lunes, 30 de junio de 2008

LO QUE LA SELECCION HA UNIDO QUE NO LO SEPARE IBARRETXE

El fútbol por encima de todo

Es realmente asombroso observar como el fútbol ha conseguido crear lo que generaciones de políticos en democracia no han sabido encender, y es la pasión por unos colores que en este caso representan a España.
Desde que la democracia llegó en 1975 de la mano de los políticos franquistas liderados por Adolfo Suárez, nunca se había vivido un momento de tantísima euforia patriótica como en la noche de ayer, con la eurocopa, por fin, en el bolsillo de la selección española de fútbol, después de casi medio siglo. Tal vez durante el 11-M se vivió otra especie no de patriotismo pero sí de solidaridad con el pueblo de Madrid, pero qué duda cabe que las banderas ondeando por todas las calles, por todas las casas, por todos los rincones de España, pero todos, todos, solamente se ha producido por obra y milagro no de Zapatero, ni de Rajoy, ni de Aznar, o de Felipe, no, no; por obra y gracia de Luis Aragonés.

No sé hasta qué punto este sentimiento patriotico arrancado de las calles españolas gracias a una pelota puede considerarse como bueno, porque claro, un país, una nación, un sentimiento común, es algo que va siempre más allá de un deporte o una competición por muy arraigada que esté en la sociedad. Claro que muchos dirán que a falta de pan buenas son tortas, pero digamos que la situación por la que atraviesa España, aunque una gran mayoría de españoles quieran mirar para otro lado, ni se arregla ni se alivia entre una pelota o no.

Pero Ibarretxe sigue ahí....

Porque a los nacionalistas les puede causar repugnancia la selección, y así lo han manifestado, pero no es esta, ni mucho menos, su mayor preocupación. Y es que por mucho que Zapatero y su ganado intenten aparentar que no pasa nada con el desafío de Ibarretxe y que este referedum se desconvocará por arte de magia, o algo así, la realidad es que cuando un ciudadano, sea presidente o no, va a incumplir la ley de manera manifiesta, el estado de derecho no tiene más remedio que tomar medidas para impedir el delito, y este es el punto que el gobierno de España, que así se autodenomina, no ha explicado a los españoles que se interesan por el qué pasará. Sí, que van a recurrir a los tribunales, sí, que Ibarretxe se dará cuenta de que no puede seguir, estupendo. No se podía esperar otra cosa del zapaterismo. Pero Ibarretxe pretende seguir, Ibarretxe presume de su consulta y como sabe que el PSOE derogó la ley que llevaría a Ibarretxe a la cárcel, pues, ¿qué puede pasar?, ¿no dialogó y negoció Zapatero con ETA?, pues ya está.

Habrá que ver, no obstante, cómo se desarrollan los acontecimientos porque está a la vuelta de la esquina el desafío, y Zapatero no puede mirar hacia otro lado porque esto es algo que le puede estallar en sus propias manos. Hay cosas donde uno no puede hacer nada, dejarse llevar por la marea, y hasta tener suerte y arribar en un puerto decente, pero en esto del referendum de secesión de la comunidad vasca no admite más salida que el estado de derecho con todas sus consecuencias. Es decir, la ley tiene que ser cumplida, y si esto supone la suspensión de la autonomía vasca, mala suerte, pero si España permite que Ibarretxe haga lo que le sale de las narices el fin de España está más que asegurado.


El manifiesto por el castellano encrespa a los "progres"

Hemos tardado más de 30 años, pero por fin un partido, UPyD, se ha atrevido a elaborar un manifiesto para defender el derecho de todo español de estudiar en español se encuentre en la región que se encuentre.
Que el manifiesto está en la dirección adecuada lo corrobora el berrinche que se han pillado todos los medios progres que, a la vez que niegan la existencia del problema de inmersión lingüística, acusan al PP de ser el responsable de la discriminación en Galicia, Baleares y Valencia. Pero en que quedamos, ¿existe o no existe el problema?, porque si no existe no se puede acusar al PP de complice cuando no directamente responsable de la discriminación.

Pero en algo tienen razón, y es que por mucho que el PP firme ahora el manifiesto por el español, lo llamaremos así, ha sido el responsable y el legislador de la inmersión lingüística en Galicia, sobre todo, Baleares y Valencia, que también tiene tela. Es el resultado de una política de doble cara donde se defiende una cosa pero, en muchas ocasiones se practica la contraria. Ya con Aznar sucedió la claudicación a muchas práticas del nacionalismo en Galicia y en Cataluña, donde cortó de raíz la alternativa españolista encabezada por Vidal Cuadras. El remate definitivo, no obstante, ha venido de la mano, como no podía ser de otra manera, del gran lider Mariano Rajoy, ahora revelado como el gran déspota. Ya en la legislatura pasada apoyó el ataque frontal a la identidad nacional iniciado por Zapatero y acompañado por el PP con la cláusula Camps y la realidad nacional de Arenas Movedizas. Pero en esta el PP estás dispuesto a superarse, por mucho que firme manifiestos que contradice sus ponencias políticas y las declaraciones desvergonzadas de los nuevos y viejos palmeros de Mariano Rajoy de Bulgaria.

martes, 24 de junio de 2008

AZNAR TENÍA LA CULPA DE TODO

Es realmente asombrosa la ingratitud que puede reinar en política, donde toda lealtad tiene fecha de caducidad en cuanto supone alejarse del cargo oficial. Cuántas veces hemos visto puñaladas traperas y fechorías varias a lo largo de nuestra historia de la democracia, pero quizás nunca se ha producido un acto tan suicida y temerario como el que están protagonizando toda la nueva cúpula pepera tratando no ya de amortizar a Aznar sino de dejarlo como un juguete roto e inservible en el trastero del tiempo. De María San Gil dijeron que los anti depresivos y el cáncer le habían transtornado, de Aznar ya les falta poco para que digan que ha enloquecido de rencor y de pasado, porque esas son las consignas de los enemigos de siempre del PP pero ahora amigos de Rajoy, y los palmeros oficiales de Mariano: un discurso de Aznar marcado por el rencor y el pasado.

Pero en este nuevo PP rajoyesco se está fraguando una figura emergente, una super estrella que promete tardes de gloria sin igual y que responde al nombre de Pons. Hay que ver estos políticos provincianos sacados del anonimato mediático, como reaccionan ante la posibilidad de que sus teorías y pensamientos, o derivados, sean escuchados a lo largo de la geografía peninsular. Claro, que políticos provincianos hay de dos estilos: el estilo Rajoy, un político mediocre que crece a la sombra de todos y con el puñal siempre como compañero de caminos; y el estilo Pons, político cuya ambición sólo es superada por su verborrea desvergonzada.
Hay que tener una cara muy dura para que ahora venga Pons a darnos lecciones a todos sobre pasado, presente y futuro, y en particular a Aznar, al cual se permite descalificar y menospreciar llamándole anticuado y poco más que chatarra inservible. Recuerdo que fue Nebrera la que dijo hace ya un año o así que Aznar era un poco como un jarrón chino, molesto quería decir. Pues ojalá para Pons le mereciera el ex- presidente el mismo cuidado y consideración que un jarrón chino. Pero claro, que se puede esperar de alguien que compara a Rajoy con Churchill y Suárez, nada más ni nada menos. Después de esto me imagino que mañana o pasado, saldrá Cospedal para equiparar a Rajoy con el mismísimo Jesucristo, porque en peloteo nadie se le pone por delante a la flamante secretaria general, faltaría más.

Aún así, es evidente que todas estas declaraciones de Pons, siempre se supera a sí mismo cada vez que habla, pueden tener un componente cómico y simpático en esta actualidad que tan necesario se hace el reír. Pero lo que es realmente infecto, lamentable y, desde luego, lo último que se le podía haber ocurrido al PP, es el descalificar a Aznar mano a mano con los escribas de oficio, prostitutas de profesión, que ahora han comprendido el mal que ha llevado al Partido Popular de derrota en derrota, y que no es otro que Aznar. En el 2004 perdieron por culpa de Aznar, con Irak y el 11-M como muestras de la soberbia y locura de un presidente endiosado. Y en el 2008 han vuelto a perder por culpa de Aznar porque aún quedaban restos de aznarismo en el partido de Rajoy. Ahora, ¡ahora!, es cuando Rajoy podrá ser él mismo, y por fin podrá ganar las elecciones y derramar sobre todos el cuerno de la abundancia centrista que tan rápido y tan bien va a curar nuestras heridas.

Como ya dije en otro artículo, Aznar es muy soberbio, y nadie lo puede discutir. Pero en el pecado lleva la penitencia porque fue esa soberbia la que lo empujó a legitimar la dedocracia como fórmula infalible de sucesión exitosa, y hasta aquí están llegando sus frutos. Y porque esa soberbia ha sido la que, eso sí, por "responsabilidad", le ha imposibilitado pedir perdón a todos los votantes del PP por su gran, inmenso, su mayor error de todos llamado Rajoy, y articular o, por lo menos, abrir una puerta real a la alternativa tan necesaria como inevitable para la supervivencia del PP a Mariano Rajoy.

lunes, 23 de junio de 2008

LOS AZNAR EN BULGARIA

Reconozco que cuando vi, hace pocos días, la portada del HOLA donde el arichimultimillonario matrimonio Biatore aparecía escoltado por la familia Aznar, me dió un poco de pudor, y de vergüenza, el observar esa figura profident de Ana Aznar que ponía el tono dental a una fotografía de mucho figurar. No podrá quejarse Anita de su boda, pero sí podemos quejarnos muchos de que supuso la ascensión a los cielos del cesarato del, hasta entonces, previsible y austero Aznar.

Mucho se ha hablado, analizado y comprado, la retirada de Aznar con la de Felipe González. Y, salvando las muchas distancias que los separa, el ex presidente popular renunció a cortar su cordón umbilical con el futuro de su partido al decidir aplicar al PP la dedocracia que tan peligrosa suele ser cuando las cosas acaban mal, como ha sido en el caso de Rajoy. Si Rajoy hubiese ganado las elecciones, nadie le pediría cuentas a Aznar, pero como Rajoy ha perdido dos veces y se ha aferrado al sillón en una operación infecta de poder y traiciones como pocas se han visto en la historia contemporánea mundial, Aznar no puede evitar o hacer olvidar a los demás que su responsabilidad es algo de lo que tiene que dar cuenta, y esto es lo que esperaban muchos y temían algunos con su discurso en el congreso soviético.

