jueves, 3 de julio de 2008

EL CONSENSO CATALÁN

El consenso se carga al ejemplo

Cuantas veces hemos oído hasta la saciedad que la prueba de que en el PP existía libertad y democracia interna la teníamos en Cataluña con las 3 listas que se presentaban para su congreso regional. Esto era, claro, antes de Valencia, porque una vez consumada la autoprofecía rajoyesca, ya no era necesario ni demostrar que existía democracia en el PP ni engañar a ningún militante más. Ya Rajoy estaba asegurado y, además, esta vez sí, "con su equipo". Y su equipo, claro está, ya se ha puesto manos a la obra, con Cataluña como primera parada.

Ya se sabe, porque lo han demostrado a lo largo de estos meses, que no Rajoy, ni sus fieles palmeros, ya sean dentro del partido o dentro de la columna de opinión, ni tienen vergüenza ni les importa disimularlo, pero es que ahora nos quieren hacer a todos comulgar con ruedas de molino al aplear a la "memoria histórica" y hacernos creer que nunca han existido 3 listas alternativas para Cataluña y que el panorama actual es todo fruto, faltaría más, de ese consenso interno que tan bien se le da al centrista Arenas, auténtico "padrino" de toda esta historia bochornoso de puñaladas varias y cargos como argumento.

Es una pena que Cospedal no se de cuenta de que por mucha buena imagen que pueda tener y por mucha voluntad que le pongan muchos para darle un voto de confianza y olvidarse de su actitud miserable para con María San Gil, hay cosas que solamente los de la propia secta pueden aceptar con una sonrisa dócil en la cara, y una de ellas ser engañados y ser feliz por ello. Porque Cospedal no pretende otra cosa cuando nos habla sobre el "consenso catalán" que no sea el mentirnos al por mayor, sin rubor, sin freno y, además, teniéndo que darle las gracias porque nos mienta.
Ella sabe, mejor que nadie, que todo esto de la lista "consensuada" es una farsa absoluta donde se ha impuesto el despotismo, poco ilustrado por cierto, de Rajoy con tal de pagar los favores a Alicia Camacho por su traicíón aviesa a María San Gil, como si con favores políticos se pudiesen pagar actitudes miserables sin justificación alguna. Claro, que en el PP hablar de valores o de vergüenza por encima del cargo soñado es tiempo perdido y desesperado.
No hace falta hacer demasiada memoria para acordarse de como Sirera nos decía que él era el candidato de Rajoy, sí, sí, eso dijo, y hace poco que Alberto Fernandez había buscado un acuerdo con Nebrera para evitar a toda costa que ganase el actual presidente del PP catalán. Es más, que las diferencias entre él, Sirera, y Alberto, eran personales.
Pues bien, ha sido llegar Alicia y todo se ha resuelto sin desenfundar una sola pistola. Lo que antes era oeste, ahora es nirvana. Y todo, eso sí, de la noche a la mañana y gracias al consenso centrista. Milagros que solamente sabe y puede hacer Arenas Movedizas.

La cuestión es que cuando un partido como el PP en Cataluña ha sido desbastado por el paso febril del huracán Piqué,no es, precisamente, la imagen que están dando el estímulo necesario para que mucha gente volviese a acercarse, sin temor, al Partido Popular catalán. Es verdad que a perro flaco todo son pulgas, pero estas pulgas no vienen de fuera, sino de la propia casa, y esto es lo realmente lamentable. Rajoy ha antepuesto, una vez más y van miles, su interés personal a la democracia y libertad en el Partido Popular, acentuando ese "proyecto personal" que criticó Aznar en su discurso en el congreso bolchevique.

Dice Nebrera que va a seguir adelante con su lista, algo que puede ser, pero que aún está a tiempo de integrarse en el consenso. Lo malo de Nebrera es que es como Piqué, pero corregida y aumentada, por lo que la única alternativa de "dignidad", es una cripto-nacionalista. Panorama, peor imposible. Está claro que si a los sufridos militantes del PP catalán les diesen la opción de elegir entre dignidad e indignidad, quizás ganaba la dignidad y todo. Pero claro, entre escoger entre "consenso" o cripto-nacionalismo tal vez lo más digno sería votar en blanco y acto seguido darse de baja del partido. A ver si así Rajoy ponía de presidente catalán a Arenas Movedizas, él que todo lo puede.

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