la llegada de la democracia, se han producido toda serie de episodios que han hecho de la confianza en la justicia un ingreso sin retorno en el juego de la ruleta rusa, nada como el caso De Juana Chaos que ilustre, hasta qué punto, el problema del estado de derecho español va más allá de la imprevisión de muchas cosas y de la ineficacia en tantas otras, pues si ni con el terrorismo que llevamos padeciendo más de 4 décadas tenemos, a día de hoy, una legislación eficaz y firme que cubra todos los posibles atajos y subterfugios de los criminales en su lógica huída y burla de la justicia, qué será con otras cosas de nuevo cuño y calado, como el maltrato de género ya por fin sacado a la luz o la ley del menor.
De Juana Chaos es un terrorista al 100%. Ni se arrepiente ni necesita disumularlo, en casa lo quieren así, tal cual es, y así es recibido como un héroe. Quizás JuanJosé aún no ha tenido a bien ir a visitarlo y tomarse unas cuantas rodajas de pan bimbo con él, cúanto le debe De Juana al pan bimbo, pero todo se andará. De Juana Chaos vuelve a estar en casa, y esta vez no ha sido Zapatero quien lo ha sacado, esta vez está en casa porque la justicia, en España, funciona mal y, además, nadie se ha preocupado de modificar las leyes y ajustarlas a lo que un estado de derecho respetable necesitaría tener. Y en esto tienen la culpa tanto PP como PSOE, de ahí que las actuales criticas de muchos medios de la derecha, y de políticos de la derecha, culpando ahora también a Zapatero de la excarcelación de De Juana Chaos vengan a destiempo y sin razón, algo que parece ser que no preocupa a Rajoy, que tan ilusionado está con el caos de la crisis económica que padecemos.
Y así ha hablado Rajoy este fin de semana pasado en ABC, felicitándose de que él convocó una manifestación contra la excarcelación de De Juana Chaos, entonces sí promovida por el gobierno. Y, en primer lugar, lo dice ahora como si esta vez fuese comparable a aquella. Y, en segundo lugar, parece que no recuerda que en aquella manifestación iba de la mano de María San Gil, la cual ha humillado, escupido y vejado hasta echarla y borrarla de toda memoria del Partido Popular. Bueno, del PP rajoyesco, del decente, que aún quedan restos, ni lo ha logrado ni lo logrará.
Pero Rajoy piensa que le puede pasar, de nuevo, la factura de De Juana a Zapatero, y esta vez no es así. Nadie puede negar que el PSOE sacó hace poco a la calle al sanguinario etarra, llamándolo hombre de paz y dejándo que se diese duchar con su novia en el hospital. Sin lugar a dudas las imágenes de De Juana Chaos paseando alegremente por las calles sin temor a tropezar si quiera, fueron uno de los ejemplos más descarados y descarnados de la cesión de dignidad y democracia de Zapatero a todo el entramado etarra. Esas imágenes jamás podrán ser olvidadas en el torbellino de la historia, porque serán la prueba viva de cómo un gobernante está dispuesto a sacrificar lo que no es suyo, es decir, la dignidad y la soberanía de su nación, con tal de creer así asegurarse 40 años más de poder. Es que eso fue lo que hizo Zapatero.
Nada más que por esto mismo el Partido Socialista no tiene demasiada credibilidad cuando ahora abomina y aborrece hasta la autoflagelación a De Juana Chaos, pero como todo tiene su dosis y todo tiene su momento, el PP puede pasarse de listo y salirle el tiro por la culata. De hecho ya le está saliendo, pues las baterías mediáticas de la izquierda ya están recordando, por un lado, el orgien de la actual ley(franquista) y, por otro, la seda y el mimo con que se trató durante la tregua-trampa a ciertos dirigentes y terroristas de la ETA por parte de ciertos sectores del PP y de cierta prensa afín, con la hemerotecas como dardos implacables llenos de veneno, eso sí, pero de veneno verdadero, no manipulado.
Ahora el gobierno intentará meter en la cárcel a de Juana por lo que sea, qué se yo, quizás por cagar y no tirar de la cinsterna. Cualquier excusa legal puede ser buena para corregir, de algún modo, esta infamia de que un etarra que hace apología del terrorismo y del sufrimiento de sus víctimas, esté en casa. De Juana Chaos tiene y debe pudrirse en la cárcel.
Pero dejando a un lado estas urgencias, el PP debería de proponer al PSOE un pacto para modificar de lleno la ley que se aplica a los terroristas y elaborar así una norma donde se cumplan íntegramente las penas, algo que repetía hasta la saciedad Aznar, y que se eviten supuestos casos donde el asesino viva al lado de la familia de quien asesinó. Esto último es inaceptable. En España, repito, llevamos más de 40 años de terrorismo para que sepamos, desgraciadamente, todos los trucos, atajos, supuestos y trampas, que utilizan y manejan los terroristas vascos para burlar a la ley y aprovecharse de los impuestos de todos los españoles. Ya dió Aznar el primer paso con la ley de partidos, para ilegalizar a Batasuna. Sería bueno que se cumpliera esa ley siempre, no solamente cuando le convenga al PSOE, y que naciera una nueva ley que aplastase, definitivamente, a todo terrorista que cayese en manos de la guardia civil o la policía. Ya es hora de que el peso de la ley, nunca mejor dicho, todo el peso de la ley, caiga sobre los etarras. 40 años son muchos, que al menos no sigan entrando y saliendo de las cárceles como desde el primer día que empezaron a matar.
De Juana Chaos es un terrorista al 100%. Ni se arrepiente ni necesita disumularlo, en casa lo quieren así, tal cual es, y así es recibido como un héroe. Quizás JuanJosé aún no ha tenido a bien ir a visitarlo y tomarse unas cuantas rodajas de pan bimbo con él, cúanto le debe De Juana al pan bimbo, pero todo se andará. De Juana Chaos vuelve a estar en casa, y esta vez no ha sido Zapatero quien lo ha sacado, esta vez está en casa porque la justicia, en España, funciona mal y, además, nadie se ha preocupado de modificar las leyes y ajustarlas a lo que un estado de derecho respetable necesitaría tener. Y en esto tienen la culpa tanto PP como PSOE, de ahí que las actuales criticas de muchos medios de la derecha, y de políticos de la derecha, culpando ahora también a Zapatero de la excarcelación de De Juana Chaos vengan a destiempo y sin razón, algo que parece ser que no preocupa a Rajoy, que tan ilusionado está con el caos de la crisis económica que padecemos.
Y así ha hablado Rajoy este fin de semana pasado en ABC, felicitándose de que él convocó una manifestación contra la excarcelación de De Juana Chaos, entonces sí promovida por el gobierno. Y, en primer lugar, lo dice ahora como si esta vez fuese comparable a aquella. Y, en segundo lugar, parece que no recuerda que en aquella manifestación iba de la mano de María San Gil, la cual ha humillado, escupido y vejado hasta echarla y borrarla de toda memoria del Partido Popular. Bueno, del PP rajoyesco, del decente, que aún quedan restos, ni lo ha logrado ni lo logrará.
Pero Rajoy piensa que le puede pasar, de nuevo, la factura de De Juana a Zapatero, y esta vez no es así. Nadie puede negar que el PSOE sacó hace poco a la calle al sanguinario etarra, llamándolo hombre de paz y dejándo que se diese duchar con su novia en el hospital. Sin lugar a dudas las imágenes de De Juana Chaos paseando alegremente por las calles sin temor a tropezar si quiera, fueron uno de los ejemplos más descarados y descarnados de la cesión de dignidad y democracia de Zapatero a todo el entramado etarra. Esas imágenes jamás podrán ser olvidadas en el torbellino de la historia, porque serán la prueba viva de cómo un gobernante está dispuesto a sacrificar lo que no es suyo, es decir, la dignidad y la soberanía de su nación, con tal de creer así asegurarse 40 años más de poder. Es que eso fue lo que hizo Zapatero.
Nada más que por esto mismo el Partido Socialista no tiene demasiada credibilidad cuando ahora abomina y aborrece hasta la autoflagelación a De Juana Chaos, pero como todo tiene su dosis y todo tiene su momento, el PP puede pasarse de listo y salirle el tiro por la culata. De hecho ya le está saliendo, pues las baterías mediáticas de la izquierda ya están recordando, por un lado, el orgien de la actual ley(franquista) y, por otro, la seda y el mimo con que se trató durante la tregua-trampa a ciertos dirigentes y terroristas de la ETA por parte de ciertos sectores del PP y de cierta prensa afín, con la hemerotecas como dardos implacables llenos de veneno, eso sí, pero de veneno verdadero, no manipulado.
Ahora el gobierno intentará meter en la cárcel a de Juana por lo que sea, qué se yo, quizás por cagar y no tirar de la cinsterna. Cualquier excusa legal puede ser buena para corregir, de algún modo, esta infamia de que un etarra que hace apología del terrorismo y del sufrimiento de sus víctimas, esté en casa. De Juana Chaos tiene y debe pudrirse en la cárcel.
Pero dejando a un lado estas urgencias, el PP debería de proponer al PSOE un pacto para modificar de lleno la ley que se aplica a los terroristas y elaborar así una norma donde se cumplan íntegramente las penas, algo que repetía hasta la saciedad Aznar, y que se eviten supuestos casos donde el asesino viva al lado de la familia de quien asesinó. Esto último es inaceptable. En España, repito, llevamos más de 40 años de terrorismo para que sepamos, desgraciadamente, todos los trucos, atajos, supuestos y trampas, que utilizan y manejan los terroristas vascos para burlar a la ley y aprovecharse de los impuestos de todos los españoles. Ya dió Aznar el primer paso con la ley de partidos, para ilegalizar a Batasuna. Sería bueno que se cumpliera esa ley siempre, no solamente cuando le convenga al PSOE, y que naciera una nueva ley que aplastase, definitivamente, a todo terrorista que cayese en manos de la guardia civil o la policía. Ya es hora de que el peso de la ley, nunca mejor dicho, todo el peso de la ley, caiga sobre los etarras. 40 años son muchos, que al menos no sigan entrando y saliendo de las cárceles como desde el primer día que empezaron a matar.
martes, 29 de julio de 2008
DÓNDE HA IDO AÍDO
Aunque la verdad no la echamos de menos, porque su lugar lo ha ocupado, y dejando el pabellón bien alto, Miguel Sebastián, ese amigo de Zapatero que puso como candidato a alcalde de Madrid y el fracaso no pudo ser más sonoro. Pues qué mejor que hacerlo ahora ministro, y lo peor es que hasta se lo cree. Este no es alguien que quiera aparentar y pasar por el ministerio haciendo, solamente, gala de ostentación, no, no, Miguel también quiere demostrar que es un inepto, que no desentona en este ejecutivo zapateril.
Ahora que Blanco culpa de la crisis a Aznar y a Bush, la guerra de Irak, debería explicarnos Zapatero por qué se ha tirado meses enteros negando que hubiese crisis. Aquí, Pepiño, quien debe pedir perdón no es Rajoy, sino Zapatero, por engañar y traicionar a los millones de españoles a los que ha llevado, está llevando, a una crisis atroz que no solamente se empeñó en negar sino que ahora que ya no se puede camuflar la realidad de ninguna de las maneras tampoco sabe qué hacer.
Claro que hasta ahora, no habíamos tenido en cuenta la mente privilegiada de Miguel, que además de ser ministro quiere sustituir a Solbes. Ahora resulta que para salir de la crisis, ya los automóviles van a tener que circular al 20% menos de los límites ahora establecidos, diciendo que cada vez que levantamos el pie del acelerador mejoramos la renta nacional y el empleo. Pero bueno, ¿es posible semejante idiotez? pues sí lo es, pero no se queda aquí. También tenemos que regular el aire acondicionado o la calefacción según decreto gubernamental, algo que creo que aún ni en Cuba han llegado a proponerlo. Bueno, también habló de reducir el iluminado público de calles y autovías. Todo oscuro, claro que sí Sebastian. Pero ya acabó de adornarse cuando citó a Kennedy y nos dijo aquello de “no preguntes lo que tu país puede hacer por tí, mejor preguntaté lo que tu puedes hacer por tu país”. Tú, Miguel, irte a tu casa.
Pero el problema de nuestro país, de nuestra democracia, no es que tengamos un gobierno absolutamente inepto que es hasta toreado por las dictaduras más bananeras de latinoamérica, sino que la alternativa al PSOE no se sabe si es peor. A día de hoy los españoles tenemos que elegir entre un inútil más que acreditado, o un despotín, que es Rajoy. Rajoy claro que está encantado con la crisis, porque cree que así quizás podrá volver a la Moncloa, de otro modo no. Pero es que se han comportado tan mal los del PP desde el 9-m, ha sido tan déspota y traidor Rajoy a todo lo pasado, lo presente y parte de lo futuro, que a uno le quema la mano al pensar en votar al PP con todo lo que está diluviando. Pronto empezarán las elecciones y veremos a ver por donde van los tiros, qué marca el termómetro social. Si la crisis no fuese tan tremenda y el gobierno tan inane, el PP se llevaría un desplome en la bolsa electoral que ni el crack del 29. Veremos a ver que pasa. Al final tendremos que pedirles de rodillas a Felipe y Aznar que vuelvan porque ellos son los culpables de que estén ZP en la Moncloa y el despotín en Génova, no lo olvidemos
Ahora que Blanco culpa de la crisis a Aznar y a Bush, la guerra de Irak, debería explicarnos Zapatero por qué se ha tirado meses enteros negando que hubiese crisis. Aquí, Pepiño, quien debe pedir perdón no es Rajoy, sino Zapatero, por engañar y traicionar a los millones de españoles a los que ha llevado, está llevando, a una crisis atroz que no solamente se empeñó en negar sino que ahora que ya no se puede camuflar la realidad de ninguna de las maneras tampoco sabe qué hacer.
Claro que hasta ahora, no habíamos tenido en cuenta la mente privilegiada de Miguel, que además de ser ministro quiere sustituir a Solbes. Ahora resulta que para salir de la crisis, ya los automóviles van a tener que circular al 20% menos de los límites ahora establecidos, diciendo que cada vez que levantamos el pie del acelerador mejoramos la renta nacional y el empleo. Pero bueno, ¿es posible semejante idiotez? pues sí lo es, pero no se queda aquí. También tenemos que regular el aire acondicionado o la calefacción según decreto gubernamental, algo que creo que aún ni en Cuba han llegado a proponerlo. Bueno, también habló de reducir el iluminado público de calles y autovías. Todo oscuro, claro que sí Sebastian. Pero ya acabó de adornarse cuando citó a Kennedy y nos dijo aquello de “no preguntes lo que tu país puede hacer por tí, mejor preguntaté lo que tu puedes hacer por tu país”. Tú, Miguel, irte a tu casa.
Pero el problema de nuestro país, de nuestra democracia, no es que tengamos un gobierno absolutamente inepto que es hasta toreado por las dictaduras más bananeras de latinoamérica, sino que la alternativa al PSOE no se sabe si es peor. A día de hoy los españoles tenemos que elegir entre un inútil más que acreditado, o un despotín, que es Rajoy. Rajoy claro que está encantado con la crisis, porque cree que así quizás podrá volver a la Moncloa, de otro modo no. Pero es que se han comportado tan mal los del PP desde el 9-m, ha sido tan déspota y traidor Rajoy a todo lo pasado, lo presente y parte de lo futuro, que a uno le quema la mano al pensar en votar al PP con todo lo que está diluviando. Pronto empezarán las elecciones y veremos a ver por donde van los tiros, qué marca el termómetro social. Si la crisis no fuese tan tremenda y el gobierno tan inane, el PP se llevaría un desplome en la bolsa electoral que ni el crack del 29. Veremos a ver que pasa. Al final tendremos que pedirles de rodillas a Felipe y Aznar que vuelvan porque ellos son los culpables de que estén ZP en la Moncloa y el despotín en Génova, no lo olvidemos
domingo, 27 de julio de 2008
DEL VASQUISMO AL GALLEGUISMO
Es evidente que esta metamorfosis del PP en cualquier cosa menos en el partido de derechas que creó y modeló Aznar en base a una doctrina liberal en lo económico y nacional y decente en lo político y social, es algo que no tiene ya vuelta atrás. Bueno, exceptuando que Rajoy y todos sus palmeros se marchen a casa, lo que supondría las 3/4 partes del partido que figura a día de hoy. Ya nadie puede decir que es un accidente, o que es flor de un día, o cosa de algún "verso suelto" dentro del partido, Rajoy ha dado carta libre, es más, ha estimulado de manera decisiva a todos y cada uno de los califas de las taifas del PP para que ejerzan, a su gusto y semejanza, la política que crean más conveniente para ganar votos. Y digo que crean para ganar votos aunque con ello tengan que sacrificar a su propia madre en el altar de lo inevitable, con la consiguiente amargura de la ofrenda en vano cuando empiecen a contar los votos y no le salgan las cuentas de la lechera, de esa lechera arenesca.
Después de que Basagoiti se confesara en el "Deia" al más puro estilo centrista, Feijoo no iba a ser menos a la hora de apuntar alto en esto de decir digo donde siempre habían dicho diego, pero quien se acuerda ya de lo que decía el PP hace apenas un año, dos años. Es más, quien se acuerda ya de las manifestaciones a favor de la unidad de España y la derrota de la ETA y en contra de la censión zapateril a los terroristas y separatistas, todo en uno.
Pero la traición y la poca decencia muchas veces van acompañadas de una ineficacia intelectual que deja al descubierto aùn más, si cabe, las miserias de aquellos que piensan que no hay principios posibles cuando se habla de poder. Y ahí tenemos a Feijoo, criatura de la factoría de Rajoy haciendo méritos ante su jefe, para demostrarle que a centrista no le gana ni Arenas. No hace falta ser muy inteligente para adivinar de lo que ha hablado el pepero gallego en el día de la comunidad gallega, pues de qué va a ser, del galleguismo del PP. Porque sí, sí, el PP ya es de todo, menos español. Es vasquista, galleguista, catalanista.. de todo, menos Español. Sin olvidarnos de la realidad nacional andaluza.