Que su discurso fue en clave anti Rajoy, nadie lo duda. Sobre todo viendo las reacciones de los enemigos de siempre del PP pero ahora amigos de Mariano; y, también, de algunos medios investidos como defensores integristas del marianismo que encabeza su nómina, con un afán encomiable, "el confidencial", en donde no se ha podido leer, desde el 9-M, ni un solo artículo de crítica, si quiera disgusto, con Mariano Rajoy.
Es verdad que Aznar dijo, a su manera, todo lo que llevaba cayándose desde el 9-M, pero cuando habló de su respaldo responsable a Rajoy dejó claro que renunciaba a pedir perdón pero reconocía su error en el pasado. Aznar es así, y poco más se le puede pedir. Son las miserias que un aznarista como yo reconoce, porque la grandeza de la figura de Aznar se alimenta de sus aciertos pero también de sus errores, a diferencia de los que odian a Aznar, que solamente ven sus errores, muchas veces los exageran y no pocas los inventan. Porque ser aznarista no significa anclarse en el pasado, ni pertenecer a una derecha irredenta y arcaica que poco tiene que ver con la sociedad actual. Ser aznarista supone, por encima de todo, tener un proyecto político claro y definido, con unas ideas y unos valores que no se compran, ni se venden, ni se alquilan, por un puñado de elogios de los tradicionales adversarios del PP. Todo lo contrario de lo que está haciendo Rajoy y en lo que ha convertido al PP el déspota gallego, ojo no confundir con Fraga.

Pero Aznar por mucho que hable del respaldo responsable, de apoyar a Rajoy por sentido de partido, no puede escudarse en estos argumentos, por lo menos no debería, ante unos nuevos tiempos que van encaminados a que el Partido Popular acepte los supuestos teóricos y culturales de la ziquierda aunque pretenda disimularlo en la práctica. Ahí está la respuesta de Aznar cuando habló de no traicionar a los propios votantes del PP, para mayor irritación de muchos. Pero mejor aún cuando dijo aquello que primero ganar y luego dialogar, como habían hecho en 1996. Respondía así a todos aquellos fariseos y farsantes que se rasgaban las vestiduras porque María San Gil se alarmase porque el PP quisiera pactar con el PNV, que también lo hizo Aznar. Y es que hay algunos que se piensan que nuestra memoria está al mismo nivel que su vergüenza y su talento, es decir, por los suelos.

No obstante, al igual que Rajoy ha copiado en todo a Gallardón y ha asumido el discurso político del alcalde, también le ha imitado introduciendo a Ana Botella en la dirección nacional del Partido Popular. Hay que ver lo lejos que está llegando la mujer del Aznar, porque esto es el único mérito que abre las puertas a la Botella, ser la mujer de Aznar. A partir de ahí, cada declaración más nefasta, cada idea emanada de la Botella más inútil. Dijeron, por entonces, que Gallardón aceptó a la Botella como garantía de que Aznar no haría nada en contra de su enemigo íntimo, pues conviene recordar que fue Gallardón, y no Felipe, el principal obstáculo para que Aznar fuese investido presidente en 1996. Tal vez, y esto podríamos decirlo ahora, Rajoy acoja a Ana Botella como garantía de que Aznar siga callado y así solamente habla de congreso en congreso, pues es un peso que los marianistas pueden soportar, aunque de muy mala gana todo hay que decirlo.

En definitiva, el paso de Aznar por el congreso soviético ha dejado un sabor bastante agridulce que no define, de ningún modo, una postura clara de aquel que puso, con su dedo, a Rajoy en la presidencia. Que sí, que no está de acuerdo con este PP rajoyesco, pero no parece que vaya a hacer absolutamente nada para validar su autoridad y devolver la ilusión a tantísimos votantes y militantes del PP que se sienten huérfanos de padre político y que esperan a las urnas para pasar la factura a tanto despropósito y tomadura de pelo del rajoyismo naciente y moliente.
Yo no sé si, a este paso y según algunos creen que está escrito, Ana Botella logrará ser la primera alcaldesa de Madrid en la democracia, yo espero que no, porque no se merecen los madrileños tamaña desgracia, pero como el destino no está en las estrellas, en contra de lo que decía aquel famoso banquero que quiso disputarle a Aznar la presidencia del PP, veremos en los próximos tiempos si el ex- presidente ha comprendido que su responsabilidad sigue viva aunque quiera mirar a otro lado o si, por el contrario, tienen razón muchos anti aznaristas cuando dicen que a José María ya solamente le importa ganar dinero, además de que pertenece al pasado. Jamás un dedo había sido tan importante en la historia pasada, presente y futura de una nación. Porque sí, el dedo de Aznar sigue siendo el futuro, Rajoy sólo es el pasado.

LA SORPRESA DEL CONGRESO SOVIÉTICO.

Si algo me causó no sé si más asco que sorpresa o más sorpresa que asco, fue la inclusión de María del Mar Blanco en el equipo de Rajoy. Es evidente que a la hora de analizar este nombramiento y a la hermana de Miguel Ángel Blanco, hay que tener en cuenta de dónde viene María del Mar y lo que representa. Aún así, y desde el respeto que se le debe a la familia Blanco, hay que decir que ya sea la intención de usar a María del Mar como coartada o la voluntad de María del Mar de dejarse utilizar por Rajoy, es su inclusión en el equipo de Mariano una de las noticias más infectas que ha dado este congreso soviético convocado por Rajoy para su mayor gloria. Ya lo dijo Cospedal, menuda pieza, que ningún dirigente del PP es mejor que los militantes, excepto el presidente.

Pero María del Mar Blanco no se da cuenta, pensémoslo así, que cuando nos dice que ella siempre ha estado, está y estará con María San Gil, nos está mintiendo porque nadie que acepte un puesto emanado de Rajoy, y más en este PP rajoyesco, puede estar, a la vez, al lado de San Gil. Porque Rajoy ha sido el artífice de la retirada de San Gil, es más Rajoy ha echado a San Gil y ha respaldado, quien sabe si encargado, las campañas de difamación contra la persona de la dirigente vasca. Por lo que, si tú aceptas ir en el equipo de alguien que ha apuñalado a otra persona, no puedes decir que aunque vas en el equipo del apuñalador tú estarás siempre al lado del apuñalado. No, eso no puede ser. Por no hablar de formar parte de un proyecto político que ha eliminado las referencias del PNV de la ponencia política. ¡Las referencias al PNV!. Quizás María del Mar Blanco no recuerda que fue el partido jelkide quien, tras el asesinato de su hermano, acudió en socorro de la ETA ante el temor de que el movimiento social de repulsa al terrorismo llevase a los etarras a su completa disolución, y por eso firmaron el pacto de Lizarra. Bien es verdad que con el paso de los años el PNV ha dejado pequeño ese pacto y ahora van, directamente, a por la secesión. Pues ahora Maria del Mar Blanco pertenece a un partido que le preocupa molestar al PNV, que le sienta mal criticar al PNV, que quiere complacer al PNV, iniciando un camino que nos recuerda, perfectamente, una película que ya hemos visto: la metamorfosis del PSE desde la defenestración de Redondo Terreros. Si no fuera porque el PSE nos ha demostrado que entre la dignidad y la indignidad existe un camino muy pequeño que recorrer, ni siquiera nos plantearíamos ciertas cosas en referencia a muchos políticos del PP vasco, pero la ingenuidad en estos casos de poco sirve cuando el pastel que se está cocinando ya tiene un olor demasiado fuerte como para hacerse el tonto. Allá María del Mar con su conciencia, pero ya sea por acción o por omisión, su presencia en el equipo de Rajoy no se justifica ni se sostiene desde la medida de la coherencia y, por qué no decirlo, de la fidelidad siempre debida a la memoria de su hermano y lo que significó su asesinato. Aún así, insisto, pueden existir motivos ocultos que justifiquen su cargo en el partido de Rajoy y debemos, por lo tanto, guardar siempre un profundo respeto y admiración por María del Mar, pero lo cortés no quita lo valiente.

jueves, 19 de junio de 2008

LOS PALMEROS DE RAJOY

Ya se ha confirmado, en lo importante, que Rajoy es, ante todo, un hombre agradecido con sus palmeros, ya están todos compuestos y con cargo, con la excepción de Ana Mato, que públicamente no ha sido una palmera rajoyesca, y con la espectación del cargo adjudicado a Gallardón, ninguno de los importantes ciertamente. Tampoco hay que "hipotizar" al futurible, como ya dijo el alcalde madrileño recordando las palabras de alguien tan sabio y tan erutido como Felipe, el González de toda la vida.

Pero en lo sustancial, el nombramiento de Dolores de Cospedal no ha sido una sorpresa en ningún sentido. Bien es verdad que muchos apostaban por Javier Arenas, sobre todo después de repetir una y otra vez que su vida y su corazón y su alma y su centrismo y su todo estaba en su tierra. Claro que también dijo esto Cospedal, algo importantísimo a la hora de "sacrificarse" por el partido, el eterno refugio y excusa de los caraduras que cuantos más cargos más se "sacrifican". Rajoy ha elegido a Cospedal por algo muy simple: porque su fidelidad está a prueba de bombas, después de la puñalada a Esperanza Aguirre como sacrificio para entrar en el selecto círculo-club centrista de Mariano.