Lo que pasa es que Feijoo ha querido llegar algo más lejos en su pensamiento, y ha querido desarrollar eso de galleguista. Y es que el PP defiende que alguien pueda ser gallego y español, a la vez, sentirse de las dos nacionalidades a la vez, lo mismo que alguien puede sentirse europeo y americano. Bien, ¿qué sentido tiene esto?, ninguno, he ahí su centrismo.
Ahora resulta que Galicia y España son dos nacionalidades. Hasta ahí, nada nuevo bajo el sol, ya marcó el sendero la Madamme Javier. Pero la aportación realmente genuina de Feijoo es cuando nos habla de ese ser humano cualquiera que se siente europeo y americano a la vez. Increible, impresionante, pero es que así es la magia del centrismo, todo lo puede.
Está claro que en el PP ya perdieron la vergüenza hace ya algunos meses, pero es desolador comprobar como ya ni siquiera guardan una pequeña compostura higiénica a la hora de mentirnos, de tomarnos el pelo y de escupir en la cara de sus propios votantes. Yo no sé si el europeo-americano es de la cosecha de Feijoo o se la han regalado, pero sea como sea memeces como esa no deberían de salir de la boca de aquellos que con nuestros impuestos le pagamos los sueldos. No cabe duda de que las elecciones gallegas, a la vuelta de la esquina, dictarán sentencia sobre esta manera tan peculiar de suicidarse. Quizás las urnas nos sorprenden y estamos equivocados aquellos que creemos que Feijoo ha perdido absolutamente todo, y todo, por nada. Aún así, si se produce la sorpresa y Feijoo logra ganar las elecciones gallegas, no se puede aplaudir este cambio de moral, de ideologia, de decencia y de decoro de un partido como el PP que se suponía hecho sobre unos pilares más o menos sólidos. Sin embargo, también puede que ser el PP pierda las elecciones gallegas y Feijoo diga que no se marcha y que el fallo ha sido la falta de más galleguismo por parte del PP. ¿Quien le va a decir a Feijoo entonces que se marche, Rajoy? Sería ya demasiado fuerte incluso para este PP
Después de que Basagoiti se confesara en el "Deia" al más puro estilo centrista, Feijoo no iba a ser menos a la hora de apuntar alto en esto de decir digo donde siempre habían dicho diego, pero quien se acuerda ya de lo que decía el PP hace apenas un año, dos años. Es más, quien se acuerda ya de las manifestaciones a favor de la unidad de España y la derrota de la ETA y en contra de la censión zapateril a los terroristas y separatistas, todo en uno.
Pero la traición y la poca decencia muchas veces van acompañadas de una ineficacia intelectual que deja al descubierto aùn más, si cabe, las miserias de aquellos que piensan que no hay principios posibles cuando se habla de poder. Y ahí tenemos a Feijoo, criatura de la factoría de Rajoy haciendo méritos ante su jefe, para demostrarle que a centrista no le gana ni Arenas. No hace falta ser muy inteligente para adivinar de lo que ha hablado el pepero gallego en el día de la comunidad gallega, pues de qué va a ser, del galleguismo del PP. Porque sí, sí, el PP ya es de todo, menos español. Es vasquista, galleguista, catalanista.. de todo, menos Español. Sin olvidarnos de la realidad nacional andaluza.
Lo que pasa es que Feijoo ha querido llegar algo más lejos en su pensamiento, y ha querido desarrollar eso de galleguista. Y es que el PP defiende que alguien pueda ser gallego y español, a la vez, sentirse de las dos nacionalidades a la vez, lo mismo que alguien puede sentirse europeo y americano. Bien, ¿qué sentido tiene esto?, ninguno, he ahí su centrismo.
Ahora resulta que Galicia y España son dos nacionalidades. Hasta ahí, nada nuevo bajo el sol, ya marcó el sendero la Madamme Javier. Pero la aportación realmente genuina de Feijoo es cuando nos habla de ese ser humano cualquiera que se siente europeo y americano a la vez. Increible, impresionante, pero es que así es la magia del centrismo, todo lo puede.
Está claro que en el PP ya perdieron la vergüenza hace ya algunos meses, pero es desolador comprobar como ya ni siquiera guardan una pequeña compostura higiénica a la hora de mentirnos, de tomarnos el pelo y de escupir en la cara de sus propios votantes. Yo no sé si el europeo-americano es de la cosecha de Feijoo o se la han regalado, pero sea como sea memeces como esa no deberían de salir de la boca de aquellos que con nuestros impuestos le pagamos los sueldos. No cabe duda de que las elecciones gallegas, a la vuelta de la esquina, dictarán sentencia sobre esta manera tan peculiar de suicidarse. Quizás las urnas nos sorprenden y estamos equivocados aquellos que creemos que Feijoo ha perdido absolutamente todo, y todo, por nada. Aún así, si se produce la sorpresa y Feijoo logra ganar las elecciones gallegas, no se puede aplaudir este cambio de moral, de ideologia, de decencia y de decoro de un partido como el PP que se suponía hecho sobre unos pilares más o menos sólidos. Sin embargo, también puede que ser el PP pierda las elecciones gallegas y Feijoo diga que no se marcha y que el fallo ha sido la falta de más galleguismo por parte del PP. ¿Quien le va a decir a Feijoo entonces que se marche, Rajoy? Sería ya demasiado fuerte incluso para este PP
martes, 22 de julio de 2008
AL ABRAZO DEL REY
Suelen decir que una imagen vale más que mil palabras, y la foto del rey con Adolfo Suárez, lo que queda de él claro, llega a condensar muchos recuerdos pero no toda la verdad. Ya sé sabe que en este país hablar del rey es hacerlo bien, porque si hablas mal mejor no hables, excepto las jóvenes criaturas amontilladas de la esquerra, que tienen en su iniciación la quema de retratos reales.
Por mucho que se empeñe el PSOE en hacernos creer que ellos trajeron la democracia, y por mucho que se empeñe el PP hasta en renegar de su pasado más inmediato, la verdad es que en la historia de España el nombre de Adolfo Suárez ocupa un lugar privilegiado. Por encima incluso de Franco, y no digamos ya del rey Juan Carlos. Quizás la historia pudo ser de otra manera, tener otros protagonistas, pero Suárez hizo posible la transición pacífica de la dictadura a la democracia, algo que aunque a día de hoy parezca moco de pavo tuvo su complejidad extrema: por un lado la izquierda y por otro el búnker, dispuestos a tensionar hasta donde hiciese falta para hacer triunfar sus posturas.
Adolfo Suárez no recuerda, a día de hoy, quien fue. Tampoco quienes eran los reyes. Pero el rey sí que recuerda perfectamente quienes son él y Adolfo, y esto es algo que, a pesar de que sea totalmente verdad eso de que los borbones te utilizan mientras les sirves, don Juan Carlos no se ha atrevido a olvidar nisiquiera en las condiciones precarias del ex presidente. Y ya es de agradecer estando el patio como está.
Qué duda cabe que todos los premios o reconocimientos a Adolfo Suárez se quedarán en el narcisismo de aquel que lo otorga, a sabiendas de que el duque ya no comprende qué significa nada. Pero precisamente en esto residirá el valor de aquel que lo haga, sabe de sobra que nada puede esperar a cambio ni en forma de favor ni en forma de confidencias.
Aún así, y siendo éste un país acostumbrado a criticar a vivos y muertos, ya es sorprendente que la peor postura que llegue a adoptarse contra Suárez sea la indiferencia. Pero la transición tuvo errores, y Adolfo Suárez también. Idolatrar a la transición es mitificar una etapa reciente de nuestra historia que debe revisarse a fondo, pues de esta revisión pueden, y deben, salir muchas explicaciones y soluciones a problemas políticos que aún nos asolan, algunos inclusos con mayor virulencia. No es cuestión de reescribir la transición, como pretende Zapatero, sino comprenderla. Es normal que estemos condenados a agravar nuestras debilidades y flaquezas si no asumimos que nos hemos equivocado en ciertas cosas.
No obstante, Adolfo sólo se puede merecer nuestro respeto y profunda admiración. Incluso sus enemigos de entonces le deben el cargo y el presupuesto que hoy ocupan y, en muchas ocasiones, saquean. Las autonomías fueron posibles, en gran medida, al proyecto político de Suárez. Al igual que la apertura política sin ambages algunos, a lo mejor Carrillo puede dar fé de ello. Si no es igual, ahí están las hemerotecas.
Pero Suárez se encontró con un enemigo muy poderoso, más que el búnker o la izquierda rupturista, y que fue la ETA. Sin un terrorismo que golpeaba bien duro por aquellos años, muchas presiones nacionalistas no habrían llegado tan lejos, de eso no cabe duda. Y se puede decir que la economía o la política social de un país es algo que va evolucionando en consonancia de la sociedad, y que pueden haber rachas mejores o peores de empleo y riqueza. Pero cuando se empieza a erosionar la identidad común de una nación hasta los extremos de odio, negación y clandestinidad por los que hoy se mueve todo lo español en regiones como Cataluña y Vascongadas, tienen un punto de muy difícil retorno. Y esto fue, precisamente, el mayor error de la transición y del proyecto político de Adolfo Suárez, siempre más allá y por encima de la UCD, con el final que todos conocemos.
Aún así, y llegados a este punto, sería injusto cargar sobre las espaldas de Adolfo toda la culpa de la claudicación política nacional que se fraguó y gestó a partir de 1975, donde todo lo español era franquista para acabar siendo en pleno 2008 sospechoso de franquismo todo aquel que se sienta español y tenga la osadía de reconocerlo. Pero conviene hacer hincapié sobre este hecho decisivo en nuestra historia para comprender la transición como una etapa muy brillante en la historia reciente de España, pero ni mucho menos inmaculada como algunos pretenden mitificar en nuestros días. Porque esta es otra, cuantos centristas de quita y pon están orgullosísimos de la transición mientras escupen cualquier legado que tenga algo que ver con Aznar. Que se lo digan a Arenas, por ejemplo.
Don Juan Carlos le entregó lo más valioso de la corona después de la corona, obviamente, que es el abrazo del rey. Si llegó tarde o no, doctores tiene la iglesia, pero que ese abrazo no puede ocultar el comportamiento poco grato del rey con Suárez cuando este ya no le servía, sería de desmemoriados a mala fé negarlo. Esperemos que el legado de Adolfo sea algo más que este abrazo real. Un legado que muchos quieren usar de manera interesada pero que pertenece, y con razón, a la memoria colectiva y patrimonio político de todos los españoles. Ningún político debe apropiárselo.
Por mucho que se empeñe el PSOE en hacernos creer que ellos trajeron la democracia, y por mucho que se empeñe el PP hasta en renegar de su pasado más inmediato, la verdad es que en la historia de España el nombre de Adolfo Suárez ocupa un lugar privilegiado. Por encima incluso de Franco, y no digamos ya del rey Juan Carlos. Quizás la historia pudo ser de otra manera, tener otros protagonistas, pero Suárez hizo posible la transición pacífica de la dictadura a la democracia, algo que aunque a día de hoy parezca moco de pavo tuvo su complejidad extrema: por un lado la izquierda y por otro el búnker, dispuestos a tensionar hasta donde hiciese falta para hacer triunfar sus posturas.
Adolfo Suárez no recuerda, a día de hoy, quien fue. Tampoco quienes eran los reyes. Pero el rey sí que recuerda perfectamente quienes son él y Adolfo, y esto es algo que, a pesar de que sea totalmente verdad eso de que los borbones te utilizan mientras les sirves, don Juan Carlos no se ha atrevido a olvidar nisiquiera en las condiciones precarias del ex presidente. Y ya es de agradecer estando el patio como está.
Qué duda cabe que todos los premios o reconocimientos a Adolfo Suárez se quedarán en el narcisismo de aquel que lo otorga, a sabiendas de que el duque ya no comprende qué significa nada. Pero precisamente en esto residirá el valor de aquel que lo haga, sabe de sobra que nada puede esperar a cambio ni en forma de favor ni en forma de confidencias.
Aún así, y siendo éste un país acostumbrado a criticar a vivos y muertos, ya es sorprendente que la peor postura que llegue a adoptarse contra Suárez sea la indiferencia. Pero la transición tuvo errores, y Adolfo Suárez también. Idolatrar a la transición es mitificar una etapa reciente de nuestra historia que debe revisarse a fondo, pues de esta revisión pueden, y deben, salir muchas explicaciones y soluciones a problemas políticos que aún nos asolan, algunos inclusos con mayor virulencia. No es cuestión de reescribir la transición, como pretende Zapatero, sino comprenderla. Es normal que estemos condenados a agravar nuestras debilidades y flaquezas si no asumimos que nos hemos equivocado en ciertas cosas.
No obstante, Adolfo sólo se puede merecer nuestro respeto y profunda admiración. Incluso sus enemigos de entonces le deben el cargo y el presupuesto que hoy ocupan y, en muchas ocasiones, saquean. Las autonomías fueron posibles, en gran medida, al proyecto político de Suárez. Al igual que la apertura política sin ambages algunos, a lo mejor Carrillo puede dar fé de ello. Si no es igual, ahí están las hemerotecas.
Pero Suárez se encontró con un enemigo muy poderoso, más que el búnker o la izquierda rupturista, y que fue la ETA. Sin un terrorismo que golpeaba bien duro por aquellos años, muchas presiones nacionalistas no habrían llegado tan lejos, de eso no cabe duda. Y se puede decir que la economía o la política social de un país es algo que va evolucionando en consonancia de la sociedad, y que pueden haber rachas mejores o peores de empleo y riqueza. Pero cuando se empieza a erosionar la identidad común de una nación hasta los extremos de odio, negación y clandestinidad por los que hoy se mueve todo lo español en regiones como Cataluña y Vascongadas, tienen un punto de muy difícil retorno. Y esto fue, precisamente, el mayor error de la transición y del proyecto político de Adolfo Suárez, siempre más allá y por encima de la UCD, con el final que todos conocemos.
Aún así, y llegados a este punto, sería injusto cargar sobre las espaldas de Adolfo toda la culpa de la claudicación política nacional que se fraguó y gestó a partir de 1975, donde todo lo español era franquista para acabar siendo en pleno 2008 sospechoso de franquismo todo aquel que se sienta español y tenga la osadía de reconocerlo. Pero conviene hacer hincapié sobre este hecho decisivo en nuestra historia para comprender la transición como una etapa muy brillante en la historia reciente de España, pero ni mucho menos inmaculada como algunos pretenden mitificar en nuestros días. Porque esta es otra, cuantos centristas de quita y pon están orgullosísimos de la transición mientras escupen cualquier legado que tenga algo que ver con Aznar. Que se lo digan a Arenas, por ejemplo.
Don Juan Carlos le entregó lo más valioso de la corona después de la corona, obviamente, que es el abrazo del rey. Si llegó tarde o no, doctores tiene la iglesia, pero que ese abrazo no puede ocultar el comportamiento poco grato del rey con Suárez cuando este ya no le servía, sería de desmemoriados a mala fé negarlo. Esperemos que el legado de Adolfo sea algo más que este abrazo real. Un legado que muchos quieren usar de manera interesada pero que pertenece, y con razón, a la memoria colectiva y patrimonio político de todos los españoles. Ningún político debe apropiárselo.
lunes, 21 de julio de 2008
MONTILLA Y BASAGOITI, LA DIFERENCIA ESTÁ EN LA DOSIS
En la dosis de desvergüenza, me refiero. Montilla, no obstante, tiene a su favor que está en el poder, mientras que Basagoiti está dispuesto a escupir y traicionar todo lo que haga falta con tal de, algún día, poder llegar a pisar la gran alfombra roja del presupuesto oficial. Claro que muchos no comprendrán tal cosa, porque aún existe gente que no está dispuesta a llegar al poder sin dignidad, pero lo que es más que evidente a estas alturas es que el poder sin dignidad no es propiedad exclusiva de Zapatero, ni siquiera del PSOE, sino que se disputa su propiedad de manera desgarrada este nuevo Partido Popular de Rajoy.
No ha podido hablar más claro ni en el sitio más indicado en consonancia de lo dicho, en el "Deia". Esto es como cuando Rajoy fue a la SER a hacer rimas con Francino, que no es Béquer pero Génova lo respeta más que al romántico. O cuando fue Alicia Sánchez Camacho a "la vanguardia" a decir que no era necesario firmar el manifiesto en defensa del español, sí, sí, el mismo manifiesto que había firmado la cúpula en masa de su partido. Ahora le tocaba a Basagoiti hacerse perdonar, por un lado, y confesarse, por el mismo. Y qué duda cabe que lo ha hecho de manera insuperable. Quizás sólo Olayarzabal lo podría hacer peor, hacer mejor quería decir, pero este segundo del nuevo PP vasco de Rajoy se reserva para tiempos próximos y batallas futuras.
Lo peor no es que hable del PP como un partido muy vasquista, que eso de vasquismo lo inventó un tal Sabino Arana. Tampoco es desolador que hable con desprecio de que la gente de apie consideré a los políticos del PP vasco como héroes, lo importante es que los perciba como gobernantes. Es decir, la versión más sórdida y miserable del queredme menos y votadme más de Adolfo Suárez, en sus tiempos del CDS. No. Lo que realmente hace que Basagoiti ya empiece a superar con creces a Patxi López en la ignominia y la traición a todo lo vivo y todo lo muerto es que se atreva a comparar, sin pestañear apenas, a Mayor Oreja y Redondo Terreros con las 3 "divas" del gobierno nacionalista vasco, con JuanJosé como madre superiora. Porque me imagino que lo siguiente a este insulto al más mínimo decoro y decencia será, además de que Basagoiti nos diga que se mal interpretaron sus palabras, llamar a Ibarretxe "JuanJosé", así, en plan familiar y paellero, para que el pacto con el PNV sea visto como algo natural, algo de casa, ¿para qué buscar fuera lo que tenemos dentro?.
Yo no sé si habrá alguna madre de alguien que escriba una carta a Basagoiti donde le diga eso de "harás y dirás cosas que nos helarán la sangre", pero la cuestión es que Regina Otaola, que además fue utilizada como coartada por Basagoiti, ya empeza a cuadrar poco con el mensaje y la postura de este PP patxizado que nada tiene que ver con ese PP de Gregorio Ordóñez o Miguel Ángel Blanco. Ahora es el momento de irse, Regina, y no intente hacernos comulgar con ruedas de molino que nada tienen que ver con la coherencia y la honestidad con lo que uno piensa y dice.
Ya sé que a Rajoy le encantaría que en un tiempo no muy lejano, le dijeran a él también eso de que te queremos mucho presidente, pero más queremos al país vasco. Dudo mucho que esto sea posible. Entre otras cosas porque Montilla ha llegado a ser presidente de Cataluña a pesar de ser analfabeto y a pesar de querer ser más nacionalista que Prat de la Riba. Basagoiti jamás llegará a subir ni un escaño con el camino que ha decidido tomar. Para ofertas vasquistas, querido, ya está el PSE, el PNV, IU, EA y todos. Excepto UPyD. Quizás en la comunidad vasca, según reflejan las encuestas, van a tomar el camino de Cataluña, de seguir erosionando y desgastando a la nación española pero a través del partido socialista.
Malos tiempos corren para aquellos españoles que aún se resisten a dejar de serlo. Para aquellos ciudadanos que aún se resisten a enterrar la memoria y la dignidad como base esencial de toda actuación política. Después de tres décadas, es imposible seguir actuando como si no existiese un pasado democrático donde mirarse, más que nada para aprender de nuestros errores, corregirlos y no volver a cometerlos. Pero aquí parece ser que el único partido que quedaba con ganas de luchar por un futuro mejor sabiendo que venimos de un pasado común, ha decidido matar cualquier atisbo de decencia con tal de abrazar poder, o por lo menos intentarlo.
Mucho confía, es verdad, Mariano Rajoy en que la crisis económica sea tan honda y extensa que lo lleve en volandas a la Moncloa. Puestos así hay que reconocer que solamente una situación de catástrofe nacional haría posible que quizás el PP obtuviese el apoyo de la mayoría para ver si así las cosas fuesen a mejor. Cualquier político que tuviese vergüenza no querría llegar así al poder, pero Rajoy no solamente quiere llegar así sino que sabe que de otro modo no lo hará. Y tampoco le importa. Habrá que ver lo que dice Cospedal de todo esto, y Pons, que muy callados están últimamente. Habrán dejado de guardia a Soraya con sus marcianos.
No ha podido hablar más claro ni en el sitio más indicado en consonancia de lo dicho, en el "Deia". Esto es como cuando Rajoy fue a la SER a hacer rimas con Francino, que no es Béquer pero Génova lo respeta más que al romántico. O cuando fue Alicia Sánchez Camacho a "la vanguardia" a decir que no era necesario firmar el manifiesto en defensa del español, sí, sí, el mismo manifiesto que había firmado la cúpula en masa de su partido. Ahora le tocaba a Basagoiti hacerse perdonar, por un lado, y confesarse, por el mismo. Y qué duda cabe que lo ha hecho de manera insuperable. Quizás sólo Olayarzabal lo podría hacer peor, hacer mejor quería decir, pero este segundo del nuevo PP vasco de Rajoy se reserva para tiempos próximos y batallas futuras.
Lo peor no es que hable del PP como un partido muy vasquista, que eso de vasquismo lo inventó un tal Sabino Arana. Tampoco es desolador que hable con desprecio de que la gente de apie consideré a los políticos del PP vasco como héroes, lo importante es que los perciba como gobernantes. Es decir, la versión más sórdida y miserable del queredme menos y votadme más de Adolfo Suárez, en sus tiempos del CDS. No. Lo que realmente hace que Basagoiti ya empiece a superar con creces a Patxi López en la ignominia y la traición a todo lo vivo y todo lo muerto es que se atreva a comparar, sin pestañear apenas, a Mayor Oreja y Redondo Terreros con las 3 "divas" del gobierno nacionalista vasco, con JuanJosé como madre superiora. Porque me imagino que lo siguiente a este insulto al más mínimo decoro y decencia será, además de que Basagoiti nos diga que se mal interpretaron sus palabras, llamar a Ibarretxe "JuanJosé", así, en plan familiar y paellero, para que el pacto con el PNV sea visto como algo natural, algo de casa, ¿para qué buscar fuera lo que tenemos dentro?.
Yo no sé si habrá alguna madre de alguien que escriba una carta a Basagoiti donde le diga eso de "harás y dirás cosas que nos helarán la sangre", pero la cuestión es que Regina Otaola, que además fue utilizada como coartada por Basagoiti, ya empeza a cuadrar poco con el mensaje y la postura de este PP patxizado que nada tiene que ver con ese PP de Gregorio Ordóñez o Miguel Ángel Blanco. Ahora es el momento de irse, Regina, y no intente hacernos comulgar con ruedas de molino que nada tienen que ver con la coherencia y la honestidad con lo que uno piensa y dice.
Ya sé que a Rajoy le encantaría que en un tiempo no muy lejano, le dijeran a él también eso de que te queremos mucho presidente, pero más queremos al país vasco. Dudo mucho que esto sea posible. Entre otras cosas porque Montilla ha llegado a ser presidente de Cataluña a pesar de ser analfabeto y a pesar de querer ser más nacionalista que Prat de la Riba. Basagoiti jamás llegará a subir ni un escaño con el camino que ha decidido tomar. Para ofertas vasquistas, querido, ya está el PSE, el PNV, IU, EA y todos. Excepto UPyD. Quizás en la comunidad vasca, según reflejan las encuestas, van a tomar el camino de Cataluña, de seguir erosionando y desgastando a la nación española pero a través del partido socialista.
Malos tiempos corren para aquellos españoles que aún se resisten a dejar de serlo. Para aquellos ciudadanos que aún se resisten a enterrar la memoria y la dignidad como base esencial de toda actuación política. Después de tres décadas, es imposible seguir actuando como si no existiese un pasado democrático donde mirarse, más que nada para aprender de nuestros errores, corregirlos y no volver a cometerlos. Pero aquí parece ser que el único partido que quedaba con ganas de luchar por un futuro mejor sabiendo que venimos de un pasado común, ha decidido matar cualquier atisbo de decencia con tal de abrazar poder, o por lo menos intentarlo.
Mucho confía, es verdad, Mariano Rajoy en que la crisis económica sea tan honda y extensa que lo lleve en volandas a la Moncloa. Puestos así hay que reconocer que solamente una situación de catástrofe nacional haría posible que quizás el PP obtuviese el apoyo de la mayoría para ver si así las cosas fuesen a mejor. Cualquier político que tuviese vergüenza no querría llegar así al poder, pero Rajoy no solamente quiere llegar así sino que sabe que de otro modo no lo hará. Y tampoco le importa. Habrá que ver lo que dice Cospedal de todo esto, y Pons, que muy callados están últimamente. Habrán dejado de guardia a Soraya con sus marcianos.
jueves, 17 de julio de 2008
OTRA DE COHERENCIA
Han pasado ya algunas semanas desde que este PP de Rajoy, este nuevo PP de Rajoy, insisto de Rajoy, empezó a andar. Y como dicen que todo cargo tiene derecho a 100 días de gracia, algo absurdo que nunca he terminado de comprender, Rajoy dejó claro, casi desde el primer día posterior a su segunda victoria derrotada, que no necesitaba tantos días para demostrar que estaba dispuesto a perder todo, menos el cargo, con tal de seguir enchufado a una poltrona que le tenía más enganchado y dependiente de lo que muchos jamás pudimos imaginar.
Es verdad que con el paso del tiempo, y la mirada hacia atrás, uno ve las cosas de manera tal vez más serena, pero todas las páginas abyectas y miserables que el nuevo PP de Rajoy ha dejado para los anales, no cotizarán, precisamente, a la baja en la traición y navajeo, cuando la historia que nunca se detiene empiece a pasar revista desde una lejanía prudencial. Todo lo que hoy, ayer, ante ayer, nos parecía bochornoso, dentro de 6 meses, de un año, será aún mucho más bochornoso, que lógicamte a Cospedal le dará exactamente igual, para ella perder un millón, dos millones de votos, es algo que no le quita, faltaría más, ni un solo minuto de sueño.
Pero hay que reconocer que dentro de todo este proceso de gestación del nuevo PP de Rajoy, si bien lo más miserable y vomitivo se ha plasmado en la metamorfosis moral, social y política del PP vasco, la página más divertida la encontramos en el PP catalán, que aunque realmente tenga poca gracia para la posibilidad real de democracia en Cataluña, el espectáculo pre congresual, congresual, y ahora post congresual, es digno de ser reflejado en un sainete de aquellos que se merecerían llenar el teatro real madrileño a lo largo de todo un año. O también como intermedio en el espectáculo del mayor show girls de Madrid o el tradicional Boys que tanta competencia le hace al bingo entre las señoronas castellanas bien situadas en la tercera edad.
Hoy Alicia Sánchez Camacho que sigue paseando su trofeo catalán como prueba inequívoca de su cuchillada jamonera a María San Gil, ha dejado meridianamente claro el ideal que va a reinar en el PP catalán a partir de ahora: el no hace falta. En el PP nada haca falta, excepto la cara dura. Con cara dura, a día de hoy, en el PP se llega a lo más alto, véase Rajoy. Por eso lo que ha dicho Alicia no es tampoco para alarmarse, es, a lo bruto, la esencia principal del nuevo despotismo nada ilustrado de Rajoy: no hace falta. ¿Respetar a Aznar aunque sea la cuarta parte de lo que el PSOE respeta a Felipe?, no hace falta. ¿Disimular la patada en el trasero a históricos como Mayor Oreja?, no hace falta. ¿Respetar, aunque a Lasalle le pida el cuerpo otra cosa, a la figura de San Gil?, no hace falta. ¿Jubilar ya de una vez a Manuel Fraga que tanto daño está haciendo al partido?,no hace falta. ¿Abrir el PP a unas primarias donde sean sus militantes los que elijan a su líder?, no hace falta. Es que tantas cosas han dejado de hacer falta en el PP desde que Rajoy se subió a su velero llamado libertad...
Que nadie espere, eso sí, una respuesta heróica o contudente de nadie del PP. Como mucho Alicia nos dirá que se mal interpretaron sus palabras, y aquí no ha pasado nada. Es la eterna costumbre del político de pensar que puede tomar a todos los ciudadanos por imbéciles y engañarles cada vez que quiera, aunque también es verdad que no está exento de muchos votos de aquellos seguidores que asumen la mentira y el engaño en la naturaleza del político y, claro, para que nos engañen los otros, pues que nos mientan los nuestros.
Y así una vez más volvemos a ver cómo es posible que todo el PP genoves haya firmado el manifiesto, y aquella que pone a dedo Rajoy en Cataluña va y nos dice que "no es necesario". O cómo la palmera Cospedal dice, sin ruborizarse además, que su partido seguirá partiéndose la cara por defender el castellano, mientras en el congreso regional de Cataluña si quitásemos los logotipos del PP sería perfectamente equiparable al lenguaje de un congreso de ERC.
Hay que comprenderlo, es el centrismo, es la huella de ese hombre fuerte llamado Javier Arenas, el cual después de tirarse durante meses día y noche diciendo que el estatuto andaluz era malo para Andalucía, vino la barita del centrismo y, magia arenil, el estatuto andaluz ya era muy bueno, y con realidad andaluza incluida, para que luego digan. Creo que a estas alturas sí que no es necesario seguir explicando mucho más cómo caza la perra en este nuevo PP de Rajoy
Es verdad que con el paso del tiempo, y la mirada hacia atrás, uno ve las cosas de manera tal vez más serena, pero todas las páginas abyectas y miserables que el nuevo PP de Rajoy ha dejado para los anales, no cotizarán, precisamente, a la baja en la traición y navajeo, cuando la historia que nunca se detiene empiece a pasar revista desde una lejanía prudencial. Todo lo que hoy, ayer, ante ayer, nos parecía bochornoso, dentro de 6 meses, de un año, será aún mucho más bochornoso, que lógicamte a Cospedal le dará exactamente igual, para ella perder un millón, dos millones de votos, es algo que no le quita, faltaría más, ni un solo minuto de sueño.
Pero hay que reconocer que dentro de todo este proceso de gestación del nuevo PP de Rajoy, si bien lo más miserable y vomitivo se ha plasmado en la metamorfosis moral, social y política del PP vasco, la página más divertida la encontramos en el PP catalán, que aunque realmente tenga poca gracia para la posibilidad real de democracia en Cataluña, el espectáculo pre congresual, congresual, y ahora post congresual, es digno de ser reflejado en un sainete de aquellos que se merecerían llenar el teatro real madrileño a lo largo de todo un año. O también como intermedio en el espectáculo del mayor show girls de Madrid o el tradicional Boys que tanta competencia le hace al bingo entre las señoronas castellanas bien situadas en la tercera edad.
Hoy Alicia Sánchez Camacho que sigue paseando su trofeo catalán como prueba inequívoca de su cuchillada jamonera a María San Gil, ha dejado meridianamente claro el ideal que va a reinar en el PP catalán a partir de ahora: el no hace falta. En el PP nada haca falta, excepto la cara dura. Con cara dura, a día de hoy, en el PP se llega a lo más alto, véase Rajoy. Por eso lo que ha dicho Alicia no es tampoco para alarmarse, es, a lo bruto, la esencia principal del nuevo despotismo nada ilustrado de Rajoy: no hace falta. ¿Respetar a Aznar aunque sea la cuarta parte de lo que el PSOE respeta a Felipe?, no hace falta. ¿Disimular la patada en el trasero a históricos como Mayor Oreja?, no hace falta. ¿Respetar, aunque a Lasalle le pida el cuerpo otra cosa, a la figura de San Gil?, no hace falta. ¿Jubilar ya de una vez a Manuel Fraga que tanto daño está haciendo al partido?,no hace falta. ¿Abrir el PP a unas primarias donde sean sus militantes los que elijan a su líder?, no hace falta. Es que tantas cosas han dejado de hacer falta en el PP desde que Rajoy se subió a su velero llamado libertad...
Que nadie espere, eso sí, una respuesta heróica o contudente de nadie del PP. Como mucho Alicia nos dirá que se mal interpretaron sus palabras, y aquí no ha pasado nada. Es la eterna costumbre del político de pensar que puede tomar a todos los ciudadanos por imbéciles y engañarles cada vez que quiera, aunque también es verdad que no está exento de muchos votos de aquellos seguidores que asumen la mentira y el engaño en la naturaleza del político y, claro, para que nos engañen los otros, pues que nos mientan los nuestros.
Y así una vez más volvemos a ver cómo es posible que todo el PP genoves haya firmado el manifiesto, y aquella que pone a dedo Rajoy en Cataluña va y nos dice que "no es necesario". O cómo la palmera Cospedal dice, sin ruborizarse además, que su partido seguirá partiéndose la cara por defender el castellano, mientras en el congreso regional de Cataluña si quitásemos los logotipos del PP sería perfectamente equiparable al lenguaje de un congreso de ERC.
Hay que comprenderlo, es el centrismo, es la huella de ese hombre fuerte llamado Javier Arenas, el cual después de tirarse durante meses día y noche diciendo que el estatuto andaluz era malo para Andalucía, vino la barita del centrismo y, magia arenil, el estatuto andaluz ya era muy bueno, y con realidad andaluza incluida, para que luego digan. Creo que a estas alturas sí que no es necesario seguir explicando mucho más cómo caza la perra en este nuevo PP de Rajoy
jueves, 10 de julio de 2008
CARRERA DE RATAS
Hoy se cumplen ya 11 años desde que la ETA martirizó y asesinó a Miguel Ángel Blanco. Tantas cosas han pasado desde entonces que ya hasta su propio partido le ha dado la espalda. Porque hay que decirlo así, el Partido Popular destruído por Mariano Rajoy ha dado la espalda a la víctima que provocó la mayor reacción social en contra del terrorismo. Sin ir más lejos su propia hermana ha aceptado formar parte de una ejecutiva al servicio de Rajoy donde blanquear la conciencia pepera por su aviesa traición y puñalada a María San Gil parece que es el máximo imperativo ético que se marcan hoy en Génova 13.
Yo tenía apenas 14 ó 15 años, y recuerdo perfectamente la reacción social que se produjo en aquel entonces. De ahí que se hablase de lo que se conocerá como el espíritu de Ermua, un espiritu cuyo obituario hace ya años que pasó a engrosar la lista de bajas en la historia de la desmemoria y desvergüenza social. Pero la realidad es que esa marea humana de indignación provocó que el PNV, por fin, saliera del armario del todo, se quitara su careta de demócrata, demostrara con quien estaba realmente y, por supuesto, acabó del lado de la ETA, ahí tenemos Lizarra.
Pero parece ser que 11 años después los propios compañeros de Miguel Ángel o ahora simplemente dirigentes del mismo partido, han decidido olvidar aquellos días de dolor y de ignominia para empezar a preparar la alfombra por si acaso el PNV necesita de sus votos y el Partido Popular no puede negarse. Porque aquí reside la madre de todo lo que se está gestando y produciendo en el PP vasco: el poder por encima de todo. Y de todos, si hiciese falta, que diría el miserable de Alonso.
Es realmente asombroso, aunque no es original, el observar como políticos que han estado jugándose su vida hasta hace bien poco por defender lo que hoy reniegan, cambian de la noche a la mañana de criterio y de valores. ¿Es posible que nos estuvieran mintiendo a costa de jugarse su propia vida?, resulta, realmente, demasiado tétrico pensar esto, incluso viniendo de gente como Rajoy o Alonso. Entonces, ¿cuál es el problema?. Que Rajoy quiere tocar, a toda costa, poder allá donde sea, porque Mariano está enfermo de ambición, poder y soberbia, desde que perdió las elecciones en 2008, y así ha querido hacer un partido a su imagen, semejanza y ambición.
Está claro que esto es ya una carrera de ratas donde la última no tendrá asiento en la tribuna de la miseria, que como en el PP a día de hoy coincide con el coche oficial y el cargo, ahí es donde quieren estar todos. Bueno, todos, todos, no. Aún queda gente honrada, aunque termine cogiendo las de villadiego y marchándose del PP. Lógicamente, lo que le importa esto a Rajoy, Cospedal y demás piara, es más o menos que nada. Pero la gente, el votante común, el que lleva votando al PP toda su vida, sí le importa. Es más, es lo que más le importa. Ya vendrán las urnas, como dicen muchos, aunque Rajoy y sus palmeros parezcan ignorar aquello que terminará sepultándolos. No merece mejor final una pandilla de políticos aferrados al cargo por encima de la dignidad, la coherencia, la honradez y el respeto a sus votantes. Ya se sabe, las ratas no tienen decencia.