Cospedal, hasta hace poco, era la esperanza blanca de muchos manchegos, que veían en ella la apuesta definitiva para desbancar al socialismo de Castilla la Mancha. Pero decepciones más duras ocurren en la vida y María Dolores ha preferido ser palmera de Rajoy a ser la presidenta de todos los manchegos, y así será. No voy a negar que, en un primer momento de la carrera de Cospedal, se veía a la esperanzista de adopción como un valor seguro y de futuro en el Partido Popular, pero después de su retrato durante toda esta crisis, la estafa no ha podido ser más evidente.
Ahí tenemos, como actuación estrella, su trato vejatorio y con mala intención, por decirlo de alguna manera suave, hacia María San Gil. Ahí ya puso un listón que si lo supera en el futuro no sé yo a dónde puede llegar, pero sus primeros chapoteos en la miseria personal no han podido ser más ruidosos. Pero ahí tiene su recompensa, entre injuria a María San Gil y declaraciones de amor arrebatador a Mariano, ahí está su cargo de secretaria general del PP, quién se lo iba a decir a ella cuando la acogió, hace ya algunos años, Esperanza Aguirre, la culpa aún sigue con el puñal de Cospedal adornando la herida.

Precisamente, y por esto mismo, hoy ha dicho que votará a Rajoy al alegrarse mucho, muchísimo, del nombramiento de Cospedal. Como no da una puntada sin hilo, puede ser que esto lo diga para que aquellos que tengan oídos, que entiendan. O quizás no. Pero la cuestión es que ya hasta Esperanza se apunta al enjuague de Rajoy, a la invetidura de Mariano como el emperador papal del Partido Popular. Evidentemente no llega al grado de babosería y renuncia de la dignidad de todo hombre de la que ha hecho gala Moragas, cuando ha dicho que no tenía palabras ante el nombramiento de Cospedal, a lo mejor lo dice porque él esperaba ese cargo, a saber, pero la cuestión es que aquellos que sufran de náuseas o de sensibilidad vomitiva no deberán encender el televisor en los próximos días ante el espectáculo bochornoso, soviético y sectario que va a exhibir el Partido Popular.

Todo esto se corona, como no podía ser, con Pons, Arenas y Ana Mato. De los 3, Ana Mato la más sorprendente, por su baja intensidad de palmeo. Pero qué decir del valenciano y del andaluz, cada cual más abyecto y deslengüado durante esta crisis del PP. Con algo en lo que empatan: las razones para que ninguno de los dos aceptase este cargo. El primero, Pons, porque dijo que allí donde estuviese María San Gil debería de estar el PP, y San Gil ni va al congreso; y Arenas movedizas porque dijo que no quería ningún cargo nacional porque su vida estaba en su tierra. Que yo sepa vicesecretario territorial significa, a menos que el centrismo se invente otra cosa, que tendrá que viajar bastante por esas tierras de los pueblos y naciones de la península ibérica, excepto Portugal, que conviven en paz.

Habrá que ver, por lo tanto, la composición de todo el equipo rajoyesco, donde puede haber sorpresas que harían saltar por al aire la esperanza, es verdad que ínfima, que tienen la mayoría de los votantes del PP que un día no muy lejano se elija el líder popular mediante unas primarias, en cuyo caso Rajoy no saldría ni para portero del edificio de Génova. O, en el peor de los casos, que exista una coherencia balsámica en aquellos que no apoyan a Rajoy y no den ahora la puñalada a la dignidad aceptando, o mejor dicho vendiéndose, por un plato de lentejas, porque en Génova 13, además de lentejas, no hay nada más.

miércoles, 18 de junio de 2008

RAJOY EN EL CENTRO DE BULGARIA

Terminó la entrevista citando, de manera bastante subida de tono, una frase de Wiston Churchill: "Un fanático es alguien que no puede cambiar de mentalidad y no sabe cambiar de tema". La realidad es que a Rajoy no se le puede acusar de ser fanático excepto de una cosa: del centrismo. O, dicho en cristiano, del poder.

Claro que poco a poco nos va explicando lo que es el centro, "no una ideología sino una actitud ante la vida". No sé si esta frase será suya propia o se la habrá prestado Arenas Movedizas, Javier. Sea como sea empìeza a resultar no sé si más patético o más revelador, que Mariano Rajoy no se le caiga de la boca la misma palabra de la que ha hecho Gallardón su santo y señal: el centrismo. A esto se le llama asumir el discurso del futuro y lo demás es música celestial. Pero parece ser que a Rajoy le cuesta reprimir el déspota que lleva dentro, ocupando todo él, cuando nos dice que episodios como el de Elorriaga "son cosas que pasan y es mejor olvidar". Es decir, que a Rajoy le importa una mierda lo que digan o puedan decir de él siempre y cuando no esté en sintonía con ese cariño y afecto que le han dispensado "tanta gente" que le ha pedido que siga, y que siga hasta el final, hasta volver a perder en 2012, se le olvidó decir.

Pero ya fuera de estrategias y palabrería, el único proyecto que tiene el déspota gallego, ojo no confundir con Fraga, para poder ganar unas elecciones es que la economía siga aprentando a los españoles hasta que logre la asfixia de la figura zapateril, un Zapatero que a las primeras de cambio, ¡y eso que está sin oposición!, se ha venido abajo y ha alcanzado ya tan pronto el estado de vaporiación gaseosa que caracterizó al Aznar del "Prestige", por ejemplo. A Zapatero sólo le falta decir que se aparecerá a los españoles cuando tenga soluciones bajo el brazo, y ya sería completa la simbiosis.

Aún así, y al margen de crisis y recesiones, estamos a miércoles y Rajoy va a agotar el plazo hasta el sábado para comunicar a los demás mortales su equipo. En este sentido solamente le falta anunciar que sus nombres los tiene en una libreta roja, ahora roja, la libreta azul era de Aznar, y ya se sabe. Yo siempre he dicho que Rajoy ha hederado lo peor del aznarismo empezando por su despotismo tardío, cuando ya el dedo era el único elemento aznarí que mandama más que el propio Aznar. Lo malo es que Rajoy ya traía de fábrica unas "virtudes" que lo adornan aún más, y es la traición sin pestañear a todo aquel que pueda alejarle de la posibilidad de seguir pegado a su poltrona.
Muchas cábalas se hacen del equipo rajoyista, faltaría más. Pero la cuestión es muy simple: o Rajoy hace un equipo lleno de fieles y mediocres, lo más probable; o Rajoy incluye algunos elementos en su equipo que han sido críticos con él, lo que haría ya el sovietismo en el PP una regla de estricta observancia, como en los monasterios. Porque ya me contarán qué esperanza le quedaría al PP si todos los que han sido críticos con Rajoy acaban integrados en su equipo. No es que a día de hoy tenga mucho futuro alguna alternativa en el partido, pero de esta manera ya sería el no ser decente y, además, parecerlo.

Me ha llamado la atención de que a 3 días de la KOMINTERN popular, uno de los asuntos que más preocupa al politburó genovés, es ¡la ponencia sobre matrimonios homosexuales!. La doctrina de Rajoy, ya se sabe, lo que digan los jueces, pero cuando un partido ha presentado un recurso contra el matrimonio gay, no puede, en su congreso de ideas, recordad como lo repiten muchos farsantes peperos, no debatir esta cuestión. Porque si, precisamente, no se debate uno de los puntos más conflictivos y que más alejan al PP de esa ansiada, como muchas veces necesaria, modernidad, pues que baje Dios y lo vea.
Pero así es el PP de Rajoy, donde están presentado mucha más resistencia a que se apruebe el matrimonio gay a que se pongan las bases para rogar al PNVo CIU que les concedan un baile.

martes, 17 de junio de 2008

EL HONOR DEL HONORABLE

Aunque para un gran número de políticos les parezca mentira, la democracia también tiene honor. Y una democracia donde se produce una sentencia judicial en clave política, poco puede honrar a su sociedad. Claro que a Gallardón la dignidad democrática de España le importa bastante poco tirando a nada. La prueba la tenemos cuando lleva a los tribunales al locutor más crítico con él con la intención de silenciarlo, de meterle el miedo en el cuerpo, aún a sabiendas que esto con Federico era pinchar en hueso. Pero siempre quedará la satisfación de haberle ganado un pulso al periodista tanto en su partido-puñalada trapera de todos a Federico- como en los tribunales, en primera instancia. Y qué decir de la felicidad que ha regalado entre PIRSA y demás satélites rajoyistas que vistiéndose de moderados y portavoces de una nueva derecha moderna intentan disumular si inanidad intelectual y su moral prostituida.

Yo no creo que la libertad de expresión en España esté en peligro, es que directamente siempre ha estado supeditada a ciertos intereses que han prevalecido muy por encima de, muchas veces, la verdad. Claro que tú puedes decir lo que piensas, criticar lo que quieras, denunciar lo que te afecte, pero las consecuencias que se deriben de ello es un gallo de otro cantar que, no pocas veces, hace de ser temerarios y suicidas denunciar o luchar por la verdad cuando está en contra de algún poder fáctico o, simplemente, de algún tipo de poder. Eso de Juana de Arco es algo que no se estila, precisamente, en nuestro país.

Pero lo preterido por Gallardón con su querella a Federico Jimenez Losantos no es tanto el apuñalar la libertad de expresión que le resulta incómoda como el demostrar a su mayor enemigo que es él, y no Federico, quien manda en el PP y quien va a mandar mucho más. Ayer mismo Rajoy respaldó a su alcalde cuando en más de una ocasión, y durante la pasada legislatura, le pidió a Gallardón que retirase la querella contra Federico. Por supuesto Gallardón le engañó más de una y más de dos veces, algo que ya es costumbre en los recibes de Mariano. Pero ahora las cosas han cambiado, y lo han hecho de tal manera que hasta Esperanza Aguirre dejó tirado a Federico en el juicio recién celebrado. ¿Qué se puede esperar de este PP búlgaro hoy, gallardonita mañana?, realmente nada, por lo menos nada bueno.

Uno cuando se detiene a observar los mensajes y las declaraciones de todos los dirigentes, o su mayoría, en los últimos meses, se da cuenta de que el Partido Popular ha sido atrapado por una ansiedad monstruosa de ganar las elecciones al precio que sea, como si de golpe se hubiese despertado una ambición febril que ha hecho derrumbarse a muchos pilares que creíamos que aún sosténían el PP. Pero con esto del PP va a pasar como con Zapatero y sus diputados: cuando llegue el juicio de la historia, cuando la responsabilidad llame a su presencia, nadie podrá ser declarado inocente, ya sea por acción o por omisión. Es verdad que el principal culpable de que Gallardón llegue a ver cumplido el sueño de su vida es Aznar, que antepuso su mujer a España, pero después de Aznar la culpa la tiene Rajoy. Quizás algún día nos explique por qué ha pasado de rechazar su inclusión en las listas al parlamento, a brindarle en bandeja de plata el partido al alcalde madrileño.