Yo tenía apenas 14 ó 15 años, y recuerdo perfectamente la reacción social que se produjo en aquel entonces. De ahí que se hablase de lo que se conocerá como el espíritu de Ermua, un espiritu cuyo obituario hace ya años que pasó a engrosar la lista de bajas en la historia de la desmemoria y desvergüenza social. Pero la realidad es que esa marea humana de indignación provocó que el PNV, por fin, saliera del armario del todo, se quitara su careta de demócrata, demostrara con quien estaba realmente y, por supuesto, acabó del lado de la ETA, ahí tenemos Lizarra.
Pero parece ser que 11 años después los propios compañeros de Miguel Ángel o ahora simplemente dirigentes del mismo partido, han decidido olvidar aquellos días de dolor y de ignominia para empezar a preparar la alfombra por si acaso el PNV necesita de sus votos y el Partido Popular no puede negarse. Porque aquí reside la madre de todo lo que se está gestando y produciendo en el PP vasco: el poder por encima de todo. Y de todos, si hiciese falta, que diría el miserable de Alonso.
Es realmente asombroso, aunque no es original, el observar como políticos que han estado jugándose su vida hasta hace bien poco por defender lo que hoy reniegan, cambian de la noche a la mañana de criterio y de valores. ¿Es posible que nos estuvieran mintiendo a costa de jugarse su propia vida?, resulta, realmente, demasiado tétrico pensar esto, incluso viniendo de gente como Rajoy o Alonso. Entonces, ¿cuál es el problema?. Que Rajoy quiere tocar, a toda costa, poder allá donde sea, porque Mariano está enfermo de ambición, poder y soberbia, desde que perdió las elecciones en 2008, y así ha querido hacer un partido a su imagen, semejanza y ambición.
Está claro que esto es ya una carrera de ratas donde la última no tendrá asiento en la tribuna de la miseria, que como en el PP a día de hoy coincide con el coche oficial y el cargo, ahí es donde quieren estar todos. Bueno, todos, todos, no. Aún queda gente honrada, aunque termine cogiendo las de villadiego y marchándose del PP. Lógicamente, lo que le importa esto a Rajoy, Cospedal y demás piara, es más o menos que nada. Pero la gente, el votante común, el que lleva votando al PP toda su vida, sí le importa. Es más, es lo que más le importa. Ya vendrán las urnas, como dicen muchos, aunque Rajoy y sus palmeros parezcan ignorar aquello que terminará sepultándolos. No merece mejor final una pandilla de políticos aferrados al cargo por encima de la dignidad, la coherencia, la honradez y el respeto a sus votantes. Ya se sabe, las ratas no tienen decencia.
miércoles, 9 de julio de 2008
HAY GENTE DEL PP QUE SE RESISTE A MARIANO
Parece ser que después del atrevimiento y osadía de unos "hooligans" de abuchear en el congreso catalán a la tonta útil de Ana Mato, ahora están teniendo el mal gusto, la poca gratitud, el afán por destruir, por ahora, 2 cargos del PP vasco que han dimitido por coherencia y apoyo a María San Gil. Y esto ya es sorprendente, pues cuántos apoyaron a San Gil y dijeron que si María se iba ellos se irían, y sin embargo María se fue y ellos siguen ahí.
Ya se sabe que la dignidad en la política, y no digamos ya en este PP rajoyesco, no es que sea rara avis, sino que está sañudamente perseguido y casi elevado a la categoría de incompatible con compajinar un cargo al servicio de Rajoy. Pero claro que del dicho al hecho hay mucho trecho, y hasta hoy solamente habíamos visto chispas de dignidad entre militantes de base del PP catalán. Pues a partir de hoy ya han escrito dos vascos su nombre en la lista, tan tan corta, de la gente digna en estos tiempos rajoyescos que cuando la historia venga a hacer su juicio inapelable, dejarán en tal mal lugar tantos y tantos políticos que ayer parecían honrados y dignos y hoy se han descubierto como garantes de la miseria en el PP.
Las razones de sus dimisiones, en especial la carta de Carmen Rubio, vienen a confirmarnos lo que ya sabíamos pero muchos se resistían a reconocerlo al no haber prueba gráfica, documental, testimonial, que dejase al descubierto tanta desvergüenza, traición aviesa y puñaladas a destajo, que habían despedazado la moral y el coraje de una mujer ejemplar que tuvo que presenciar en directo como asesinaban a Gregorio Ordoñez y, desde entonces, ha estado jugándose cada día su vida para defender los valores de la democracia, de la libertad y de España. Que sí, que otros que hoy tracionan todo esto también se han jugado la vida, no se puede negar. Pero con una diferencia, que ahora los Alonsos y Baisagoitis prefieren que los nacionalistas le perdonen la vida a seguir jugándosela en nombre de los españoles y de la dignidad de una sociedad que muchas veces se respeta muy poco a sí misma. Ya muchos, pero muchos, de los dirigentes de este nuevo PP vasco están a la altura de personajes como Jaúregui, por ejemplo, que pasó de ser uno de los objetivos prioritarios de la ETA a defensor de causa de Batasuna y la rendición al terrorismo. Si ya entonces se criticó esta metamorfosis, esta traición a toda memoria de un pasado honrroso, no se va ahora a silenciar y ocultar que la mayoría de la cúpula del PP vasco está haciendo, exactamente, lo mismo que el PSE cuando llegó Paxti con la unción de un Zapatero que ya empezaba a revelarse como un peligro público para la idea nacional y toda dignidad que tuviese que ver con ella. Claro, que ahora esta metamorfosis del PP está subvencionada, patrocinada y estimulada por Mariano Rajoy Brey, el personaje más mediocre y miserable que ha tenido la derecha española en sus filas, y mira que ha tenido a mediocres y miserables.
La cuestión es que en el PP vasco no existe una Nebrera que pueda poner patar arriba la "pax rajoyesca", pues así ha decidido Rajoy administrar la "pax" en el PP, como los romanos en sus territorios. Todos reconocen al líder único aunque cada uno haga lo que quiera en su taifa, con los correspondientes disimulos, claro está. Pero ya a pocos días del congreso han abierto la puerta de la dignidad dos dirigentes que se han ido con María San Gil, que es donde debería de estar cualquier cargo del PP que tuviese un mínimo sentido del decoro y de la moral. Quizás no habrá más, o quizás empezaran a desfilar personas como Regina Otaola, cuya dimisión y apoyo así a María San Gil echo en falta, entre otras cosas porque la propia Regina así lo dijo antes de que San Gil fuese apuñalada e insultada. Sea como sea, veremos de nuevo la película de los últimos meses, donde todo y cada uno que ha discrepado o dimitido de la loa y el apoyo a Rajoy, ha sido perseguido, injuriado y triturado al más puso estilo socialista con sus enemigos, que hasta hoy siempre había sido el PP.
Ya ha empezado Usandizaga, insultando a Carmen Rubio. No tardará en hacerlo Cospedal, aunque quizás su fijación con María San Gil le impida insultar a nadie más del PP vasco, pero yo creo que le dedicará algunas palabras. Y, a partir de aquí, la lista ya se sabe, la de los palmeros de Mariano. Luego Rajoy dará la orden de no reproducir los nombres de los nuevos "traidores desestores", que así llaman en privado los palmeros a San Gil y Aznar, y se hará la fotografía con María del Mar Blanco para demostrar que nada ha cambiado en el PP, que todo sigue igual, como la canción de Julio.
Pero ahora no es tiempo de pax romana, sino es tiempo de dignidad o indignidad. El resultado, mucho me temo, ya lo podemos imaginar.
Ya se sabe que la dignidad en la política, y no digamos ya en este PP rajoyesco, no es que sea rara avis, sino que está sañudamente perseguido y casi elevado a la categoría de incompatible con compajinar un cargo al servicio de Rajoy. Pero claro que del dicho al hecho hay mucho trecho, y hasta hoy solamente habíamos visto chispas de dignidad entre militantes de base del PP catalán. Pues a partir de hoy ya han escrito dos vascos su nombre en la lista, tan tan corta, de la gente digna en estos tiempos rajoyescos que cuando la historia venga a hacer su juicio inapelable, dejarán en tal mal lugar tantos y tantos políticos que ayer parecían honrados y dignos y hoy se han descubierto como garantes de la miseria en el PP.
Las razones de sus dimisiones, en especial la carta de Carmen Rubio, vienen a confirmarnos lo que ya sabíamos pero muchos se resistían a reconocerlo al no haber prueba gráfica, documental, testimonial, que dejase al descubierto tanta desvergüenza, traición aviesa y puñaladas a destajo, que habían despedazado la moral y el coraje de una mujer ejemplar que tuvo que presenciar en directo como asesinaban a Gregorio Ordoñez y, desde entonces, ha estado jugándose cada día su vida para defender los valores de la democracia, de la libertad y de España. Que sí, que otros que hoy tracionan todo esto también se han jugado la vida, no se puede negar. Pero con una diferencia, que ahora los Alonsos y Baisagoitis prefieren que los nacionalistas le perdonen la vida a seguir jugándosela en nombre de los españoles y de la dignidad de una sociedad que muchas veces se respeta muy poco a sí misma. Ya muchos, pero muchos, de los dirigentes de este nuevo PP vasco están a la altura de personajes como Jaúregui, por ejemplo, que pasó de ser uno de los objetivos prioritarios de la ETA a defensor de causa de Batasuna y la rendición al terrorismo. Si ya entonces se criticó esta metamorfosis, esta traición a toda memoria de un pasado honrroso, no se va ahora a silenciar y ocultar que la mayoría de la cúpula del PP vasco está haciendo, exactamente, lo mismo que el PSE cuando llegó Paxti con la unción de un Zapatero que ya empezaba a revelarse como un peligro público para la idea nacional y toda dignidad que tuviese que ver con ella. Claro, que ahora esta metamorfosis del PP está subvencionada, patrocinada y estimulada por Mariano Rajoy Brey, el personaje más mediocre y miserable que ha tenido la derecha española en sus filas, y mira que ha tenido a mediocres y miserables.
La cuestión es que en el PP vasco no existe una Nebrera que pueda poner patar arriba la "pax rajoyesca", pues así ha decidido Rajoy administrar la "pax" en el PP, como los romanos en sus territorios. Todos reconocen al líder único aunque cada uno haga lo que quiera en su taifa, con los correspondientes disimulos, claro está. Pero ya a pocos días del congreso han abierto la puerta de la dignidad dos dirigentes que se han ido con María San Gil, que es donde debería de estar cualquier cargo del PP que tuviese un mínimo sentido del decoro y de la moral. Quizás no habrá más, o quizás empezaran a desfilar personas como Regina Otaola, cuya dimisión y apoyo así a María San Gil echo en falta, entre otras cosas porque la propia Regina así lo dijo antes de que San Gil fuese apuñalada e insultada. Sea como sea, veremos de nuevo la película de los últimos meses, donde todo y cada uno que ha discrepado o dimitido de la loa y el apoyo a Rajoy, ha sido perseguido, injuriado y triturado al más puso estilo socialista con sus enemigos, que hasta hoy siempre había sido el PP.
Ya ha empezado Usandizaga, insultando a Carmen Rubio. No tardará en hacerlo Cospedal, aunque quizás su fijación con María San Gil le impida insultar a nadie más del PP vasco, pero yo creo que le dedicará algunas palabras. Y, a partir de aquí, la lista ya se sabe, la de los palmeros de Mariano. Luego Rajoy dará la orden de no reproducir los nombres de los nuevos "traidores desestores", que así llaman en privado los palmeros a San Gil y Aznar, y se hará la fotografía con María del Mar Blanco para demostrar que nada ha cambiado en el PP, que todo sigue igual, como la canción de Julio.
Pero ahora no es tiempo de pax romana, sino es tiempo de dignidad o indignidad. El resultado, mucho me temo, ya lo podemos imaginar.
martes, 8 de julio de 2008
PELILLOS A LA MAR
Es verdad que la actualidad del partido socialista nos ofrece una cantidad inagotable de temas que poder desmenuzar y criticar con gusto y empeño, pero la deriva ya inevitable, y por lo que se ve inagotable, del Partido Popular me obliga a escribir una y otra vez del antaño partido liberal de derechas, también llamado centro, que ofrecía una alternativa, ahora ya se ve que no real, al zapaterismo naciente que empezó a creérselo un 14 de Marzo del 2004. Nunca un vacío ideológico tan inmenso había ocupado tanto espacio de una sociedad que se resigna, en un gran número, a aceptar la vacuna contra las ideas y la libertad como fórmula segura de una contínua y artificial felicidad, pero que parece verdadera.
Hemos tenido que esperar, eso sí, 5 años para que Zapatero nos confiese que su proyecto va más allá de la alternancia, aunque no dijo a dónde. No hizo falta, porque todos le entendieron. Claro que ante esto ha tenido que salir Esperanza Aguirre para recordar que en una democracia ir más allá de la alternancia es ir más acá hacia una dictadura, ya que Rajoy está muy ocupado en decirnos lo que habla la gente por la calle o la cantidad de apoyos que tiene en su haber partidista. Si Mariano Rajoy de verdad supiera lo que dice la gente por la calle, es que dimitiría ipso facto y se iría por una larga temporada a un monasterio a reposar, quizás a purgar sus pecados, si acaso existiese la penitencia real para el mal político brotado de la prematura semilla de la vanidad, precursora de toda corrupción posterior.
Pero dejando a un lado que Zapatero nos haga conocedores de sus más profundos sueños, la crisis del PP es lo que hace posible el paseo, hasta ahora, casi militar de un gobierno que no se puede decir que es continuación del anterior porque en el poco tiempo que lleva esta legislatura ya está demostrando que es peor. Una crisis económica galopante, donde Zapatero se empeña hasta extremos insultantes en evitar nombrar la palabra crisis, como si esto fuese un antídoto mágico para el paro, la subida de hipotecas o el atraco a mano armada cada vez que repostamos nuestro vehículo; una huelga de transporte que llevó al país al borde del caos sin que el gobierno hiciese ni un solo día ni una sola cosa bien. Por no hablar, en términos políticos, la irrupción como elefante en cacharrería de la ministra Aído, que ha concitado más odios y rechazos en su propio gobierno, o partido, que en la oposición. Y, como siempre, el juego zapateril a dos bandas con Ibarretxe y el PCTV como telón de fondo. Todo esto, y la manifiesta incopetencia, encima soberbia, del gobierno, habrían puesto en bandeja a una oposición de verdad la posiblidad de promover una moción de censura contra Zapatero, no con el objetivo de ganarla, que sería complicada, sino como puesta de largo de un partido que aspira a ser algo más que oposición eterna, es decir, gobierno real.
Pero Rajoy decidió que lo mejor para su país y para su partido era quedarse, y así desató esos huracanes que, desde entocnes y hasta hoy, asolan al Partido Popular con las ya más que visibles consecuencias de los nuevos aires que azotan la derecha.
Ya no es que el PP haya caído en el desprecio absoluto a quien le deben todo. Ya no es que el PP haya tratado de manera miserable hasta la náusea a gente que son ejemplo y guía de la libertad y la lucha por la democracia. Ya no es que el PP en pleno se haya puesto al servicio de un déspota mediocre que el único mérito que hizo para estar donde está es engañar a todos, al primero el del dedo todopoderoso. Es que el Partido Popular está formado hoy por mediocres, profesionales de la conspiración y antiguos corruptos y autoritarios de caché más que probado.
España, es verdad, no sé si se merece el gobierno que hoy padece, pero lo que es seguro es que no se merece la oposición que encarna el Partido Popular, entre otras cosas porque al PP no se le votó para que hiceran las cosas que ahora están haciendo.
Aún no se han apagado los ecos del congreso catalán y balear, cuando ya se vislumbra de fondo el de la comunidad vasca, mucho más importante desde el punto de vista moral que el catalán, aunque ambos con la misma importancia política quizás. Apenas han pasado 48 horas y la gran vencedora del congreso, Monserrat Nebrera, ya está comportándose con una soberbia que ni que hubiese perdido, pero la realidad es que Rajoy ha provocado que alguien que estaba totalmente marginada en el PPC sea ahora la heroína de tantos y tantos que ya no aguantan más a un déspota asistido por la "madamme" Arenas y la totan útil, puesto que se disputan entre Ana Mato y Cospedal.
Encima, con todo lo que está lloviendo, viene Rajoy a decirnos que él está ahí porque todos lo quieren y que lo demás pues pelillos a la mar. Pero así tal cual. Quizás deberían de ponerle varias veces al día el abucheo antológico que recibió Ana Mato en el congreso. Quizás debería recordarle que gracias a su centrismo, nunca mejor dicho, una candidata que contaba, inicialmente, con 100 avales ha estado a punto de ganarle a la senescal impuesta por Génova, porque Rajoy se cree que su dedo es igual que el de Aznar. Pues que vaya haciendo cuentas de los votos que recogerá Rosa Díez.
Hemos tenido que esperar, eso sí, 5 años para que Zapatero nos confiese que su proyecto va más allá de la alternancia, aunque no dijo a dónde. No hizo falta, porque todos le entendieron. Claro que ante esto ha tenido que salir Esperanza Aguirre para recordar que en una democracia ir más allá de la alternancia es ir más acá hacia una dictadura, ya que Rajoy está muy ocupado en decirnos lo que habla la gente por la calle o la cantidad de apoyos que tiene en su haber partidista. Si Mariano Rajoy de verdad supiera lo que dice la gente por la calle, es que dimitiría ipso facto y se iría por una larga temporada a un monasterio a reposar, quizás a purgar sus pecados, si acaso existiese la penitencia real para el mal político brotado de la prematura semilla de la vanidad, precursora de toda corrupción posterior.
Pero dejando a un lado que Zapatero nos haga conocedores de sus más profundos sueños, la crisis del PP es lo que hace posible el paseo, hasta ahora, casi militar de un gobierno que no se puede decir que es continuación del anterior porque en el poco tiempo que lleva esta legislatura ya está demostrando que es peor. Una crisis económica galopante, donde Zapatero se empeña hasta extremos insultantes en evitar nombrar la palabra crisis, como si esto fuese un antídoto mágico para el paro, la subida de hipotecas o el atraco a mano armada cada vez que repostamos nuestro vehículo; una huelga de transporte que llevó al país al borde del caos sin que el gobierno hiciese ni un solo día ni una sola cosa bien. Por no hablar, en términos políticos, la irrupción como elefante en cacharrería de la ministra Aído, que ha concitado más odios y rechazos en su propio gobierno, o partido, que en la oposición. Y, como siempre, el juego zapateril a dos bandas con Ibarretxe y el PCTV como telón de fondo. Todo esto, y la manifiesta incopetencia, encima soberbia, del gobierno, habrían puesto en bandeja a una oposición de verdad la posiblidad de promover una moción de censura contra Zapatero, no con el objetivo de ganarla, que sería complicada, sino como puesta de largo de un partido que aspira a ser algo más que oposición eterna, es decir, gobierno real.
Pero Rajoy decidió que lo mejor para su país y para su partido era quedarse, y así desató esos huracanes que, desde entocnes y hasta hoy, asolan al Partido Popular con las ya más que visibles consecuencias de los nuevos aires que azotan la derecha.
Ya no es que el PP haya caído en el desprecio absoluto a quien le deben todo. Ya no es que el PP haya tratado de manera miserable hasta la náusea a gente que son ejemplo y guía de la libertad y la lucha por la democracia. Ya no es que el PP en pleno se haya puesto al servicio de un déspota mediocre que el único mérito que hizo para estar donde está es engañar a todos, al primero el del dedo todopoderoso. Es que el Partido Popular está formado hoy por mediocres, profesionales de la conspiración y antiguos corruptos y autoritarios de caché más que probado.
España, es verdad, no sé si se merece el gobierno que hoy padece, pero lo que es seguro es que no se merece la oposición que encarna el Partido Popular, entre otras cosas porque al PP no se le votó para que hiceran las cosas que ahora están haciendo.
Aún no se han apagado los ecos del congreso catalán y balear, cuando ya se vislumbra de fondo el de la comunidad vasca, mucho más importante desde el punto de vista moral que el catalán, aunque ambos con la misma importancia política quizás. Apenas han pasado 48 horas y la gran vencedora del congreso, Monserrat Nebrera, ya está comportándose con una soberbia que ni que hubiese perdido, pero la realidad es que Rajoy ha provocado que alguien que estaba totalmente marginada en el PPC sea ahora la heroína de tantos y tantos que ya no aguantan más a un déspota asistido por la "madamme" Arenas y la totan útil, puesto que se disputan entre Ana Mato y Cospedal.
Encima, con todo lo que está lloviendo, viene Rajoy a decirnos que él está ahí porque todos lo quieren y que lo demás pues pelillos a la mar. Pero así tal cual. Quizás deberían de ponerle varias veces al día el abucheo antológico que recibió Ana Mato en el congreso. Quizás debería recordarle que gracias a su centrismo, nunca mejor dicho, una candidata que contaba, inicialmente, con 100 avales ha estado a punto de ganarle a la senescal impuesta por Génova, porque Rajoy se cree que su dedo es igual que el de Aznar. Pues que vaya haciendo cuentas de los votos que recogerá Rosa Díez.
lunes, 7 de julio de 2008
ALICIA Y LAPORTA, TAL PARA CUAL
No sé por qué pero este fin de semana se juntaron en Barcelona dos cosas que, aunque no lo parezca, tenían mucho en común: la moción de censura contra Laporta y el congreso del PP catalán. Precisamente en este congreso pepero se ha escenificado uno de los sueños de Laporta, y es que todo esté en catalán. Ignoro sin en los anteriores congresos del PPC también se rotuló todo en la lengua catalana, al más puro estilo de ERC. Pero que en estos momentos donde el debate sobre la inmersión lingüística está más que candente, que sea precisamente en un congreso de un partido, el PP, que ha firmado el manifiesto en la defensa del español, retrata, perfectamente, la altura moral y política de dicho partido.
A Laporta le han dicho que se vaya un 60%, pero no se va. A la candidata de Rajoy le montaron tal abucheo, que su rival, la marginal Nebrera por la que nadie daba un duro, ha estado a punto de arrebatarle la victoria a la soviética que Mariano le quiso brindar a Alicia Camacho como pago a su apuñalamiento a María San Gil. Claro, siempre desde el "sacrificio personal" de doña Alicia, que por generosidad y gracia de Daniel Sirera ha optado, primero, a un escaño y, después, a la presidencia del partido. ¡Esto sí que ha sido un sacrificio personal, el de Sirera! Pero todo sea por el partido, dirá Daniel.
La cuestión es que en el congreso de Barcelona se ha podido ver, hasta qué punto, ya están muchísimos militantes, hasta compromisarios del aparato, hasta las narices, por no decir otro sitio, de Rajoy, ese déspota gallego que siendo el político más mediocre y miserable que ha tenido la derecha en toda la historia de nuestra democracia, quiere acabar con el PP antes de que los votantes del PP acaben con él. De otro modo no se entiende a esa gente que se atrevió, qué temeridad, a abuchear a la inédita Ana Mato, que mejor no podía empezar, y a la "madamme" del burdel centrista, Javier Arenas Movedizas. Y es que Alicia Camacho llegó a Barcelona a buscar lana, y a punto ha estado de salir trasquilada. Solamente 104 votos le han separado de lo mejor que le podría haber pasado, perder el congreso, y además teniendo en cuenta que la candidata rajoyesca presentó casi el triple de avales que Monserrat Nebrera (400 más)
Pero es que no es ningún secreto la transformación del PP en un partido donde el terror reina allí donde pueda haber algún tipo de crítica al silente monarca Rajoy el déspota, asistido en el ejercicio real del poder por "la madamme", por mucho que Cospedal se moleste y nos diga que es de machistas insinuar que es Javier Arenas el que manda en el PP. Es que tú, Cospedal, estás ahí para hacer el trabajo sucio, y además lo haces con mucho entusiasmo, a lo mejor es que no te enteras, pero todo el mundo ya está comprendiendo, a estas alturas, tu papel y tu disposición absoluta a hacer ese papel. Allá tú, María Dolores.
Lo mejor de todo, aún así, fue ese discurso de Rajoy que provocó esos calores, esos sofocos, esas erupciones de pasión, que no se pueden aguantar cuando vemos, cuando oímos, a este déspota de Pontevedra mientras deja rienda suelta a su talento, ese talento salvaje y embriagador. Si no hay tenemos la prueba cuando Mariano nos habló de un tal capitoste, ante la sorpresa de muchos que lo único que se les vino a la cabeza fue ese taquito de pan tostado que se le echa a varias comidas, entre ellas el gazpacho andaluz. Pero no, no hablaba del picatoste, sino del capitoste, que no es lo mismo, aunque suene casi igual. Es un ejemplo más de esta facilidad de comunicación, de conexión, del lider marianil con el pueblo llano y no tan llano, yo que no me tengo por un ignorante ni estoy falto de estudios no sabía, a ciencia cierta, que significaba dicho palabro. Pero así es Mariano.
No sé si Rajoy llevaría a su niño a votar la moción de censura, pues es socio del FC Barcelona. Rajoy, creo que no, creo que es socio del Celta, del Pontevedra, del Deportivo y del Madrid, pero aún no se ha hecho socio del BarÇa, aunque nunca es tarde si el centrismo es bueno. Pero lo que sí debería es de pedir cita con Laporta, porque tienen mucho de lo que hablar. Son dos almas gemelas separadas por el destino pero que no están condenadas a no encontrarse, sino todo lo contrario. Laporta, eso sí, hay que reconocer que lo ha tenido más difícil, pues un auténtico desconocido lo ha puesto en una postura que si tuviera un mínimo, solamente un mínimo, de dignidad y vergüenza, dimitiría hoy mismo y convocaría elecciones en can BarÇa. Rajoy, en eso, ha tenido más suerte, porque nadie ha osado si quiera toserle. Bueno, un poquito Esperanza, apenas un carraspeo Juan Costa, y ahí han llevado su merecido. Quizás, visto así, Laporta tendría que haber invitado a comer al "amic" Mariano antes de votarse la moción, aunque las mociones a la búlgara aún no se han inventado, hecho este último que no exime a Rajoy de la capacidad de invertarlo sobre la marcha, lo cual sería su mayor, y única, aportación a la vida política y social de nuestro país, aunque Laporta se considere andorrano.
A Laporta le han dicho que se vaya un 60%, pero no se va. A la candidata de Rajoy le montaron tal abucheo, que su rival, la marginal Nebrera por la que nadie daba un duro, ha estado a punto de arrebatarle la victoria a la soviética que Mariano le quiso brindar a Alicia Camacho como pago a su apuñalamiento a María San Gil. Claro, siempre desde el "sacrificio personal" de doña Alicia, que por generosidad y gracia de Daniel Sirera ha optado, primero, a un escaño y, después, a la presidencia del partido. ¡Esto sí que ha sido un sacrificio personal, el de Sirera! Pero todo sea por el partido, dirá Daniel.
La cuestión es que en el congreso de Barcelona se ha podido ver, hasta qué punto, ya están muchísimos militantes, hasta compromisarios del aparato, hasta las narices, por no decir otro sitio, de Rajoy, ese déspota gallego que siendo el político más mediocre y miserable que ha tenido la derecha en toda la historia de nuestra democracia, quiere acabar con el PP antes de que los votantes del PP acaben con él. De otro modo no se entiende a esa gente que se atrevió, qué temeridad, a abuchear a la inédita Ana Mato, que mejor no podía empezar, y a la "madamme" del burdel centrista, Javier Arenas Movedizas. Y es que Alicia Camacho llegó a Barcelona a buscar lana, y a punto ha estado de salir trasquilada. Solamente 104 votos le han separado de lo mejor que le podría haber pasado, perder el congreso, y además teniendo en cuenta que la candidata rajoyesca presentó casi el triple de avales que Monserrat Nebrera (400 más)
Pero es que no es ningún secreto la transformación del PP en un partido donde el terror reina allí donde pueda haber algún tipo de crítica al silente monarca Rajoy el déspota, asistido en el ejercicio real del poder por "la madamme", por mucho que Cospedal se moleste y nos diga que es de machistas insinuar que es Javier Arenas el que manda en el PP. Es que tú, Cospedal, estás ahí para hacer el trabajo sucio, y además lo haces con mucho entusiasmo, a lo mejor es que no te enteras, pero todo el mundo ya está comprendiendo, a estas alturas, tu papel y tu disposición absoluta a hacer ese papel. Allá tú, María Dolores.
Lo mejor de todo, aún así, fue ese discurso de Rajoy que provocó esos calores, esos sofocos, esas erupciones de pasión, que no se pueden aguantar cuando vemos, cuando oímos, a este déspota de Pontevedra mientras deja rienda suelta a su talento, ese talento salvaje y embriagador. Si no hay tenemos la prueba cuando Mariano nos habló de un tal capitoste, ante la sorpresa de muchos que lo único que se les vino a la cabeza fue ese taquito de pan tostado que se le echa a varias comidas, entre ellas el gazpacho andaluz. Pero no, no hablaba del picatoste, sino del capitoste, que no es lo mismo, aunque suene casi igual. Es un ejemplo más de esta facilidad de comunicación, de conexión, del lider marianil con el pueblo llano y no tan llano, yo que no me tengo por un ignorante ni estoy falto de estudios no sabía, a ciencia cierta, que significaba dicho palabro. Pero así es Mariano.
No sé si Rajoy llevaría a su niño a votar la moción de censura, pues es socio del FC Barcelona. Rajoy, creo que no, creo que es socio del Celta, del Pontevedra, del Deportivo y del Madrid, pero aún no se ha hecho socio del BarÇa, aunque nunca es tarde si el centrismo es bueno. Pero lo que sí debería es de pedir cita con Laporta, porque tienen mucho de lo que hablar. Son dos almas gemelas separadas por el destino pero que no están condenadas a no encontrarse, sino todo lo contrario. Laporta, eso sí, hay que reconocer que lo ha tenido más difícil, pues un auténtico desconocido lo ha puesto en una postura que si tuviera un mínimo, solamente un mínimo, de dignidad y vergüenza, dimitiría hoy mismo y convocaría elecciones en can BarÇa. Rajoy, en eso, ha tenido más suerte, porque nadie ha osado si quiera toserle. Bueno, un poquito Esperanza, apenas un carraspeo Juan Costa, y ahí han llevado su merecido. Quizás, visto así, Laporta tendría que haber invitado a comer al "amic" Mariano antes de votarse la moción, aunque las mociones a la búlgara aún no se han inventado, hecho este último que no exime a Rajoy de la capacidad de invertarlo sobre la marcha, lo cual sería su mayor, y única, aportación a la vida política y social de nuestro país, aunque Laporta se considere andorrano.
viernes, 4 de julio de 2008
SACRIFICIO PERSONAL, NUEVA PELÍCULA DEL PP
Si alguna guinda faltaba para echarle al pavo del PP catalán, ayer se la echó la visir rajoyista Alicia Camacho, cuando nos dijo que esto de la presidencia del PP era, para ella, un sacrificio personal.
Es que no falla, si algo le encanta repetir al típico político caradura y con muy poca vergüenza, cuya ambición y pasión por el poder supera cualquier límite de la decencia, y no digamos ya cualquier atisbo de adaptarse a algún principio, es que siempre es un sacrificio personal cualquier cargo que le propongan para disfrutar. Qué digo sacrificio personal, algo insufrible pero que siempre lo acatan por el bien del partido, porque.. qué bien queda eso de decir día y noche que ellos estarán a lo que diga el partido. "Yo nunca ambicioné nada en política, todo ha sido por servir al partido", frase eternamente repetida por todos, sin excepción, todos, que ya llevan disfrutando del cargo varios lustros y mareas. Esto es igual que cuando un político nos dice que piensa irse de la política, ¡desde ese momento ya sabemos que no piensa moverse de la poltrona ni con agua hirviendo!, y ya si es del PP, y encima un perdedor, la eternidad está asegurada, ahí tenemos a Fraga, que fue perder la Xunta y empezar, otra vez, a hablar por los codos mientras se labra, concienzudamente, el terreno de su decrepitud política.
Pero esto de Cataluña no es algo excepcional en el PP, cuyos congresos regionales de Baleares y la comunidad vasca ni van a ser menos movidos ni van a ser menos miserables, pero eso sí, cortados todos por el mismo patrón: el despótico de Rajoy con la compañía necesaria de la eterna "madamme" del PP, Arenas Movedizas.
En Cataluña, ese ejemplo de democracia y libertad interna hasta hace 3 días, se han cargado 2 de las 3 candidaturas, en realidad las 3, sin rubor ni disimulo alguno. En Baleares, dos candidatos: la oficial del PP, y el otro, que hasta ha ido a los tribunales para denunciar las ilegalidades cometidas desde Génova. Sin ningún éxito, por cierto, y no por falta de razón. Y qué decir del congreso vasco, cúspide y obra maestra de la miseria moral, política y social que ha impulsado Rajoy, a su imagen y semejanza, en todo el PP. Eso sí, ya ayer Mariano comprobó como ya no tiene críticos ni en la comunidad vasca, pues todos los que apoyaron a San Gil fueron dóciles y serviles a la comida de la hermandad popular, todos menos la propia San Gil, Mayor Oreja y Carlos Iturgaiz. Y sí, también fue Regina Otaola, esa mujer valerosa y ejemplar que dijo en su día que si María se iba, ella iba detrás. María se ha ido y ella comiendo con Mariano.
Es verdad que criticar a los concejales, cargos, alcaldes, mienbros y miembras del PP vasco y vasca, presenta una complejidad enorme, sobre todo porque son gente que llevan jugándose la vida desde hace muchos años y a ellos le debemos la democracia y la libertad que pueda haber en España. Pero precisamente por esto, y porque está película ya la hemos visto en la transición del PSOE de Redondo Terreros, Rosa Díez y Gotzone Mora al PSOE de Patxi López, Jaúregui o Madina, es casi obligación de cualquier persona decente el criticar que ahora sea el PP vasco quien inicie esa "transición". Y que nadie que ahora lo niegue, venga dentro de 2 años a lamentarse del cambio popular, pues esto es la crónica de una muerte anunciada.
Aún así, será en el congreso catalán donde se podrá comprobar el pulso de la militancia del PP, donde podrán elegir entre una candidata crito nacionalista, la senescal de Rajoy y el voto a la dignidad, que es el blanco o el nulo. Tal vez el que saliese elegida Nebrera supondría un durísimo revés al PP rajoyesco, aunque esto tiene el riesgo de aupar a la presidencia a una señora que no tiene nada que envidiar a Piqué, en lo malo se entiende. No obstante, puede ser que ante la necesidad de poner a alguien en el sillón, pues opten por la Nebrera, aunque podría irse Arenas a Cataluña a presidir el partido, así podrá seguir viviendo en su hábitat natural de derrota.
Sea como sea no caben esperar excesivas muetras de dignidad de ningún congreso del PP. Desde luego, que son los 3 congresos ocasiones que ni pintadas para que los militantes del PP demuestren su dignidad, no cabe duda, pero "el partido", ya se sabe, muchas veces es más importante para muchos que la propia persona, y ante esa inmolación de sectarismo, poco se puede hacer. Tal vez esperar a las urnas donde la militancia se diluye cono un azucarillo ante la marea democrática de la mayoría social, que votan lo que quieren sin esperar o jugarse un cargo a la vuelta de la esquina.
Es que no falla, si algo le encanta repetir al típico político caradura y con muy poca vergüenza, cuya ambición y pasión por el poder supera cualquier límite de la decencia, y no digamos ya cualquier atisbo de adaptarse a algún principio, es que siempre es un sacrificio personal cualquier cargo que le propongan para disfrutar. Qué digo sacrificio personal, algo insufrible pero que siempre lo acatan por el bien del partido, porque.. qué bien queda eso de decir día y noche que ellos estarán a lo que diga el partido. "Yo nunca ambicioné nada en política, todo ha sido por servir al partido", frase eternamente repetida por todos, sin excepción, todos, que ya llevan disfrutando del cargo varios lustros y mareas. Esto es igual que cuando un político nos dice que piensa irse de la política, ¡desde ese momento ya sabemos que no piensa moverse de la poltrona ni con agua hirviendo!, y ya si es del PP, y encima un perdedor, la eternidad está asegurada, ahí tenemos a Fraga, que fue perder la Xunta y empezar, otra vez, a hablar por los codos mientras se labra, concienzudamente, el terreno de su decrepitud política.