De todos modos no hay que ser injustos, y no es, repito, Gallardón el peor del PP. Es el más descarado, sí, pero no el peor. Ahora, sin embargo, lo que toca repetir como loritos de feria es lo del derecho al honor por encima de todo, que dicen los del PP mientras se dan golpes de pecho. Claro que para este PP el honor es, ante todo, el centrismo, sin centro no hay honor. Pero, ¿dónde estaba el honor cuando Almodovar acusó al PP de intento de golpe de estado?, ¿dónde estuvo el honor del PP cuando Moratinos acusó a Aznar, al que le deben todo, de promover golpes de estado en el extranjero?, ¿dónde estuvo el honor del PP cuando los titiriteros paseaban pancartas con las caras de todos los populares y la palabra asesinos debajo?.

En fin, hay tantísimos ejemplos del "honor" popular centristamente entendido, que podríamos dedicarle un monográfico a ello. Si en su día, por entonces, cualquier político del PP hubiese hablado del honor, de su honor, les habríamos creído, pero a día de hoy el problema es que ya nadie puede creer demasiado en el PP, y ya si nos habla de honor, para qué contar. El honor del honorable, ya se sabe.

lunes, 16 de junio de 2008

LA DERECHA NUNCA HA EXISTIDO EN ESPAÑA

Desde que Rajoy decició destapar el tarro de sus esencias y mostar a todo el mundo lo miserable que puede llegar a ser, tanto política como personalmente, está Ruíz Gallardón que no cabe en sí de gozo. No de ambición, que eso siempre ha sido galáctica, sino de gozo, porque el ahora alcalde de Madrid nunca lo tuvo tan claro para llegar a asaltar el Partido Popular.

Y así va como los antiguos turroneros no de pueblo en pueblo sino de entrevista en entrevista dejándose escuchar a quien quiera escucharlo. Porque, desde luego, es para leer una y otra vez la perla semanal que nos ha dejado en su entrevista al afimar que el PP no es de derechas. ¡Que el PP no es de derechas! y lo dice ahora, en el 2008, después de que los españoles llevemos desde 1975 creyendo que el Partido Popular representaba a la derecha española. Claro que muchos dirán que no hay que tomar en serio a este traidor eterno, porque toda su carrera política ha sido una traición tras otra siempre que ha podido, pero la cuestión es que desde Génova 13 han asumido como propio el discurso gallardonita y ahora que por fin ha desvelado el misterio de la corona podrá dormir en paz su compatriota Javier Arenas que por lo que parece se resiste como gato panza arriba a significarse demasiado con Rajoy. Porque Arenas apoyará a Rajoy con toda la pasión que su cinismo incombustible le pueda dar, pero ahora, si Rajoy se cae, que se caerá sin duda alguna, no va a ser él la siguiente ficha del efecto dominó. En esto, hay que reconocerlo, es Javier un maestro sin igual, no por casualidad le llamó Felipe Gónzalez "arenas movedizas". De todos modos aún así no podemos olvidar que Arenas es una criatura de Aznar, aunque el andaluz lo niegue antes y después de que cante el gallo.

Pero el problema del PP no es que sea de centro o sea de derechas, el problema del PP es la clase dirigente que a día de hoy lo puebla, con escasas excepciones, y que no son mucho mejores que los que pueblan el partido socialista. Claro que tanto Rajoy, como Gallardón, como Basagoiti, confían en que la crisis haga el trabajo sucio que ellos no pueden lograr por las buenas, y es que las gente les vote a ellos por encima de lo que son. Si Zapatero se ve incapaz de gestionar la crisis, que no va a ser capaz, solamente queda Mariano Rajoy como el último refugio de tantísimos ciudadanos que por encima de la dignidad, de España y de la libertad, les importa su bolsillo y poder llegar a fin de mes. Rajoy se aferra a esto como a un clavo ardiendo para advertirnos, después de 2 elecciones perdidas, "que sabe como ganar las elecciones", "que tiene la fórmula necesaria". ¿Cuál es esa fórmula que no pudo aplicar hace bien poco y que ahora sí podría aplicar?, pues una crisis económica que se lleve por delante a toda la sociedad y al gobierno zapateril. En esto compartiría ideología con Felipe González, cuando en un viaje a China se quedó prendado de gato negro, gato blanco, lo importante es que caze ratones. Para Rajoy, sea por activa, sea por pasiva, lo importante es llegar al poder.

Pero quizás en lo que dice Gallardón exista algo de verdad, y a día de hoy el PP no sea esa derecha liberal que adoptó Aznar como fórmula esencial para llegar en 1996 al poder. Qué duda cabe que de aquellos principios, apenas queda nada, y de la mayoría de su legado se avergüenzan hoy todos aquellos que se llaman centristas. Es más, cuanto más centrista más asco le tienen al legado aznarí.
Dicen algunos, como una evidente cara durísima, que Aznar fue un político totalitario que si no llegó al estatus de Mussolini, como mínimo, fue porque no le dejaron, pero que ahí tenemos a la persona enloquecida de soberbia apenas disfrutada la mayoría absoluta de 183 diputados. Siendo esto discutible, la realidad es que el Partido Popular de 1990 en adelante se articulaba en torno a una ideales y a unos valores que unían a todo un grupo de políticos, algunos muy diversos entre sí, aparte de la mano de hierro del presidente.
Pero a Aznar nunca se le ocurrió decir después de dos derrotas que iba a seguir por el bien de su partido y de su país. Es más, a Aznar nunca se le ocurrió decir que quienes no estuvieran de acuerdo con sus maneras que se fueran a otro partido. Es más, a Aznar nunca se le ocurrió traicionar a Gregorio Ordóñez. A Rajoy, a falta de Ordóñez, tuvo a San Gil. Y, desde luego, a Aznar no le llevaron los avales en cajas cerradas como si fuesen cestas de navidad, con lacito. Puede ser que Aznar fuese más duro en las formas, pero las miserias que se han visto con Rajoy y sus tics autoratarios y déspotas no tienen nada que envidiar a los posibles que cometiese Aznar en el partido y en el gobierno ya con mayoría absoluta. Rajoy, lo único que tiene de absoluto es la derrota, como su compadre Arenas. Por eso, quizás, se entienden tan bien.

Gallardón asaltará el PP y, visto lo visto, el PP se dejará. Solamente saldrá Esperanza Aguirre a intentar frenar a Gallardón, pero ya será demasiado tarde. Todo el aparato del partido, todo lo que salga de Valencia, va a ir encaminado a la posterior gloria y caudillaje del alcalde de Madrid. La pregunta es, ¿pagará el tributo al presidente de honor del PP dejando a su mujer como alcaldesa?. Sinceramente a día de hoy la vileza no es una opción posible dentro del PP sino un imperativo casi moral. Que nadie lo descarte.

viernes, 13 de junio de 2008

DE LA MOCIÓN DE CENSURA A LA PUÑALADA AVIESA

Ya es viernes y la huelga sigue adelante. Parece ser que este gobierno zapateril no tiene prisa en poner fin al colapso ya más que palpable, y más que lo será si esto sigue así, que se puede sentir con claridad tanto en los comercios, como en las gasolineras, como en la vida cotidiana de los españoles. Y, por si faltara algo, ayer aparece Feijoó respaldando al presidente de los armadores de Vigo que hizo un alegato pasional a favor de la violencia contra el gobierno. Esta es la oposición del Partido Popular, algo que cuando hablan es mejor que callen y cuando callan no se sabe si pedirles que hablen. Claro, que siempre estarán los vasallos rajoyistas alabando las bondades de Rajoy y la contudencia casi artítistica en la oposición de Soraya, con argumentos que dan más risa que pena cuando no más pena que risa.

La cuestión es que tal y como están las cosas, y tal y como está gestionando el gobierno la huelga, peor imposible, si en España existiera un Partido Popular como el de Aznar en el 93, por ejemplo, Zapatero estaría ya contra las cuerdas y, probablemente, con una moción de censura en marcha. Porque es probable que si el PP presentase una moción de censura se perdiese, pero esto sería lo de menos, siendo lo realmente importante la actuación de la oposición censurando a un gobierno incompetente y mentiroso hasta la médula, y dando a conocer a los ciudadanos su alternativa y sus soluciones para una huelga que ya empieza a ser insoportable por parte del grueso social.

Pero claro que el PP no está ahora para mociones de censura, porque demasiado trabajo tiene Mariano Rajoy en dar puñaladas aviesas, precisamente, al sector más decente del PP, sector que parece ser que aún no se ha dado cuenta que mientras esté Rajoy en el partido ellos sobran. Si no que se lo pregunten a Carmelo Barrio, que después de la patada a María San Gil no comprendió que Rajoy es de todo menos fiable, y no tuvo otra cosa que hacer que llamarle para comunicarle que iba a presentarse como candidato al PP vasco y lo iba a anunciar en una rueda de prensa. Lógicamente media hora antes de la comparecencia de Carmelo, Génova 13 emitió un comunicado dando a conocer la buena nueva del alumbramiento del candidato de conseso en la comunidad vasca ¡que no era Carmelo!... sino Basagoiti.

Lo mejor de todo, claro está, es cuando el candidato de Génova dice eso de que buscará el consenso, que caben todos, que nadie sobra... prueba inequívoca de que lo que sobra es su candidatura. En esto como Mariano, la misma canción, cuando lo que realmente pasa es que tienen mala conciencia e intentan maquillar la fechoría con buenas palabras. Claro que a Rajoy le sale medio bien regalando puestos y cargos a todos, pero no sé yo si muchos populares de la comunidad vasca van a tragar con esta candidatura por la espalda de Mariano Rajoy. Aunque bueno, siempre se podrán dar con un canto en los dientes de que no haya sido Alonso, que tampoco es muy diferente a Basagoiti pero suena peor.