Pero esto de Cataluña no es algo excepcional en el PP, cuyos congresos regionales de Baleares y la comunidad vasca ni van a ser menos movidos ni van a ser menos miserables, pero eso sí, cortados todos por el mismo patrón: el despótico de Rajoy con la compañía necesaria de la eterna "madamme" del PP, Arenas Movedizas.
En Cataluña, ese ejemplo de democracia y libertad interna hasta hace 3 días, se han cargado 2 de las 3 candidaturas, en realidad las 3, sin rubor ni disimulo alguno. En Baleares, dos candidatos: la oficial del PP, y el otro, que hasta ha ido a los tribunales para denunciar las ilegalidades cometidas desde Génova. Sin ningún éxito, por cierto, y no por falta de razón. Y qué decir del congreso vasco, cúspide y obra maestra de la miseria moral, política y social que ha impulsado Rajoy, a su imagen y semejanza, en todo el PP. Eso sí, ya ayer Mariano comprobó como ya no tiene críticos ni en la comunidad vasca, pues todos los que apoyaron a San Gil fueron dóciles y serviles a la comida de la hermandad popular, todos menos la propia San Gil, Mayor Oreja y Carlos Iturgaiz. Y sí, también fue Regina Otaola, esa mujer valerosa y ejemplar que dijo en su día que si María se iba, ella iba detrás. María se ha ido y ella comiendo con Mariano.
Es verdad que criticar a los concejales, cargos, alcaldes, mienbros y miembras del PP vasco y vasca, presenta una complejidad enorme, sobre todo porque son gente que llevan jugándose la vida desde hace muchos años y a ellos le debemos la democracia y la libertad que pueda haber en España. Pero precisamente por esto, y porque está película ya la hemos visto en la transición del PSOE de Redondo Terreros, Rosa Díez y Gotzone Mora al PSOE de Patxi López, Jaúregui o Madina, es casi obligación de cualquier persona decente el criticar que ahora sea el PP vasco quien inicie esa "transición". Y que nadie que ahora lo niegue, venga dentro de 2 años a lamentarse del cambio popular, pues esto es la crónica de una muerte anunciada.
Aún así, será en el congreso catalán donde se podrá comprobar el pulso de la militancia del PP, donde podrán elegir entre una candidata crito nacionalista, la senescal de Rajoy y el voto a la dignidad, que es el blanco o el nulo. Tal vez el que saliese elegida Nebrera supondría un durísimo revés al PP rajoyesco, aunque esto tiene el riesgo de aupar a la presidencia a una señora que no tiene nada que envidiar a Piqué, en lo malo se entiende. No obstante, puede ser que ante la necesidad de poner a alguien en el sillón, pues opten por la Nebrera, aunque podría irse Arenas a Cataluña a presidir el partido, así podrá seguir viviendo en su hábitat natural de derrota.
Sea como sea no caben esperar excesivas muetras de dignidad de ningún congreso del PP. Desde luego, que son los 3 congresos ocasiones que ni pintadas para que los militantes del PP demuestren su dignidad, no cabe duda, pero "el partido", ya se sabe, muchas veces es más importante para muchos que la propia persona, y ante esa inmolación de sectarismo, poco se puede hacer. Tal vez esperar a las urnas donde la militancia se diluye cono un azucarillo ante la marea democrática de la mayoría social, que votan lo que quieren sin esperar o jugarse un cargo a la vuelta de la esquina.
jueves, 3 de julio de 2008
EL CONSENSO CATALÁN
El consenso se carga al ejemplo
Cuantas veces hemos oído hasta la saciedad que la prueba de que en el PP existía libertad y democracia interna la teníamos en Cataluña con las 3 listas que se presentaban para su congreso regional. Esto era, claro, antes de Valencia, porque una vez consumada la autoprofecía rajoyesca, ya no era necesario ni demostrar que existía democracia en el PP ni engañar a ningún militante más. Ya Rajoy estaba asegurado y, además, esta vez sí, "con su equipo". Y su equipo, claro está, ya se ha puesto manos a la obra, con Cataluña como primera parada.
Ya se sabe, porque lo han demostrado a lo largo de estos meses, que no Rajoy, ni sus fieles palmeros, ya sean dentro del partido o dentro de la columna de opinión, ni tienen vergüenza ni les importa disimularlo, pero es que ahora nos quieren hacer a todos comulgar con ruedas de molino al aplear a la "memoria histórica" y hacernos creer que nunca han existido 3 listas alternativas para Cataluña y que el panorama actual es todo fruto, faltaría más, de ese consenso interno que tan bien se le da al centrista Arenas, auténtico "padrino" de toda esta historia bochornoso de puñaladas varias y cargos como argumento.
Es una pena que Cospedal no se de cuenta de que por mucha buena imagen que pueda tener y por mucha voluntad que le pongan muchos para darle un voto de confianza y olvidarse de su actitud miserable para con María San Gil, hay cosas que solamente los de la propia secta pueden aceptar con una sonrisa dócil en la cara, y una de ellas ser engañados y ser feliz por ello. Porque Cospedal no pretende otra cosa cuando nos habla sobre el "consenso catalán" que no sea el mentirnos al por mayor, sin rubor, sin freno y, además, teniéndo que darle las gracias porque nos mienta.
Ella sabe, mejor que nadie, que todo esto de la lista "consensuada" es una farsa absoluta donde se ha impuesto el despotismo, poco ilustrado por cierto, de Rajoy con tal de pagar los favores a Alicia Camacho por su traicíón aviesa a María San Gil, como si con favores políticos se pudiesen pagar actitudes miserables sin justificación alguna. Claro, que en el PP hablar de valores o de vergüenza por encima del cargo soñado es tiempo perdido y desesperado.
No hace falta hacer demasiada memoria para acordarse de como Sirera nos decía que él era el candidato de Rajoy, sí, sí, eso dijo, y hace poco que Alberto Fernandez había buscado un acuerdo con Nebrera para evitar a toda costa que ganase el actual presidente del PP catalán. Es más, que las diferencias entre él, Sirera, y Alberto, eran personales.
Pues bien, ha sido llegar Alicia y todo se ha resuelto sin desenfundar una sola pistola. Lo que antes era oeste, ahora es nirvana. Y todo, eso sí, de la noche a la mañana y gracias al consenso centrista. Milagros que solamente sabe y puede hacer Arenas Movedizas.
La cuestión es que cuando un partido como el PP en Cataluña ha sido desbastado por el paso febril del huracán Piqué,no es, precisamente, la imagen que están dando el estímulo necesario para que mucha gente volviese a acercarse, sin temor, al Partido Popular catalán. Es verdad que a perro flaco todo son pulgas, pero estas pulgas no vienen de fuera, sino de la propia casa, y esto es lo realmente lamentable. Rajoy ha antepuesto, una vez más y van miles, su interés personal a la democracia y libertad en el Partido Popular, acentuando ese "proyecto personal" que criticó Aznar en su discurso en el congreso bolchevique.
Dice Nebrera que va a seguir adelante con su lista, algo que puede ser, pero que aún está a tiempo de integrarse en el consenso. Lo malo de Nebrera es que es como Piqué, pero corregida y aumentada, por lo que la única alternativa de "dignidad", es una cripto-nacionalista. Panorama, peor imposible. Está claro que si a los sufridos militantes del PP catalán les diesen la opción de elegir entre dignidad e indignidad, quizás ganaba la dignidad y todo. Pero claro, entre escoger entre "consenso" o cripto-nacionalismo tal vez lo más digno sería votar en blanco y acto seguido darse de baja del partido. A ver si así Rajoy ponía de presidente catalán a Arenas Movedizas, él que todo lo puede.
Cuantas veces hemos oído hasta la saciedad que la prueba de que en el PP existía libertad y democracia interna la teníamos en Cataluña con las 3 listas que se presentaban para su congreso regional. Esto era, claro, antes de Valencia, porque una vez consumada la autoprofecía rajoyesca, ya no era necesario ni demostrar que existía democracia en el PP ni engañar a ningún militante más. Ya Rajoy estaba asegurado y, además, esta vez sí, "con su equipo". Y su equipo, claro está, ya se ha puesto manos a la obra, con Cataluña como primera parada.
Ya se sabe, porque lo han demostrado a lo largo de estos meses, que no Rajoy, ni sus fieles palmeros, ya sean dentro del partido o dentro de la columna de opinión, ni tienen vergüenza ni les importa disimularlo, pero es que ahora nos quieren hacer a todos comulgar con ruedas de molino al aplear a la "memoria histórica" y hacernos creer que nunca han existido 3 listas alternativas para Cataluña y que el panorama actual es todo fruto, faltaría más, de ese consenso interno que tan bien se le da al centrista Arenas, auténtico "padrino" de toda esta historia bochornoso de puñaladas varias y cargos como argumento.
Es una pena que Cospedal no se de cuenta de que por mucha buena imagen que pueda tener y por mucha voluntad que le pongan muchos para darle un voto de confianza y olvidarse de su actitud miserable para con María San Gil, hay cosas que solamente los de la propia secta pueden aceptar con una sonrisa dócil en la cara, y una de ellas ser engañados y ser feliz por ello. Porque Cospedal no pretende otra cosa cuando nos habla sobre el "consenso catalán" que no sea el mentirnos al por mayor, sin rubor, sin freno y, además, teniéndo que darle las gracias porque nos mienta.
Ella sabe, mejor que nadie, que todo esto de la lista "consensuada" es una farsa absoluta donde se ha impuesto el despotismo, poco ilustrado por cierto, de Rajoy con tal de pagar los favores a Alicia Camacho por su traicíón aviesa a María San Gil, como si con favores políticos se pudiesen pagar actitudes miserables sin justificación alguna. Claro, que en el PP hablar de valores o de vergüenza por encima del cargo soñado es tiempo perdido y desesperado.
No hace falta hacer demasiada memoria para acordarse de como Sirera nos decía que él era el candidato de Rajoy, sí, sí, eso dijo, y hace poco que Alberto Fernandez había buscado un acuerdo con Nebrera para evitar a toda costa que ganase el actual presidente del PP catalán. Es más, que las diferencias entre él, Sirera, y Alberto, eran personales.
Pues bien, ha sido llegar Alicia y todo se ha resuelto sin desenfundar una sola pistola. Lo que antes era oeste, ahora es nirvana. Y todo, eso sí, de la noche a la mañana y gracias al consenso centrista. Milagros que solamente sabe y puede hacer Arenas Movedizas.
La cuestión es que cuando un partido como el PP en Cataluña ha sido desbastado por el paso febril del huracán Piqué,no es, precisamente, la imagen que están dando el estímulo necesario para que mucha gente volviese a acercarse, sin temor, al Partido Popular catalán. Es verdad que a perro flaco todo son pulgas, pero estas pulgas no vienen de fuera, sino de la propia casa, y esto es lo realmente lamentable. Rajoy ha antepuesto, una vez más y van miles, su interés personal a la democracia y libertad en el Partido Popular, acentuando ese "proyecto personal" que criticó Aznar en su discurso en el congreso bolchevique.
Dice Nebrera que va a seguir adelante con su lista, algo que puede ser, pero que aún está a tiempo de integrarse en el consenso. Lo malo de Nebrera es que es como Piqué, pero corregida y aumentada, por lo que la única alternativa de "dignidad", es una cripto-nacionalista. Panorama, peor imposible. Está claro que si a los sufridos militantes del PP catalán les diesen la opción de elegir entre dignidad e indignidad, quizás ganaba la dignidad y todo. Pero claro, entre escoger entre "consenso" o cripto-nacionalismo tal vez lo más digno sería votar en blanco y acto seguido darse de baja del partido. A ver si así Rajoy ponía de presidente catalán a Arenas Movedizas, él que todo lo puede.
lunes, 30 de junio de 2008
LO QUE LA SELECCION HA UNIDO QUE NO LO SEPARE IBARRETXE
El fútbol por encima de todo
Es realmente asombroso observar como el fútbol ha conseguido crear lo que generaciones de políticos en democracia no han sabido encender, y es la pasión por unos colores que en este caso representan a España.
Desde que la democracia llegó en 1975 de la mano de los políticos franquistas liderados por Adolfo Suárez, nunca se había vivido un momento de tantísima euforia patriótica como en la noche de ayer, con la eurocopa, por fin, en el bolsillo de la selección española de fútbol, después de casi medio siglo. Tal vez durante el 11-M se vivió otra especie no de patriotismo pero sí de solidaridad con el pueblo de Madrid, pero qué duda cabe que las banderas ondeando por todas las calles, por todas las casas, por todos los rincones de España, pero todos, todos, solamente se ha producido por obra y milagro no de Zapatero, ni de Rajoy, ni de Aznar, o de Felipe, no, no; por obra y gracia de Luis Aragonés.
No sé hasta qué punto este sentimiento patriotico arrancado de las calles españolas gracias a una pelota puede considerarse como bueno, porque claro, un país, una nación, un sentimiento común, es algo que va siempre más allá de un deporte o una competición por muy arraigada que esté en la sociedad. Claro que muchos dirán que a falta de pan buenas son tortas, pero digamos que la situación por la que atraviesa España, aunque una gran mayoría de españoles quieran mirar para otro lado, ni se arregla ni se alivia entre una pelota o no.
Pero Ibarretxe sigue ahí....
Porque a los nacionalistas les puede causar repugnancia la selección, y así lo han manifestado, pero no es esta, ni mucho menos, su mayor preocupación. Y es que por mucho que Zapatero y su ganado intenten aparentar que no pasa nada con el desafío de Ibarretxe y que este referedum se desconvocará por arte de magia, o algo así, la realidad es que cuando un ciudadano, sea presidente o no, va a incumplir la ley de manera manifiesta, el estado de derecho no tiene más remedio que tomar medidas para impedir el delito, y este es el punto que el gobierno de España, que así se autodenomina, no ha explicado a los españoles que se interesan por el qué pasará. Sí, que van a recurrir a los tribunales, sí, que Ibarretxe se dará cuenta de que no puede seguir, estupendo. No se podía esperar otra cosa del zapaterismo. Pero Ibarretxe pretende seguir, Ibarretxe presume de su consulta y como sabe que el PSOE derogó la ley que llevaría a Ibarretxe a la cárcel, pues, ¿qué puede pasar?, ¿no dialogó y negoció Zapatero con ETA?, pues ya está.
Habrá que ver, no obstante, cómo se desarrollan los acontecimientos porque está a la vuelta de la esquina el desafío, y Zapatero no puede mirar hacia otro lado porque esto es algo que le puede estallar en sus propias manos. Hay cosas donde uno no puede hacer nada, dejarse llevar por la marea, y hasta tener suerte y arribar en un puerto decente, pero en esto del referendum de secesión de la comunidad vasca no admite más salida que el estado de derecho con todas sus consecuencias. Es decir, la ley tiene que ser cumplida, y si esto supone la suspensión de la autonomía vasca, mala suerte, pero si España permite que Ibarretxe haga lo que le sale de las narices el fin de España está más que asegurado.
El manifiesto por el castellano encrespa a los "progres"
Hemos tardado más de 30 años, pero por fin un partido, UPyD, se ha atrevido a elaborar un manifiesto para defender el derecho de todo español de estudiar en español se encuentre en la región que se encuentre.
Que el manifiesto está en la dirección adecuada lo corrobora el berrinche que se han pillado todos los medios progres que, a la vez que niegan la existencia del problema de inmersión lingüística, acusan al PP de ser el responsable de la discriminación en Galicia, Baleares y Valencia. Pero en que quedamos, ¿existe o no existe el problema?, porque si no existe no se puede acusar al PP de complice cuando no directamente responsable de la discriminación.
Pero en algo tienen razón, y es que por mucho que el PP firme ahora el manifiesto por el español, lo llamaremos así, ha sido el responsable y el legislador de la inmersión lingüística en Galicia, sobre todo, Baleares y Valencia, que también tiene tela. Es el resultado de una política de doble cara donde se defiende una cosa pero, en muchas ocasiones se practica la contraria. Ya con Aznar sucedió la claudicación a muchas práticas del nacionalismo en Galicia y en Cataluña, donde cortó de raíz la alternativa españolista encabezada por Vidal Cuadras. El remate definitivo, no obstante, ha venido de la mano, como no podía ser de otra manera, del gran lider Mariano Rajoy, ahora revelado como el gran déspota. Ya en la legislatura pasada apoyó el ataque frontal a la identidad nacional iniciado por Zapatero y acompañado por el PP con la cláusula Camps y la realidad nacional de Arenas Movedizas. Pero en esta el PP estás dispuesto a superarse, por mucho que firme manifiestos que contradice sus ponencias políticas y las declaraciones desvergonzadas de los nuevos y viejos palmeros de Mariano Rajoy de Bulgaria.
Es realmente asombroso observar como el fútbol ha conseguido crear lo que generaciones de políticos en democracia no han sabido encender, y es la pasión por unos colores que en este caso representan a España.
Desde que la democracia llegó en 1975 de la mano de los políticos franquistas liderados por Adolfo Suárez, nunca se había vivido un momento de tantísima euforia patriótica como en la noche de ayer, con la eurocopa, por fin, en el bolsillo de la selección española de fútbol, después de casi medio siglo. Tal vez durante el 11-M se vivió otra especie no de patriotismo pero sí de solidaridad con el pueblo de Madrid, pero qué duda cabe que las banderas ondeando por todas las calles, por todas las casas, por todos los rincones de España, pero todos, todos, solamente se ha producido por obra y milagro no de Zapatero, ni de Rajoy, ni de Aznar, o de Felipe, no, no; por obra y gracia de Luis Aragonés.
No sé hasta qué punto este sentimiento patriotico arrancado de las calles españolas gracias a una pelota puede considerarse como bueno, porque claro, un país, una nación, un sentimiento común, es algo que va siempre más allá de un deporte o una competición por muy arraigada que esté en la sociedad. Claro que muchos dirán que a falta de pan buenas son tortas, pero digamos que la situación por la que atraviesa España, aunque una gran mayoría de españoles quieran mirar para otro lado, ni se arregla ni se alivia entre una pelota o no.
Pero Ibarretxe sigue ahí....
Porque a los nacionalistas les puede causar repugnancia la selección, y así lo han manifestado, pero no es esta, ni mucho menos, su mayor preocupación. Y es que por mucho que Zapatero y su ganado intenten aparentar que no pasa nada con el desafío de Ibarretxe y que este referedum se desconvocará por arte de magia, o algo así, la realidad es que cuando un ciudadano, sea presidente o no, va a incumplir la ley de manera manifiesta, el estado de derecho no tiene más remedio que tomar medidas para impedir el delito, y este es el punto que el gobierno de España, que así se autodenomina, no ha explicado a los españoles que se interesan por el qué pasará. Sí, que van a recurrir a los tribunales, sí, que Ibarretxe se dará cuenta de que no puede seguir, estupendo. No se podía esperar otra cosa del zapaterismo. Pero Ibarretxe pretende seguir, Ibarretxe presume de su consulta y como sabe que el PSOE derogó la ley que llevaría a Ibarretxe a la cárcel, pues, ¿qué puede pasar?, ¿no dialogó y negoció Zapatero con ETA?, pues ya está.
Habrá que ver, no obstante, cómo se desarrollan los acontecimientos porque está a la vuelta de la esquina el desafío, y Zapatero no puede mirar hacia otro lado porque esto es algo que le puede estallar en sus propias manos. Hay cosas donde uno no puede hacer nada, dejarse llevar por la marea, y hasta tener suerte y arribar en un puerto decente, pero en esto del referendum de secesión de la comunidad vasca no admite más salida que el estado de derecho con todas sus consecuencias. Es decir, la ley tiene que ser cumplida, y si esto supone la suspensión de la autonomía vasca, mala suerte, pero si España permite que Ibarretxe haga lo que le sale de las narices el fin de España está más que asegurado.
El manifiesto por el castellano encrespa a los "progres"
Hemos tardado más de 30 años, pero por fin un partido, UPyD, se ha atrevido a elaborar un manifiesto para defender el derecho de todo español de estudiar en español se encuentre en la región que se encuentre.
Que el manifiesto está en la dirección adecuada lo corrobora el berrinche que se han pillado todos los medios progres que, a la vez que niegan la existencia del problema de inmersión lingüística, acusan al PP de ser el responsable de la discriminación en Galicia, Baleares y Valencia. Pero en que quedamos, ¿existe o no existe el problema?, porque si no existe no se puede acusar al PP de complice cuando no directamente responsable de la discriminación.
Pero en algo tienen razón, y es que por mucho que el PP firme ahora el manifiesto por el español, lo llamaremos así, ha sido el responsable y el legislador de la inmersión lingüística en Galicia, sobre todo, Baleares y Valencia, que también tiene tela. Es el resultado de una política de doble cara donde se defiende una cosa pero, en muchas ocasiones se practica la contraria. Ya con Aznar sucedió la claudicación a muchas práticas del nacionalismo en Galicia y en Cataluña, donde cortó de raíz la alternativa españolista encabezada por Vidal Cuadras. El remate definitivo, no obstante, ha venido de la mano, como no podía ser de otra manera, del gran lider Mariano Rajoy, ahora revelado como el gran déspota. Ya en la legislatura pasada apoyó el ataque frontal a la identidad nacional iniciado por Zapatero y acompañado por el PP con la cláusula Camps y la realidad nacional de Arenas Movedizas. Pero en esta el PP estás dispuesto a superarse, por mucho que firme manifiestos que contradice sus ponencias políticas y las declaraciones desvergonzadas de los nuevos y viejos palmeros de Mariano Rajoy de Bulgaria.
martes, 24 de junio de 2008
AZNAR TENÍA LA CULPA DE TODO
Es realmente asombrosa la ingratitud que puede reinar en política, donde toda lealtad tiene fecha de caducidad en cuanto supone alejarse del cargo oficial. Cuántas veces hemos visto puñaladas traperas y fechorías varias a lo largo de nuestra historia de la democracia, pero quizás nunca se ha producido un acto tan suicida y temerario como el que están protagonizando toda la nueva cúpula pepera tratando no ya de amortizar a Aznar sino de dejarlo como un juguete roto e inservible en el trastero del tiempo. De María San Gil dijeron que los anti depresivos y el cáncer le habían transtornado, de Aznar ya les falta poco para que digan que ha enloquecido de rencor y de pasado, porque esas son las consignas de los enemigos de siempre del PP pero ahora amigos de Rajoy, y los palmeros oficiales de Mariano: un discurso de Aznar marcado por el rencor y el pasado.
Pero en este nuevo PP rajoyesco se está fraguando una figura emergente, una super estrella que promete tardes de gloria sin igual y que responde al nombre de Pons. Hay que ver estos políticos provincianos sacados del anonimato mediático, como reaccionan ante la posibilidad de que sus teorías y pensamientos, o derivados, sean escuchados a lo largo de la geografía peninsular. Claro, que políticos provincianos hay de dos estilos: el estilo Rajoy, un político mediocre que crece a la sombra de todos y con el puñal siempre como compañero de caminos; y el estilo Pons, político cuya ambición sólo es superada por su verborrea desvergonzada.
Hay que tener una cara muy dura para que ahora venga Pons a darnos lecciones a todos sobre pasado, presente y futuro, y en particular a Aznar, al cual se permite descalificar y menospreciar llamándole anticuado y poco más que chatarra inservible. Recuerdo que fue Nebrera la que dijo hace ya un año o así que Aznar era un poco como un jarrón chino, molesto quería decir. Pues ojalá para Pons le mereciera el ex- presidente el mismo cuidado y consideración que un jarrón chino. Pero claro, que se puede esperar de alguien que compara a Rajoy con Churchill y Suárez, nada más ni nada menos. Después de esto me imagino que mañana o pasado, saldrá Cospedal para equiparar a Rajoy con el mismísimo Jesucristo, porque en peloteo nadie se le pone por delante a la flamante secretaria general, faltaría más.
Aún así, es evidente que todas estas declaraciones de Pons, siempre se supera a sí mismo cada vez que habla, pueden tener un componente cómico y simpático en esta actualidad que tan necesario se hace el reír. Pero lo que es realmente infecto, lamentable y, desde luego, lo último que se le podía haber ocurrido al PP, es el descalificar a Aznar mano a mano con los escribas de oficio, prostitutas de profesión, que ahora han comprendido el mal que ha llevado al Partido Popular de derrota en derrota, y que no es otro que Aznar. En el 2004 perdieron por culpa de Aznar, con Irak y el 11-M como muestras de la soberbia y locura de un presidente endiosado. Y en el 2008 han vuelto a perder por culpa de Aznar porque aún quedaban restos de aznarismo en el partido de Rajoy. Ahora, ¡ahora!, es cuando Rajoy podrá ser él mismo, y por fin podrá ganar las elecciones y derramar sobre todos el cuerno de la abundancia centrista que tan rápido y tan bien va a curar nuestras heridas.
Como ya dije en otro artículo, Aznar es muy soberbio, y nadie lo puede discutir. Pero en el pecado lleva la penitencia porque fue esa soberbia la que lo empujó a legitimar la dedocracia como fórmula infalible de sucesión exitosa, y hasta aquí están llegando sus frutos. Y porque esa soberbia ha sido la que, eso sí, por "responsabilidad", le ha imposibilitado pedir perdón a todos los votantes del PP por su gran, inmenso, su mayor error de todos llamado Rajoy, y articular o, por lo menos, abrir una puerta real a la alternativa tan necesaria como inevitable para la supervivencia del PP a Mariano Rajoy.
Pero en este nuevo PP rajoyesco se está fraguando una figura emergente, una super estrella que promete tardes de gloria sin igual y que responde al nombre de Pons. Hay que ver estos políticos provincianos sacados del anonimato mediático, como reaccionan ante la posibilidad de que sus teorías y pensamientos, o derivados, sean escuchados a lo largo de la geografía peninsular. Claro, que políticos provincianos hay de dos estilos: el estilo Rajoy, un político mediocre que crece a la sombra de todos y con el puñal siempre como compañero de caminos; y el estilo Pons, político cuya ambición sólo es superada por su verborrea desvergonzada.
Hay que tener una cara muy dura para que ahora venga Pons a darnos lecciones a todos sobre pasado, presente y futuro, y en particular a Aznar, al cual se permite descalificar y menospreciar llamándole anticuado y poco más que chatarra inservible. Recuerdo que fue Nebrera la que dijo hace ya un año o así que Aznar era un poco como un jarrón chino, molesto quería decir. Pues ojalá para Pons le mereciera el ex- presidente el mismo cuidado y consideración que un jarrón chino. Pero claro, que se puede esperar de alguien que compara a Rajoy con Churchill y Suárez, nada más ni nada menos. Después de esto me imagino que mañana o pasado, saldrá Cospedal para equiparar a Rajoy con el mismísimo Jesucristo, porque en peloteo nadie se le pone por delante a la flamante secretaria general, faltaría más.
Aún así, es evidente que todas estas declaraciones de Pons, siempre se supera a sí mismo cada vez que habla, pueden tener un componente cómico y simpático en esta actualidad que tan necesario se hace el reír. Pero lo que es realmente infecto, lamentable y, desde luego, lo último que se le podía haber ocurrido al PP, es el descalificar a Aznar mano a mano con los escribas de oficio, prostitutas de profesión, que ahora han comprendido el mal que ha llevado al Partido Popular de derrota en derrota, y que no es otro que Aznar. En el 2004 perdieron por culpa de Aznar, con Irak y el 11-M como muestras de la soberbia y locura de un presidente endiosado. Y en el 2008 han vuelto a perder por culpa de Aznar porque aún quedaban restos de aznarismo en el partido de Rajoy. Ahora, ¡ahora!, es cuando Rajoy podrá ser él mismo, y por fin podrá ganar las elecciones y derramar sobre todos el cuerno de la abundancia centrista que tan rápido y tan bien va a curar nuestras heridas.
Como ya dije en otro artículo, Aznar es muy soberbio, y nadie lo puede discutir. Pero en el pecado lleva la penitencia porque fue esa soberbia la que lo empujó a legitimar la dedocracia como fórmula infalible de sucesión exitosa, y hasta aquí están llegando sus frutos. Y porque esa soberbia ha sido la que, eso sí, por "responsabilidad", le ha imposibilitado pedir perdón a todos los votantes del PP por su gran, inmenso, su mayor error de todos llamado Rajoy, y articular o, por lo menos, abrir una puerta real a la alternativa tan necesaria como inevitable para la supervivencia del PP a Mariano Rajoy.
lunes, 23 de junio de 2008
LOS AZNAR EN BULGARIA
Reconozco que cuando vi, hace pocos días, la portada del HOLA donde el arichimultimillonario matrimonio Biatore aparecía escoltado por la familia Aznar, me dió un poco de pudor, y de vergüenza, el observar esa figura profident de Ana Aznar que ponía el tono dental a una fotografía de mucho figurar. No podrá quejarse Anita de su boda, pero sí podemos quejarnos muchos de que supuso la ascensión a los cielos del cesarato del, hasta entonces, previsible y austero Aznar.
Mucho se ha hablado, analizado y comprado, la retirada de Aznar con la de Felipe González. Y, salvando las muchas distancias que los separa, el ex presidente popular renunció a cortar su cordón umbilical con el futuro de su partido al decidir aplicar al PP la dedocracia que tan peligrosa suele ser cuando las cosas acaban mal, como ha sido en el caso de Rajoy. Si Rajoy hubiese ganado las elecciones, nadie le pediría cuentas a Aznar, pero como Rajoy ha perdido dos veces y se ha aferrado al sillón en una operación infecta de poder y traiciones como pocas se han visto en la historia contemporánea mundial, Aznar no puede evitar o hacer olvidar a los demás que su responsabilidad es algo de lo que tiene que dar cuenta, y esto es lo que esperaban muchos y temían algunos con su discurso en el congreso soviético.
Que su discurso fue en clave anti Rajoy, nadie lo duda. Sobre todo viendo las reacciones de los enemigos de siempre del PP pero ahora amigos de Mariano; y, también, de algunos medios investidos como defensores integristas del marianismo que encabeza su nómina, con un afán encomiable, "el confidencial", en donde no se ha podido leer, desde el 9-M, ni un solo artículo de crítica, si quiera disgusto, con Mariano Rajoy.
Es verdad que Aznar dijo, a su manera, todo lo que llevaba cayándose desde el 9-M, pero cuando habló de su respaldo responsable a Rajoy dejó claro que renunciaba a pedir perdón pero reconocía su error en el pasado. Aznar es así, y poco más se le puede pedir. Son las miserias que un aznarista como yo reconoce, porque la grandeza de la figura de Aznar se alimenta de sus aciertos pero también de sus errores, a diferencia de los que odian a Aznar, que solamente ven sus errores, muchas veces los exageran y no pocas los inventan. Porque ser aznarista no significa anclarse en el pasado, ni pertenecer a una derecha irredenta y arcaica que poco tiene que ver con la sociedad actual. Ser aznarista supone, por encima de todo, tener un proyecto político claro y definido, con unas ideas y unos valores que no se compran, ni se venden, ni se alquilan, por un puñado de elogios de los tradicionales adversarios del PP. Todo lo contrario de lo que está haciendo Rajoy y en lo que ha convertido al PP el déspota gallego, ojo no confundir con Fraga.
Pero Aznar por mucho que hable del respaldo responsable, de apoyar a Rajoy por sentido de partido, no puede escudarse en estos argumentos, por lo menos no debería, ante unos nuevos tiempos que van encaminados a que el Partido Popular acepte los supuestos teóricos y culturales de la ziquierda aunque pretenda disimularlo en la práctica. Ahí está la respuesta de Aznar cuando habló de no traicionar a los propios votantes del PP, para mayor irritación de muchos. Pero mejor aún cuando dijo aquello que primero ganar y luego dialogar, como habían hecho en 1996. Respondía así a todos aquellos fariseos y farsantes que se rasgaban las vestiduras porque María San Gil se alarmase porque el PP quisiera pactar con el PNV, que también lo hizo Aznar. Y es que hay algunos que se piensan que nuestra memoria está al mismo nivel que su vergüenza y su talento, es decir, por los suelos.
No obstante, al igual que Rajoy ha copiado en todo a Gallardón y ha asumido el discurso político del alcalde, también le ha imitado introduciendo a Ana Botella en la dirección nacional del Partido Popular. Hay que ver lo lejos que está llegando la mujer del Aznar, porque esto es el único mérito que abre las puertas a la Botella, ser la mujer de Aznar. A partir de ahí, cada declaración más nefasta, cada idea emanada de la Botella más inútil. Dijeron, por entonces, que Gallardón aceptó a la Botella como garantía de que Aznar no haría nada en contra de su enemigo íntimo, pues conviene recordar que fue Gallardón, y no Felipe, el principal obstáculo para que Aznar fuese investido presidente en 1996. Tal vez, y esto podríamos decirlo ahora, Rajoy acoja a Ana Botella como garantía de que Aznar siga callado y así solamente habla de congreso en congreso, pues es un peso que los marianistas pueden soportar, aunque de muy mala gana todo hay que decirlo.
En definitiva, el paso de Aznar por el congreso soviético ha dejado un sabor bastante agridulce que no define, de ningún modo, una postura clara de aquel que puso, con su dedo, a Rajoy en la presidencia. Que sí, que no está de acuerdo con este PP rajoyesco, pero no parece que vaya a hacer absolutamente nada para validar su autoridad y devolver la ilusión a tantísimos votantes y militantes del PP que se sienten huérfanos de padre político y que esperan a las urnas para pasar la factura a tanto despropósito y tomadura de pelo del rajoyismo naciente y moliente.
Yo no sé si, a este paso y según algunos creen que está escrito, Ana Botella logrará ser la primera alcaldesa de Madrid en la democracia, yo espero que no, porque no se merecen los madrileños tamaña desgracia, pero como el destino no está en las estrellas, en contra de lo que decía aquel famoso banquero que quiso disputarle a Aznar la presidencia del PP, veremos en los próximos tiempos si el ex- presidente ha comprendido que su responsabilidad sigue viva aunque quiera mirar a otro lado o si, por el contrario, tienen razón muchos anti aznaristas cuando dicen que a José María ya solamente le importa ganar dinero, además de que pertenece al pasado. Jamás un dedo había sido tan importante en la historia pasada, presente y futura de una nación. Porque sí, el dedo de Aznar sigue siendo el futuro, Rajoy sólo es el pasado.
Mucho se ha hablado, analizado y comprado, la retirada de Aznar con la de Felipe González. Y, salvando las muchas distancias que los separa, el ex presidente popular renunció a cortar su cordón umbilical con el futuro de su partido al decidir aplicar al PP la dedocracia que tan peligrosa suele ser cuando las cosas acaban mal, como ha sido en el caso de Rajoy. Si Rajoy hubiese ganado las elecciones, nadie le pediría cuentas a Aznar, pero como Rajoy ha perdido dos veces y se ha aferrado al sillón en una operación infecta de poder y traiciones como pocas se han visto en la historia contemporánea mundial, Aznar no puede evitar o hacer olvidar a los demás que su responsabilidad es algo de lo que tiene que dar cuenta, y esto es lo que esperaban muchos y temían algunos con su discurso en el congreso soviético.
Que su discurso fue en clave anti Rajoy, nadie lo duda. Sobre todo viendo las reacciones de los enemigos de siempre del PP pero ahora amigos de Mariano; y, también, de algunos medios investidos como defensores integristas del marianismo que encabeza su nómina, con un afán encomiable, "el confidencial", en donde no se ha podido leer, desde el 9-M, ni un solo artículo de crítica, si quiera disgusto, con Mariano Rajoy.
Es verdad que Aznar dijo, a su manera, todo lo que llevaba cayándose desde el 9-M, pero cuando habló de su respaldo responsable a Rajoy dejó claro que renunciaba a pedir perdón pero reconocía su error en el pasado. Aznar es así, y poco más se le puede pedir. Son las miserias que un aznarista como yo reconoce, porque la grandeza de la figura de Aznar se alimenta de sus aciertos pero también de sus errores, a diferencia de los que odian a Aznar, que solamente ven sus errores, muchas veces los exageran y no pocas los inventan. Porque ser aznarista no significa anclarse en el pasado, ni pertenecer a una derecha irredenta y arcaica que poco tiene que ver con la sociedad actual. Ser aznarista supone, por encima de todo, tener un proyecto político claro y definido, con unas ideas y unos valores que no se compran, ni se venden, ni se alquilan, por un puñado de elogios de los tradicionales adversarios del PP. Todo lo contrario de lo que está haciendo Rajoy y en lo que ha convertido al PP el déspota gallego, ojo no confundir con Fraga.