El fondo de todo esto, la parte realmente lamentable, es el cambio, las fisuras, la traición a los muertos y a los valores, que ha emprendido el PP vasco como en su día hizo el PSE, con la defenestración de Redondo Terreros, exactamente lo mismo que ha hecho Rajoy con María San Gil. Y es que esta historia ya nos la conocemos.
Muchos nos asombrábamos que fuese Jaúregui un ferviente defensor de la rendición ante la ETA, del diálogo con Batasuna, cuando ha sido perseguido y objetivo de toda la banda abetzale. Por no hablar de Eduardo Madina, en silla de ruedas por culpa de un atentado pero llamando en su blog terrorista a Ángel Acebes mientras defendía el diálogo con los terroristas. Pues bien, ya estamos viendo que esta indignidad, que esta traición a todo y a todos empezando por uno mismo, no es cosa exclusiva del PSOE sino que también existe ya en este PP que Rajoy está creando y que no lo va a conocer ni la madre que lo parió, padre en este caso, padre aznarí que asiste mudo y callado a la deriva institucional e ideológica del que antaño fue su mansión faraónica donde pastoreó como quiso sin que nadie le tosiera, con el final que todos sabemos y que ahora estamos pagando.

Rajoy no es que cambie principios por poder, sino que cambia principios por pura autosatisfacción, en una exibición de onanismo que se plasma en la perversión ética, moral, ideológica y ya hasta personal de Mariano Rajoy. Y esto es un cáncer que se extiende por todo el partido reflejándose de la manera más cruda allí donde ser miembro del Partido Popular no es un "chollo", que así le llama Rajoy a la política, sino una lucha por la libertad, por España y por unos valores que se acaban pagando, muy asiduamente, o con la propia vida o con una vida rodeada de escoltas y miedo que no es, precisamente, el sueño de todo ciudadano. Pues bien, ahora gracias a Rajoy en la comunidad vasca ya solamente quedarán héroes sueltos, no un partido que honraba a la memoria de Miguel Ángel Blanco, que total ya está enterrado y además Rajoy lo dará por amortizado. Siempre quedará, claro está, en esto de la cuestión nacional UPyD, con su referente inevitable de Rosa Díez. Pero es tan trsite ver como ha sido precisamente el PP quien ha vendido por nada a Miguel Ángel Blanco, a Gregorio Ordónez y a todas las víctimas que han caido por defender las siglas del PP, que si muchos de los silentes y desaparecidos tuvieran un poco de decencia y de decoro, además de vergüenza y del sentido de la responsabilidad, saldrían de su mutismo para echar a Rajoy y a toda su banda de palmeros a la calle. Es, como mínimo, lo que se merecen. Pero que nadie dude que Bulgaria será un clamor al líder omnipotente y onmipresente, en las derrotas claro, que es Mariano Rajoy.

jueves, 12 de junio de 2008

EL SUEÑO DE MARIANO

No siempre las cosas llegan cuando uno más las necesita, si no que se lo digan a Rajoy que debe de estar lamentándose todos estos días porque esta huelga radical y salvaje no se hubiese producido a un mes o unas semanas antes de las elecciones. Y es normal, porque la única esperanza que le queda al déspota gallego, ojo no confundir con Fraga, es alguna catástrofe de tipo económico que lleve al PP en volandas al poder después de todas las fechorías que ha perpretado y consentido desde unos meses a esta parte el siempre discutido líder del Partido Popular.

No obstante, se le nota a Rajoy feliz y tranquilo, ahora que sabe que Bulgaria será un paseo militar donde le lloverán rosas y claveles en cada metro cuadrado que pise. Jamás se habrá visto un ejercicido de cinismo colectivo más acomparsado que los vitores que recibirá Rajoy por los mismos que dentro de año, o año y medio, lo echarán a patadas siempre en nombre de la nómina que verán amenazada a perder.
Lo mejor de todo, no obstante, es la inicial disposición de Rajoy para integrar a todos, porque nadie sobra en el PP, incluso los que han sido detractores míos, como Juan Costa o Esperanza Aguirre. Yo no sé si esto sería más un ejercicio de estupidez política o de candidez personal, pero sea como sea sería algo bastante chocante que personas como la lideresa o Juan Costa estuviesen incluídos en las listas de alguien que le invitó a una a irse del partido y ha torpededado al otro todo lo que ha podido, eso sí, siempre sin dar la cara. No es, precisamente, Rajoy un político valiente.

Claro que en política cosas peores se han visto, y quien nos dice que es imposible ver a Esperanza y Gallardón bajo un mismo techo personal, el de Rajoy. La cuestión es que si ya sobreviven a duras penas en un mismo partido, ya en una estructura destinada a servir a Rajoy, porque Rajoy solamente quiere a los demás para que le sirvan, la convivencia sería bastante difícil. Aunque, visto de otro modo, tal vez muchos piensen que estar dentro de la organización del partido sea un aval importante para suceder a Mariano dentro de poco tiempo. También puede ser, y no debe descartarse, que la situación económica se torne tan insufrible que Rajoy tenga posibilidades reales de ganar las elecciones y decida llegar hasta el final.

Sea como sea, nadie puede negar que tal y como está el patio España necesita una alternativa real y solvente a un zapaterismo que a los pocos meses de refrendarse en las urnas está ya ciertamente bastante quemado. Esta huelga de los camioneros amenaza con llevarse por delante todo el tinglado político del PSOE que no pudo derrotar Rajoy en 4 años. Pero, como decía, España necesita una oposición preparada y coherente para empezar a gobernar si las cosas se tuercen mucho y las elecciones se anticipan. Es verdad que esto es hilar demasiado fino, y más depués de hacer celebrado unas elecciones hace escasos meses, pero como la inutilidad de Zapatero es algo más que una leyenda urbana, si las cosas vienen mal dadas la magnitud del desastre que se montará será tal que no quedará más remedio que una salida electoral como vía de escape. Pero, insisto, esto ya es hilar demasiado fino.

Empero, también puede ser que las aguas vuelvan lentamente a su cauce y que Zapatero acabe teniendo suerte y conservando una cierta tranquilidad social que le permita seguir en sus sueños zapateriles. En este caso que nadie dude de que la situación interna del PP se empezará a pudrir de una manera que ni Soraya ni su bola de cristal podrán detener. Por el momento hay 3 elecciones a la vista que serán, muchos lo desean así, la tumba definitiva de Rajoy, un político perdedor que se resiste a abandonar la poltrona con uñas y dientes. Gallegas, vascas y europeas, mal pintan para Rajoy, aún en el caso de que la economía siga dando reveses al optimismo antropológico zapateril. Feijoó no hay quien lo trague, en el PP vasco puede arder troya, y en las europeas hay muchos esperándolas para decirle a Mariano, para recordarle, que la mayoría de los votantes del PP no lo quieren.

En fin, tiempos convulsos corren para Zapatero y para los españoles, pero por mucho que Rajoy ya desfile hacia Bulgaria con las tropas aseadas y entonando la melodia del vencedor, haría bien en recordárse a sí mismo, aunque fuese calladamente, que poco mérito tiene una victoria donde uno es juez y parte y, además, no lucha contra nadie.

miércoles, 11 de junio de 2008

COLAPSO INSTITUCIONAL

Ya se sabe que cuando va en demasía el cántaro a la fuente, éste se acaba rompiendo. Y pronto se le ha roto a este nuevo gobierno zapateril que acaba de salir de las urnas y ya está colapsado al nivel de una dictadura bananera de décadas de vida, maleada, sin palabras ni soluciones para los problemas de sus ciudadanos. Lo que se está viviendo con la huelga del transporte no es, solamente, una actitud de los huelguistas que ya empieza a rayar en lo golpista, sino la ineficacia absoluta e insufrible de un ejecutivo que ha vivido durante 4 años de la herencia y la inercia de la política y que ahora que le estalla en sus manos los frutos que el mismo Zapatero fue sembrando, no sabe ni por dónde salir ni, lo que es peor, como defender el bienestar social y la seguridad ciudadana.

Es evidente que los camioneros tienen todo el derecho a manifestar sus quejas y a exigir soluciones al problema de que a muchos no les sale rentable trabajar. Pero digamos que los huelguistas han sobrepasado su derecho de huelga para empezar a atentar contra derechos fundamentales de los ciudadanos y poner en cuarentena a las fuerzas de seguridad del estado, que asisten impávidas a la demostración de fuerza de los huelguistas que saben, y muy bien, que el gobierno no quiere abrir el teledirario con la guardia civil repartiendo palos a diestro y siniestro.
Pero por mucho que Zapatero esté desaparecido y la ministra de fomento llegue a punto que resulta incomprensible su permanencia en el ministerio, si esto sigue así algún día más, el panorama social será tan crítico que la inicial huelga del transporte puede convertirse en una huelga general de manera pasiva o en un enfrentamiento campal entre los huelguistas y los ciudadanos que no tenemos que ser los que paguemos las consecuencias.

Menos mal, eso sí, que tenemos a Mariano Rajoy dispuesto a solucionar los desperfectos de la negra tormenta que ya asola nuestras vidas de españoles, pues hay que reconocer que en una democracia es tranquilizador que ante un gobierno tan inepto, tan ineficaz y tan peligroso como el de Zapatero, tengamos una oposición preparada, unida y con las ideas muy claras para consolar a los españoles que asisten desesperados a la inacción de las institucionas gubernamentales. Ahí tenemos, por ejemplo, a Soraya, denunciando que el gobierno nos va a subir la inflación. Por no hablar de Rajoy, que está exahusto de hacer oposición a Zapatero. Quien le iba a decir al PP que pocos meses después de las generales, iba a tener al recién formado gobierno contra las cuerdas de una manera tan espectacular.

Bueno, vale, es verdad que ni siquiera la oposición está ni se le espera, pero por lo menos sería bonito que el Partido Popular hubiese existido y existiese en estos momentos de caos donde nadie sabe muy bien a qué agarrarse. Por lo menos, cuando el felipismo saqueaba España y alcanzaba una tasa de paro del 23% enfrente existía una oposición que explicaba sus políticas y sus soluciones. Esto, por lo menos, daba un punto de esperanza a muchos de que algún día la situación podría cambiar, y no pudrirse eternamente. Pero ahora es distinto. Con el país al borde del colapso por el pulso de unos caminoneros, con un gobierno desaparecido no por cobardía, que también, sino por manifiesta incompetencia, también tenemos a una oposición ensimismada en sí misma y autoadorándose con el fondo búlgaro de Valencia como protector de pantalla rajoyesca.

Qué habremos hecho para merecernos a Zapatero, decían muchos hace 4 años. Pues bien, como todo lo que puede empeorar, empeora, ahora podemos decir, sin temor a exagerar, qué habremos hecho para merecernos a Zapatero y Rajoy.

lunes, 9 de junio de 2008

LIDER NATURAL, SIN CONSERVANTES NI COLORANTES

Aún no ha pasado el cónclave soviético de Valencia, y ya están hablando todos del congreso que debe producirse en el 2011 para nombrar candidato a la presidencia del gobierno por parte del PP. Prueba inequívoca de que aquí todos sabemos que a Mariano Rajoy le quedan pocos telediarios, y muchos, incluído Costa, en vez de quemarse innecesariamente en Valencia prefieren nadar y guardar la ropa para dar el salto en el supuesto congreso del 2011, y es que ya se sabe, quien desembarca en Normandía no desfila en París, aunque esta Normandía popular tengo muy poco de desembarque. Y veremos a ver si el déspota gallego, ojo no hablo de Fraga, no se inventa alguna "rajoyada" para eludir ese supuesto, soñado, deseado y pasional congreso del 2011.

Por si acaso, ya ha dado el pistoletazo de salida Alberto Ruiz Gallardón en su entrevista dominical de "el Mundo", pues aunque ahora es lo mejor para el PP y para España que Rajoy sea presidente de mi partido y del gobierno, en el 2011 se eligirá al líder "natural" del PP para encabezar el asalto al poder monclovita. Adviértase como afirma que Rajoy así salga de Valencia investido césar eterno de la derecha, en el 2011 no va a haber más remedio que elegir a Gallardón como cabeza electoral. No es hilar muy fino, es que más claro, agua.

No obstante, ya está Rajoy ayudando poco a poco a labrarse el mármol de su lápida política al seguir ejecutando esa gira por provincias que está dejando un legado horroroso por el cual, seguramente, se le recordará al eterno gallego perdedor, que perdía y perdía una y otra vez pero no quería irse. En esto es normal que Arenas apoye a Rajoy hasta con su vida, hasta la muerte le falta decir, ya sabemos todos que el cacique andaluz comparte con el déspota gallego la afición común de perder unas elecciones tras otras. Y eso que Javier nos dijo a todos que se iría de la política cuando Aznar se fuese, y ahí está, no en su casa precisamente, ya se sabe que cuando los amigos nos piden que no nos vayamos, uno no puede ser cruel y despiadado y... hay que quedarse. Lógicamente hablo de Arenas, no de Aznar.
Pero decir precisamente en Cataluña que el PP debe dialogar con todos para mejorar los resultados en los dominios del PSC, no se sabe si es una muestra de ingenuidad voluntaria o de estulticia autoinducida.
Ahora resulta que ha descubierto Mariano que para que su partido gane votos en Cataluña, tiene que dialogar con aquellos que firmaron el pacto del Tinell; o si no con aquellos que firmaron ante notario que no pactarían con el PP. En resumen, con todas las fuerzas de Cataluña que están, con la excepción de Ciudadanos, con el objetivo irrenunciable de separarse de España. Pues bien, con estos tiene que dialogar Mariano Rajoy. Yo supongo que, después de esto, Vidal Cuadras dirá públicamente que no avala a Mariano porque ya ha dejado clara su postura respecto a Cataluña, en particular, a su idea de España en general. Malo sería que a estas alturas nos fallase también el símbolo irreductible de Vidal Cuadras.

Aún así, Rajoy podrá respirar en su ocaso político tranquilo porque sabe que Costa no se va a presentar. A fin de cuentas siempre es agradable tener una muerte política pausada y apta para fumar un puro mientras se saborea.
Arenas dice que después del congreso de Valencia saldrá un PP mucho más fuerte y un Rajoy mucho más líder. Pues bien, ya sabemos que hasta Arenas sabe que será al revés. Después de Valencia vendrá una etapa donde las turbulencias, las conspiraciones y la lenta pero inevitable muerte de Rajoy, hará del Partido Popular un partido con el riesgo más que evidente y más que real de caer con su propio enterrador, sin que la culpa en el caso de que llegase eso a suceder, la tenga por completo el enterrador rajoyesco.

Hace bien Costa en no presentarse, hace bien Esperanza en pasar de Valencia. Todos parecen dispuestos a entregar Valencia a Rajoy a cambio de prepararse para la inevitable y desgarradora lucha del 2011. Lo que pasa es que mientras estarán 3 elecciones y 2 años, 3 podríamos decir, que harán que la legislatura actual sea la más corta en oposición de toda la historia de la democracia. Y esto, precisamente, en el momento más crítico del zapaterismo naciente, es decir, el momento justo donde o Zapatero es frenado en el 2012 o el zapaterismo pasará a la historia ya con vistas de propiedad exclusiva del futuro, más que negro, de todos los españoles.

viernes, 6 de junio de 2008

FRAGA NO TIENE INTENCIÓN DE JUBILARSE

Aunque la memoria histórica oficial del rajoyismo nos quiera hacer creer que fue Fraga el inventor del centrismo, qué duda cabe de que Fraga pasará a la historia, aunque está haciendo muchos esfuerzos por desprestigiarse a sí mismo, como el político más importante que la derecha franquista ha dado a la democracia. Porque Fraga sí que era un político procedente del franquismo, identificado, claramente, con el régimen que murió el mismo día que su creador, el generalísimo. Pero Fraga tiene en su haber no ser el responsable de ninguna matanza indiscriminada y miserable como la de Paracuellos, de la que sí es copartícipe Carrillo. Empero, ahí tenemos a Carrillo dando clases de ética mientras que cuando don Manuel pretende acercarse a alguna universidad le revientan el acto mientras le insultan. Son las cosas que tiene la España de hoy, tan desmemoriada que se ha hecho una ley de la memoria; y tan desvergonzada que hasta Rajoy nos quiere tomar a todos por tontos.

De Fraga, es verdad, se podrán decir muchas cosas, algunas muy malas, y el sello autoritario que lleva grabado en la piel a fuego lento si alguna vez intentó disimularlo, ya en el eclipse de sus mínimas facultades mentales todo sale a la luz. Fraga habla ahora más que antes, y lo hace, además, para quemar su último cartucho como el creador de todo este invento que es el PP: y es dejar a su eterno delfín, Ruiz Gallardón, como heredero universal de lo que en su día fue Alianza Popular y que, al paso que vamos, volverá a ser el PP, apenas un centenar de diputados y algunas autonomías importantes.
Por eso Manuel Fraga se dedica ahora a apoyar a Rajoy como el líder verdadero, cuando por todos es sabido del desprecio mutuo además que se profesan el uno al otro. Pero ni Rajoy se atrevió a quitar a Fraga antes de perder Galicia, ni Fraga quiere quitar del medio a Rajoy antes de tener atado, y bien atado, a Gallardón. Puede que sea este el último servicio a la causa que haga Manuel Fraga, pero si la memoria es justa, que en España suele ser lo contrario, a Fraga se le debería de recordar por muchas decisiones importantes y por una presencia política e intelectual en sus buenos años de vida que no ha tenido hasta ahora parangón. De ahí el famoso ciclón Fraga, el león de Villalba, también llamado, cuando entonces escuchar, ver, oír y tratar con Fraga te obligaba a estar en guardia no por si este se caía de un desmayo sino por si este te sacudía un bofetón.

Es una lástima, y esto hay que reconocerlo, que dentro de la grandeza de don Manuel no existiese esa virtud que tampoco es muy usual entre políticos de saber retirarse a tiempo. Y no creo que sea cosa de la edad, sino que la naturaleza de la especie política padece un especial síndrome de Peter Pan, no el de sentirse joven eternamente, sino el de sentirse o ganadores o imprescindibles eternamente. Qué duda cabe que este síndrome particular es de las pocas cosas que tienen en común Fraga y Rajoy.

Pero como la historia está para contarla, para conocerla, y no para manipularla, debería Rajoy recordar el famoso episodio de la visita de los 5 poderosos de entonces, a la residencia de verano de don Manuel, en Perbes. De ahí salió Aznar, y no la Tocino como tenía en mente Fraga. Lejos de criticar esa especie de dedocracia al estilo fraguista, el fondo realmente importante, el que se hace merecedor de aplauso, era el retiro voluntario de Fraga de la primera linea de su partido al ser conocedor, de manera consciente, de que su techo no podía ser rebasado por sí mismo, y no quedaba otra que dejar el cargo, que aceptar la realidad. A fuerzan ahorcan, podrán decir muchos, pero lo que le llevó a Fraga a renunciar y a aceptar la voluntad de aquellos que se acercaron a su residencia no fue, precisamente, la fuerza, sino un gesto de lucidez que debería de reportarle el reconocimiento de generosidad y de democracia, a su manera, a un político que no ha hecho en su vida otra cosa que mandar.

Objetivamente el gesto de Aznar, su retirada, pasará a la historia como un ejemplo, que no modelo, de abandono voluntario del poder. Claro que conforme pasa el tiempo y se analizan sus causas, sus cómos, sus por qué y, sobre todo, lo que vino después, se queda en algo más pequeño un gesto que, en su día, muchos españoles vimos como algo muy, pero que muy grande: abandonaba el ser más poderoso de España y en su momento más exitoso.
Pero con los años, tal vez el gesto de Fraga en Perbes encierre en sí más modelo que el de Aznar, aunque no se haya puesto nunca como ejemplo en la política. Fraga renunció al poder y, además, eligió como sucesor no a aquel que él tenía en mente sino a aquel que le pidieron 5 de sus principales dirigentes. ¿Se imaginan a Rajoy renunciando al poder porque asume que no da más de sí?, ya hemos visto su comportamiento. ¿Y se imaginan a Aznar esuchando a 5 de sus dirigentes más importantes y aceptando un sucesor que no era el que quería él? Aquí tenemos los resultados.

jueves, 5 de junio de 2008

HAY COSAS PEORES QUE GALLARDÓN EN EL PP

Ha sido hoy, en Onda Cero, donde Rajoy ha tenido a bien someterse a una especie de entrevista pasteleada por su ahora amigo Carlos Herrera que lo mismo está para un roto que para un descosido, y aunque hoy es rajoyista hasta extremos de manipulación informativa, sí, sí, Carlos, mañana quien sabe a quien le reirá los chistes, tal vez a Costa, que nadie lo descarte.