Pero Aznar por mucho que hable del respaldo responsable, de apoyar a Rajoy por sentido de partido, no puede escudarse en estos argumentos, por lo menos no debería, ante unos nuevos tiempos que van encaminados a que el Partido Popular acepte los supuestos teóricos y culturales de la ziquierda aunque pretenda disimularlo en la práctica. Ahí está la respuesta de Aznar cuando habló de no traicionar a los propios votantes del PP, para mayor irritación de muchos. Pero mejor aún cuando dijo aquello que primero ganar y luego dialogar, como habían hecho en 1996. Respondía así a todos aquellos fariseos y farsantes que se rasgaban las vestiduras porque María San Gil se alarmase porque el PP quisiera pactar con el PNV, que también lo hizo Aznar. Y es que hay algunos que se piensan que nuestra memoria está al mismo nivel que su vergüenza y su talento, es decir, por los suelos.
No obstante, al igual que Rajoy ha copiado en todo a Gallardón y ha asumido el discurso político del alcalde, también le ha imitado introduciendo a Ana Botella en la dirección nacional del Partido Popular. Hay que ver lo lejos que está llegando la mujer del Aznar, porque esto es el único mérito que abre las puertas a la Botella, ser la mujer de Aznar. A partir de ahí, cada declaración más nefasta, cada idea emanada de la Botella más inútil. Dijeron, por entonces, que Gallardón aceptó a la Botella como garantía de que Aznar no haría nada en contra de su enemigo íntimo, pues conviene recordar que fue Gallardón, y no Felipe, el principal obstáculo para que Aznar fuese investido presidente en 1996. Tal vez, y esto podríamos decirlo ahora, Rajoy acoja a Ana Botella como garantía de que Aznar siga callado y así solamente habla de congreso en congreso, pues es un peso que los marianistas pueden soportar, aunque de muy mala gana todo hay que decirlo.
En definitiva, el paso de Aznar por el congreso soviético ha dejado un sabor bastante agridulce que no define, de ningún modo, una postura clara de aquel que puso, con su dedo, a Rajoy en la presidencia. Que sí, que no está de acuerdo con este PP rajoyesco, pero no parece que vaya a hacer absolutamente nada para validar su autoridad y devolver la ilusión a tantísimos votantes y militantes del PP que se sienten huérfanos de padre político y que esperan a las urnas para pasar la factura a tanto despropósito y tomadura de pelo del rajoyismo naciente y moliente.
Yo no sé si, a este paso y según algunos creen que está escrito, Ana Botella logrará ser la primera alcaldesa de Madrid en la democracia, yo espero que no, porque no se merecen los madrileños tamaña desgracia, pero como el destino no está en las estrellas, en contra de lo que decía aquel famoso banquero que quiso disputarle a Aznar la presidencia del PP, veremos en los próximos tiempos si el ex- presidente ha comprendido que su responsabilidad sigue viva aunque quiera mirar a otro lado o si, por el contrario, tienen razón muchos anti aznaristas cuando dicen que a José María ya solamente le importa ganar dinero, además de que pertenece al pasado. Jamás un dedo había sido tan importante en la historia pasada, presente y futura de una nación. Porque sí, el dedo de Aznar sigue siendo el futuro, Rajoy sólo es el pasado.
LA SORPRESA DEL CONGRESO SOVIÉTICO.
Si algo me causó no sé si más asco que sorpresa o más sorpresa que asco, fue la inclusión de María del Mar Blanco en el equipo de Rajoy. Es evidente que a la hora de analizar este nombramiento y a la hermana de Miguel Ángel Blanco, hay que tener en cuenta de dónde viene María del Mar y lo que representa. Aún así, y desde el respeto que se le debe a la familia Blanco, hay que decir que ya sea la intención de usar a María del Mar como coartada o la voluntad de María del Mar de dejarse utilizar por Rajoy, es su inclusión en el equipo de Mariano una de las noticias más infectas que ha dado este congreso soviético convocado por Rajoy para su mayor gloria. Ya lo dijo Cospedal, menuda pieza, que ningún dirigente del PP es mejor que los militantes, excepto el presidente.
Pero María del Mar Blanco no se da cuenta, pensémoslo así, que cuando nos dice que ella siempre ha estado, está y estará con María San Gil, nos está mintiendo porque nadie que acepte un puesto emanado de Rajoy, y más en este PP rajoyesco, puede estar, a la vez, al lado de San Gil. Porque Rajoy ha sido el artífice de la retirada de San Gil, es más Rajoy ha echado a San Gil y ha respaldado, quien sabe si encargado, las campañas de difamación contra la persona de la dirigente vasca. Por lo que, si tú aceptas ir en el equipo de alguien que ha apuñalado a otra persona, no puedes decir que aunque vas en el equipo del apuñalador tú estarás siempre al lado del apuñalado. No, eso no puede ser. Por no hablar de formar parte de un proyecto político que ha eliminado las referencias del PNV de la ponencia política. ¡Las referencias al PNV!. Quizás María del Mar Blanco no recuerda que fue el partido jelkide quien, tras el asesinato de su hermano, acudió en socorro de la ETA ante el temor de que el movimiento social de repulsa al terrorismo llevase a los etarras a su completa disolución, y por eso firmaron el pacto de Lizarra. Bien es verdad que con el paso de los años el PNV ha dejado pequeño ese pacto y ahora van, directamente, a por la secesión. Pues ahora Maria del Mar Blanco pertenece a un partido que le preocupa molestar al PNV, que le sienta mal criticar al PNV, que quiere complacer al PNV, iniciando un camino que nos recuerda, perfectamente, una película que ya hemos visto: la metamorfosis del PSE desde la defenestración de Redondo Terreros. Si no fuera porque el PSE nos ha demostrado que entre la dignidad y la indignidad existe un camino muy pequeño que recorrer, ni siquiera nos plantearíamos ciertas cosas en referencia a muchos políticos del PP vasco, pero la ingenuidad en estos casos de poco sirve cuando el pastel que se está cocinando ya tiene un olor demasiado fuerte como para hacerse el tonto. Allá María del Mar con su conciencia, pero ya sea por acción o por omisión, su presencia en el equipo de Rajoy no se justifica ni se sostiene desde la medida de la coherencia y, por qué no decirlo, de la fidelidad siempre debida a la memoria de su hermano y lo que significó su asesinato. Aún así, insisto, pueden existir motivos ocultos que justifiquen su cargo en el partido de Rajoy y debemos, por lo tanto, guardar siempre un profundo respeto y admiración por María del Mar, pero lo cortés no quita lo valiente.
Pero María del Mar Blanco no se da cuenta, pensémoslo así, que cuando nos dice que ella siempre ha estado, está y estará con María San Gil, nos está mintiendo porque nadie que acepte un puesto emanado de Rajoy, y más en este PP rajoyesco, puede estar, a la vez, al lado de San Gil. Porque Rajoy ha sido el artífice de la retirada de San Gil, es más Rajoy ha echado a San Gil y ha respaldado, quien sabe si encargado, las campañas de difamación contra la persona de la dirigente vasca. Por lo que, si tú aceptas ir en el equipo de alguien que ha apuñalado a otra persona, no puedes decir que aunque vas en el equipo del apuñalador tú estarás siempre al lado del apuñalado. No, eso no puede ser. Por no hablar de formar parte de un proyecto político que ha eliminado las referencias del PNV de la ponencia política. ¡Las referencias al PNV!. Quizás María del Mar Blanco no recuerda que fue el partido jelkide quien, tras el asesinato de su hermano, acudió en socorro de la ETA ante el temor de que el movimiento social de repulsa al terrorismo llevase a los etarras a su completa disolución, y por eso firmaron el pacto de Lizarra. Bien es verdad que con el paso de los años el PNV ha dejado pequeño ese pacto y ahora van, directamente, a por la secesión. Pues ahora Maria del Mar Blanco pertenece a un partido que le preocupa molestar al PNV, que le sienta mal criticar al PNV, que quiere complacer al PNV, iniciando un camino que nos recuerda, perfectamente, una película que ya hemos visto: la metamorfosis del PSE desde la defenestración de Redondo Terreros. Si no fuera porque el PSE nos ha demostrado que entre la dignidad y la indignidad existe un camino muy pequeño que recorrer, ni siquiera nos plantearíamos ciertas cosas en referencia a muchos políticos del PP vasco, pero la ingenuidad en estos casos de poco sirve cuando el pastel que se está cocinando ya tiene un olor demasiado fuerte como para hacerse el tonto. Allá María del Mar con su conciencia, pero ya sea por acción o por omisión, su presencia en el equipo de Rajoy no se justifica ni se sostiene desde la medida de la coherencia y, por qué no decirlo, de la fidelidad siempre debida a la memoria de su hermano y lo que significó su asesinato. Aún así, insisto, pueden existir motivos ocultos que justifiquen su cargo en el partido de Rajoy y debemos, por lo tanto, guardar siempre un profundo respeto y admiración por María del Mar, pero lo cortés no quita lo valiente.
jueves, 19 de junio de 2008
LOS PALMEROS DE RAJOY
Ya se ha confirmado, en lo importante, que Rajoy es, ante todo, un hombre agradecido con sus palmeros, ya están todos compuestos y con cargo, con la excepción de Ana Mato, que públicamente no ha sido una palmera rajoyesca, y con la espectación del cargo adjudicado a Gallardón, ninguno de los importantes ciertamente. Tampoco hay que "hipotizar" al futurible, como ya dijo el alcalde madrileño recordando las palabras de alguien tan sabio y tan erutido como Felipe, el González de toda la vida.
Pero en lo sustancial, el nombramiento de Dolores de Cospedal no ha sido una sorpresa en ningún sentido. Bien es verdad que muchos apostaban por Javier Arenas, sobre todo después de repetir una y otra vez que su vida y su corazón y su alma y su centrismo y su todo estaba en su tierra. Claro que también dijo esto Cospedal, algo importantísimo a la hora de "sacrificarse" por el partido, el eterno refugio y excusa de los caraduras que cuantos más cargos más se "sacrifican". Rajoy ha elegido a Cospedal por algo muy simple: porque su fidelidad está a prueba de bombas, después de la puñalada a Esperanza Aguirre como sacrificio para entrar en el selecto círculo-club centrista de Mariano.
Cospedal, hasta hace poco, era la esperanza blanca de muchos manchegos, que veían en ella la apuesta definitiva para desbancar al socialismo de Castilla la Mancha. Pero decepciones más duras ocurren en la vida y María Dolores ha preferido ser palmera de Rajoy a ser la presidenta de todos los manchegos, y así será. No voy a negar que, en un primer momento de la carrera de Cospedal, se veía a la esperanzista de adopción como un valor seguro y de futuro en el Partido Popular, pero después de su retrato durante toda esta crisis, la estafa no ha podido ser más evidente.
Ahí tenemos, como actuación estrella, su trato vejatorio y con mala intención, por decirlo de alguna manera suave, hacia María San Gil. Ahí ya puso un listón que si lo supera en el futuro no sé yo a dónde puede llegar, pero sus primeros chapoteos en la miseria personal no han podido ser más ruidosos. Pero ahí tiene su recompensa, entre injuria a María San Gil y declaraciones de amor arrebatador a Mariano, ahí está su cargo de secretaria general del PP, quién se lo iba a decir a ella cuando la acogió, hace ya algunos años, Esperanza Aguirre, la culpa aún sigue con el puñal de Cospedal adornando la herida.
Precisamente, y por esto mismo, hoy ha dicho que votará a Rajoy al alegrarse mucho, muchísimo, del nombramiento de Cospedal. Como no da una puntada sin hilo, puede ser que esto lo diga para que aquellos que tengan oídos, que entiendan. O quizás no. Pero la cuestión es que ya hasta Esperanza se apunta al enjuague de Rajoy, a la invetidura de Mariano como el emperador papal del Partido Popular. Evidentemente no llega al grado de babosería y renuncia de la dignidad de todo hombre de la que ha hecho gala Moragas, cuando ha dicho que no tenía palabras ante el nombramiento de Cospedal, a lo mejor lo dice porque él esperaba ese cargo, a saber, pero la cuestión es que aquellos que sufran de náuseas o de sensibilidad vomitiva no deberán encender el televisor en los próximos días ante el espectáculo bochornoso, soviético y sectario que va a exhibir el Partido Popular.
Todo esto se corona, como no podía ser, con Pons, Arenas y Ana Mato. De los 3, Ana Mato la más sorprendente, por su baja intensidad de palmeo. Pero qué decir del valenciano y del andaluz, cada cual más abyecto y deslengüado durante esta crisis del PP. Con algo en lo que empatan: las razones para que ninguno de los dos aceptase este cargo. El primero, Pons, porque dijo que allí donde estuviese María San Gil debería de estar el PP, y San Gil ni va al congreso; y Arenas movedizas porque dijo que no quería ningún cargo nacional porque su vida estaba en su tierra. Que yo sepa vicesecretario territorial significa, a menos que el centrismo se invente otra cosa, que tendrá que viajar bastante por esas tierras de los pueblos y naciones de la península ibérica, excepto Portugal, que conviven en paz.
Habrá que ver, por lo tanto, la composición de todo el equipo rajoyesco, donde puede haber sorpresas que harían saltar por al aire la esperanza, es verdad que ínfima, que tienen la mayoría de los votantes del PP que un día no muy lejano se elija el líder popular mediante unas primarias, en cuyo caso Rajoy no saldría ni para portero del edificio de Génova. O, en el peor de los casos, que exista una coherencia balsámica en aquellos que no apoyan a Rajoy y no den ahora la puñalada a la dignidad aceptando, o mejor dicho vendiéndose, por un plato de lentejas, porque en Génova 13, además de lentejas, no hay nada más.
Pero en lo sustancial, el nombramiento de Dolores de Cospedal no ha sido una sorpresa en ningún sentido. Bien es verdad que muchos apostaban por Javier Arenas, sobre todo después de repetir una y otra vez que su vida y su corazón y su alma y su centrismo y su todo estaba en su tierra. Claro que también dijo esto Cospedal, algo importantísimo a la hora de "sacrificarse" por el partido, el eterno refugio y excusa de los caraduras que cuantos más cargos más se "sacrifican". Rajoy ha elegido a Cospedal por algo muy simple: porque su fidelidad está a prueba de bombas, después de la puñalada a Esperanza Aguirre como sacrificio para entrar en el selecto círculo-club centrista de Mariano.
Cospedal, hasta hace poco, era la esperanza blanca de muchos manchegos, que veían en ella la apuesta definitiva para desbancar al socialismo de Castilla la Mancha. Pero decepciones más duras ocurren en la vida y María Dolores ha preferido ser palmera de Rajoy a ser la presidenta de todos los manchegos, y así será. No voy a negar que, en un primer momento de la carrera de Cospedal, se veía a la esperanzista de adopción como un valor seguro y de futuro en el Partido Popular, pero después de su retrato durante toda esta crisis, la estafa no ha podido ser más evidente.
Ahí tenemos, como actuación estrella, su trato vejatorio y con mala intención, por decirlo de alguna manera suave, hacia María San Gil. Ahí ya puso un listón que si lo supera en el futuro no sé yo a dónde puede llegar, pero sus primeros chapoteos en la miseria personal no han podido ser más ruidosos. Pero ahí tiene su recompensa, entre injuria a María San Gil y declaraciones de amor arrebatador a Mariano, ahí está su cargo de secretaria general del PP, quién se lo iba a decir a ella cuando la acogió, hace ya algunos años, Esperanza Aguirre, la culpa aún sigue con el puñal de Cospedal adornando la herida.
Precisamente, y por esto mismo, hoy ha dicho que votará a Rajoy al alegrarse mucho, muchísimo, del nombramiento de Cospedal. Como no da una puntada sin hilo, puede ser que esto lo diga para que aquellos que tengan oídos, que entiendan. O quizás no. Pero la cuestión es que ya hasta Esperanza se apunta al enjuague de Rajoy, a la invetidura de Mariano como el emperador papal del Partido Popular. Evidentemente no llega al grado de babosería y renuncia de la dignidad de todo hombre de la que ha hecho gala Moragas, cuando ha dicho que no tenía palabras ante el nombramiento de Cospedal, a lo mejor lo dice porque él esperaba ese cargo, a saber, pero la cuestión es que aquellos que sufran de náuseas o de sensibilidad vomitiva no deberán encender el televisor en los próximos días ante el espectáculo bochornoso, soviético y sectario que va a exhibir el Partido Popular.
Todo esto se corona, como no podía ser, con Pons, Arenas y Ana Mato. De los 3, Ana Mato la más sorprendente, por su baja intensidad de palmeo. Pero qué decir del valenciano y del andaluz, cada cual más abyecto y deslengüado durante esta crisis del PP. Con algo en lo que empatan: las razones para que ninguno de los dos aceptase este cargo. El primero, Pons, porque dijo que allí donde estuviese María San Gil debería de estar el PP, y San Gil ni va al congreso; y Arenas movedizas porque dijo que no quería ningún cargo nacional porque su vida estaba en su tierra. Que yo sepa vicesecretario territorial significa, a menos que el centrismo se invente otra cosa, que tendrá que viajar bastante por esas tierras de los pueblos y naciones de la península ibérica, excepto Portugal, que conviven en paz.
Habrá que ver, por lo tanto, la composición de todo el equipo rajoyesco, donde puede haber sorpresas que harían saltar por al aire la esperanza, es verdad que ínfima, que tienen la mayoría de los votantes del PP que un día no muy lejano se elija el líder popular mediante unas primarias, en cuyo caso Rajoy no saldría ni para portero del edificio de Génova. O, en el peor de los casos, que exista una coherencia balsámica en aquellos que no apoyan a Rajoy y no den ahora la puñalada a la dignidad aceptando, o mejor dicho vendiéndose, por un plato de lentejas, porque en Génova 13, además de lentejas, no hay nada más.
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