Pero Rajoy ha vuelto otra vez a hablarnos de centrar el PP, de la centralidad, y de huir de las esquinas, como si de vulgares rameras se tratasen los dirigentes del partido. Bueno, a lo mejor no lo decía en ese sentido, pero la mente humana tiende siempre a pensar ante ciertas expresiones lo primero que nos trae el instinto. Aún así, lo que más ha causado pavor entre la gente de la calle es su apuesta más que definitiva por Ruíz Gallardón, siendo esto, para muchos, algo más grave que echar a patadas a María San Gil y menospreciar de manera más que bochornosa a Ortega Lara.

Es verdad que Gallardón representa una opción política que poco o nada tiene que ver con el PP, aunque el ahora alcalde de Madrid lleve desde tiempos inmemoriales, casi desde la fundación de Alianza Popular, militando en la derecha creada e inventada por Fraga, aunque la particular memoria histórica oficial del centrismo rajoyista nos diga como quien no quiere la cosa que fue Fraga el que inventó esto del centro. Y esto en 1975, cosa que no impide que en pleno 2008 ya sigan pidiendo la vuelta al centro, la centralidad, del Partido Popular.
Es verdad que Gallardón ha traicionado a todos los valores y a todas las personas que se le han puesto a tiro en su lucha por el poder, mención especial a la traición no consumada contra Aznar en 1996 al conspirar junto a Polanco para ser él, Ruíz Gallardón, el candidato necesario para que el PP pudiese gobernar.
Pero siendo estos rasgos cualidades que le inhabilitan para optar a una presidencia del gobierno, amén de ser el candidato preferido de la progresía, no es Gallardón mucho peor que Rajoy y sus palmeros. No, no, simplemente es quien ha ido más lejos en el desarrollo teórico del centrismo, mano a mano con Arenas, aunque el andaluz no tenga el punto de cursilería arrogante que tiene el madrileño.

Pero yo no creo que haya que dejar de votar a Rajoy porque vaya Gallardón junto a él. Yo creo que hay que dejar de votar a Rajoy, primero, por el propio Rajoy, un peligro público para la democracia, y luego por actitudes tan infectas y despreciables como la tenida por el líder popular y sus palmeros con alguien como María San Gil, que vió morir en su propia cara a Gregorio Ordónez a manos terroristas. Solamente por este hecho Mariano Rajoy se habría tenido que poner de rodillas ante alguien que no solamente supera políticamente a Mariano, cosa no muy difícil, sino que está muy por encima, pero ampliamente, como referente moral y como dignidad personal en la política. Es evidente que esto a Rajoy le importa bien poco.

Dice Rajoy que sigue siendo el mismo, y que sus valores no han cambiado. Y que, además, no puede tolerar que desde fuera se insinúe, se le ataque por esto. El problema de Rajoy es que, quitando a sus palmeros, nadie le puede creer ya. Ha mentido tanto, que no puede confiar en alguien así. Quizás dice la verdad y sus valores fueron siempre estos que ahora vemos, con el agravante de que nos ha tenido más de 4 años engañados. Si es así ese mérito habría que reconocérselo.

Por esto mismo, que Rajoy le quiera entregar el partido a Gallardón no es lo peor de todo, sino el final del camino. Sin la expulsión de María San Gil, sin la presencia de personajes impresentables como Soria en el PP, sin nombramientos de sorayos y lasalles por doquier, o la defenestración de políticos como Acebes o Zaplana, Rajoy no podría servir en bandeja de plata el PP a Gallardón, el eterno aspirante a ser el presidente de todo y de todos.

miércoles, 4 de junio de 2008

COSAS MÁS RARAS SE HAN VISTO

Después de que un candidato de color con Hussein de apellido sea el elegido por el partido demócrata para la presidencia de Estados Unidos, uno ya tiene que aceptar que las sorpresas empiezan a ser un estado posible dentro de la alta política. Lo de color a estas alturas tiene ya poca importancia, pero yo confieso que cuando supe que se apellidaba Hussein a mí mismo me dije que ese tío, Obama, no tenía nada que hacer, y ya si encima tenía enfrente al último linaje presidencial de los demócratas, los Clinton cuya Hilary, no hace falta ni que lo diga, no tiene nada que ver con Ana Botella.

Sin embargo aquí en España no estamos para muchas sorpresas, y mientras la mayoría de los mortales asistimos como convidados de piedra a una crisis económia que va tomando tintes dramáticos sin que el gobierno parezca querer hacer nada contra ello, los habitantes del planeta Rajoy andan muy ocupados, después de injuriar y chulear a Juan Costa, en convencer al dirigente castellones de que vuelva al redil marianista del que nunca tuvo que haber salido. ¿Dónde mejor que con Mariano, querido Juan?, dicen ahora todos los palmeros rajoyistas con aspiraciones a un sillón más cómodo en el partido o en la oposición.
Pero quizás lo que Costa sabe es que ya no solamente es demasiado tarde sino que físicamente es imposible poder presentar en el congreso una lista alternativa a Rajoy, pues ya se ha encargado el déspota gallego, ojo no confundir con Fraga, en tener el 70% de los avales en su poder y hacer así practicamente imposible que ningún otro candidato pueda optar al número de avales necesario, aunque ya explicaron unos militantes de castilla y león como retirar el apoyo a Mariano. Seguramente no esperaban ya nada en el partido.

Lo que pasa, según cuentan por ahí, es que Costa va a escenificar una lista alternativa para disputarle el poder a Rajoy no en el congreso, sino fuera de él. Es decir, un grupo paralelo al rajoyista dispuesto a tomar el partido en el momento que las urnas se abran y salgan de ellas el descontento que, según parece encuestas en mano, existe entre los habituales votantes del PP. Todo, eso sí, dentro de la lealtad al PP y al proyecto común del partido. Lo malo es que, según Arístegui, ya no existe ese proyecto común en el PP y la culpa la tiene Mariano Rajoy. Aún así cuesta realmente entender como es posible que Gustavo hace pocas semanas saliese del despacho de Mariano lleno de buenas palabras y alimentos, para estallar precisamente ahora con todo lo que le tuvo que haber dejado claro a Rajoy durante su reunión. Y, en el caso de que se lo dijese, que no saliese ante los micrófonos a escenificar un mensaje que distaba mucho de corresponderse con la realidad.

Personalmente, y quitando el hecho de que Rajoy siga empeñado en ser el caudillo por la gracia de Dios del PP, lo peor que le ha podido pasar al partido durante esta crisis ya algo longeva, es el retrato que ha hecho cada uno de sí mismo dejando al descubierto grandes sorpresas. No digo esto, claro está, por Javier Arenas, no le llaman por casualidad arenas movedizas, sino que me refiero a dirigentes como Camps, Cospedal o Valcarcel, y eso que este último dijo que ya se iba de la política, que se han autonomionado como la decepción revelación de estos nuevos tiempos peperos. Por supuesto que personas como Alfonso Alonso o Soria, quedan a un lado de este análisis, ellos entran directamente en la miseria y la traición nauseabunda como forma de caminar por este mundo.

Yo sigo insistiendo que Costa no es el revulsivo que necesita el PP, quizás sea porque es, para mí, como para muchísimos españoles, un gran desconocido, y a lo mejor luego cuando se de a conocer levanta oleadas de pasiones y entrega popular. No lo sé. Pero si ya vamos a hablar de apuestas seguras a la hora de rescatar al Partido Popular del secuestro marianista en el cual se encuentra sumido, qué duda cabe que figuras como Esperanza Aguirre, Rato, María San Gil o incluso Mayor Oreja, son valores seguros a la hora de reactivar el verdadero fundamento del PP que no es otro que la defensa de la unidad de España y la política económica liberal, que, a fin de cuentas, fueron los culpables de la mayoría absoluta que en el 2000 obtuvo el Partido Popular, por mucho que Aznar, esa misma noche, se dijese, totalmente encantado de sí mismo, que la guerra civil había terminado.

Cosas más raras se han visto, es verdad, pero o mucha prisa se da la sorpresa americana y cruza el charco o de aquí a Valencia Mariano Rajoy llegará inmaculado para ser aclamado por sus fieles palmeros.

martes, 3 de junio de 2008

ENTRE COSTA Y RAJOY

Como siempre suele pasar, y es costumbre en España, el hervidero de versiones, rumores o sucedáneos sobre la reunión de ayer en lo que queda del Partido Popular, es algo que nos desborda no solamente de manera intelectual sino también de manera fisiológica. Y digo fisiológica porque hay versiones, artículos y confidencias que provocan en la persona que lo lee, realmente, una especie de náusea próxima al vómito que sólo se puede reprimir cerrando de inmediato la ventana de la web. Porque es cierto que no es novedad que la mentira y el servicio a una causa, por mala que sea, sea un invento actual para que algunos periodistas aspiren a una nómina mejor, pero siempre ha habido categorías hasta en la hora de mentir, porque puestos a mentir y a enrredar no todo el mundo sabe hacerlo.

Evidentemente no es mi propósito, hoy, analizar qué versiones pueden ser ciertas y cuales no; o, simplemente, analizar las versiones. La cuestión es que fuera de los dimes y diretes, existe una realidad que puede tomarse como referente para poner sobre la mesa la situación aproximada del Partido Popular, y es que si el futuro de la derecha española está entre Rajoy y Costa, futuro más negro no se ha visto desde los tiempos de Carlos II, el cual se fue al otro mundo sin dejar heredero mientras las potencias europeas se disputaban España como si de una subasta, pero a base de pólvora, se tratase.

Yo no sé si, al final, Mariano Rajoy podrá equipararse a Carlos II, porque quizás el gallego sí que tenga legatario pero no legado que legar, pero, y esto es una impresión personal, no es Juan Costa ni el Kennedy, ni el Churchill, ni el Aznar, que necesita el Partido Popular.
En este sentido, y sin que sirva de precedente, tienen razón los marianistas cuando esgrimen que muchos dicen No a Mariano pero no proponen una alternativa. Algunos van más allá y dicen, directamente, que no existe sustituto posible para Rajoy. Y este es un gran problema, que los pocos que quieren no dan la talla y los que darían la tallan no quieren ni oír hablar del asunto. En esto Rajoy está teniendo mucha suerte, porque que sea Juan Costa el que, precisamente, quiera canalizar el descontento social con Rajoy y las inquietudes políticas de muchos cargos populares, no es desde luego para alarmarse.

No obstante, es evidente que el PP necesita un nuevo líder, que Rajoy se ha descubierto no solamente como un eterno perdedor sino como un déspota a la gallega que no oculta con su socarronería calculada la misera que se esconde detrás de sus palabras, de sus actos y, como no, de sus silencios. No hay mayor ni más diamantino ejemplo del "talante" rajoyista que el trato vejatorio de acoso y derribo empleado por Génova 13 contra María San Gil. ¡Y lo mejor de todo es que los marianistas justifican la patada a María San Gil porque perdía las elecciones!, ¡Y lo dicen los palmeros de Rajoy, un ganador nato como todos sabemos! pero como aquí no parecen tener demasiada vergüenza los sorayos y los lasalles, pues el papel aguanta todo.

Yo creo, sinceramente, que Juan Costa no va a presentar batalla a Rajoy por dos cosas: la primera, que denunció ayer en la reunión, que es la dificultad para presentar una candidatura; y la segunda, la falta de apoyo manifiesto, por lo menos hasta lo que se conoce, a la figura del político castellonés. Vayamos por partes.

Desde que Rajoy anunció que iba a convocar un congreso del partido para que se presentara, frente a él, quien quisiera, ya dejó patente que no solamente no estaba dispuesto a irse sino que, además, iba a tomar todos los atajos posibles y poner en prática todo el juego sucio aceptable para que nadie osase disputarle la poltrona de la oposición. Rajoy sabía que si convocaba primarias y votaban todos los afiliados, le quedaría en el PP hasta que llegase el congreso, ni un día más. Por esto mismo convocó un congreso manejado por el aparato del partido para intentar hacernos comulgar con ruedas de molino y demostrar que nadie en el PP estaba dispuesto a disputarle el liderazgo porque todos, con más o menos reservas, aceptaban que no había vida posible más allá de él. Lógicamente, y por muchos esfuerzos que gastaran Rajoy y sus palmeros en convencernos de que eso de las primarias era algo no solamente ajeno al PP sino que no formaba parte ni de una cultura democrática, las irregularidades, atropellos, despotismo y prevaricación pólítica que se ha producido en el proceso de elección de los compromisarios y recogida de avales, han dejado al desnudo las miserias democráticas que presenta el Partido Popular no en su base social sino en sus dirigentes. De ahí que de las primarias extraterrestres al globo terráqueo pepero, hayamos pasado, progresivamente y tampoco en demasía, a la necesidad de que los militantes eligan al líder para que este se presente como legítimo y querido en el partido. Mariano, ni es legítimo, lo eligió un dedo, ni es querido, sólo lengueteado por sus palmeros hasta el día que ya exista otra superficie trasera que lamer.

No es el tiempo que falta hasta el congreso lo más difícil para Mariano, sino lo que viene después. Ya sabemos que Arriola se ha encargado de convencer a Rajoy y sus palmeros de que con el paso del tiempo y la crisis, los votantes del PP se olvidarán de todo esto y volverá a arrullarse en las manos de Mariano de manera pasional, como si de una reconciliación se tratase. Pero yo, realmente, no lo veo así, entre otras cosas porque existe un partido como UPyD donde pueden descargarse tantísimos votos estafados y agraviados por las maneras y las políticas del nuevo Mariano.

Quizás el PP pueda sobrevivir a Rajoy, cosas más heróicas se han visto, pero no cabe duda de que llegará un día donde tantas cosas que hoy se niegan ya saldrán a la luz y todos aquellos que hoy se declaran rajoyistas integrales ya criticarán y contarán las cosas de una manera muy distinta de como ha sido. Pero así es la vida, y más en política. Recuerdo que no hace mucho Esperanza Aguirre dijo algo que debería de haber tomado Rajoy como propio, y es que no quería adhesiones inquebrantables ni para ella. Empero, Rajoy es al revés. Y eso, que nadie dude, que tarde o temprano le pasará factura. Y quien sabe si fractura al PP.

lunes, 2 de junio de 2008

DECRECIENDO JUNTOS

Una de las cosas que más me llamaron la atención desde muy pequeño era un letrero que existía en la puerta principal del cuartel de la guardia civil de mi ciudad y que decía TODO POR LA PATRIA. Creo que a día de hoy si no han quitado esto estarán en proceso de madurar una iniciativa parlamentaria, a poder ser del PNV, para retirar este lema arcaico y fascista de todos los acuartelamientos de España.

Algo parecido, sin embargo, viene pasando en el PP desde que Aznar decidió nombrar, unilateralmente, a su sucesor; y en particular desde que Rajoy, después de perder por segunda vez, decidió no irse a su casa por el bien de España y de su partido.
Ya in illo tempore cuando el faraón aznarí estaba meditando de manera onanista el posador de su dedo, los candidatos in pectore a la sucesión, amén de enredadores de siempre como Arenas, ya se confabularon para asegurar que fuera cual fuera el sucesor, el partido debería de permanecer unido en torno a su figura, y digamos que esto así fue a pesar de ser elegido el candidato de nadie, es decir Rajoy, y a pesar de haber perdido de manera traumática el poder el 14-M, con 200 muertos aún encima de la mesa.
Desde entonces y hasta ahora hemos venido asistiendo a una contención específica de muchos cargos del PP donde ninguno, ni nadie, siempre públicamente, ha cuestionado o abierto el debate de la idoneidad de Rajoy para ser el líder del partido, aceptando como bueno alguien que recogía unidad y apoyo siempre basado en el radical rechazo de muchos sectores sociales, y del partido popular mismo, a la figura de Zapatero. En este sentido Rajoy tiene que agradecerle al presidente socialista sus políticas erróneas y que despertaron una conciencia social donde lo importante no era a quien votar, sino a quien votar para echar a Zapatero. Y, en este sentido, nadie estaba mejor posicionado que Rajoy, lógicamente.

Pero la derrota del 2008 abrió un panorama en el Partido Popular donde el liderazgo de Rajoy ya pasaba de no ser discutido a esperar su renuncia para no discutirlo, y como Mariano decidió no renunciar, las aguas empezaron a tornarse turbulentas, y no digamos ya con los primeros pasos políticos de la nueva etapa rajoyista, donde todo mediocre tiene su asiento y todo pelota tiene su elogio. Además de otras muchas fechorías.

Cuando Rajoy afirmó que él no tenía la culpa de la derrota, ya empezaron a sonar ciertas alarmas visuales sobre el estado mental y moral del gallego. Pero ya cuando dijo que se quedaba por el bien de su partido y de su país, el sonido de las sirenas acústicas advirtiendo el cesarismo naciente ya fue ensordecedor. Y de aquí, hasta ahora, todos sabemos el recorrido y lo pasado, y lo que puede llegar a pasar, siendo responsable, de manera directa e ineludible, Mariano Rajoy Brey.

Seguramente existían muchos lemas para titular el congreso a la soviética que va a celebrar el PP, pero el lema elegido "creciendo juntos" no es, precisamente, el que más favorece a la imagen del partido sin que suene, ciertamente, a pitorreo y burla hiriente. A lo mejor es el lema de Cospedal, para la cual la pérdida de un millón o dos millones de votos no le preocupa en demasía. Hay que reconocer que en toda esta historia del rajoyismo despótico, Cospedal ha sido uno de los mayores fraudes y sonadas decepciones que se han revelado en el PP.
Pero la realidad es que ni el PP está creciendo, ni en el PP están juntos. Más bien revueltos, que es distinto, pero juntos, lo que se dice juntos, no.
Suele pasar que muchos están esperanzados en que llegue el congreso, se cierre sin sobresaltos, y el tiempo y la distancia haga olvidar a tantísimas personas que, a día de hoy, han decidido no votar más al Partido Popular. Sin embargo, esta opción se puede decir que ni siquiera es una opción, sino directamente un suicidio que ni los más viejos del lugar pueden recordar en la rica historia de conspiraciones y líderes derrotados que cosechó Alianza Popular.

Nadie puede dudar que de aquí al congreso, aún quedan unas semanas, puede pasar cualquier cosa, pero el propio Juan Costa ha puesto de relieve algo que todos sabemos, en especial los militantes del PP, y es que presentar una candidatura alternativa a Rajoy puede ser, sencillamente, imposible. Y es que cuando un candidato es, a la vez, el presidente del partido, pues lógicamente, en la lógica despótica de Rajoy, utiliza todos los medios y los consortes del partido para hacer campaña e impedir, así como quien no quiere la cosa, una lista alternativa. Que nadie dude que si Rajoy nombra una gestora para un congreso o unas primarias, esto último sería miel sobre hujuelas, a día de hoy no sería Rajoy el candidato búlgaro para seguir alargando y agrandando, aún más si cabe, la crisis popular.

Siempre quedará, no obstante, la postura de aquellos dirigentes que no verán con buenos ojos a Rajoy pero para los cuales la unidad del PP está por encima de todas las cosas. Craso error. ¿Qué es eso de la unidad del partido por encima de los principios y los valores?, pues, eufemísticamente, el poder por encima de toda decencia y dignidad. Más o menos como el centrismo, excusa perfecta de todos aquellos que estarían dispuestos a renunciar a los valores por los que han sido votados con tal de tener cuaqluier poltrona que calentar y cualquier despacho que disfrutar. Ahí tenemos, entre otros, a Feijoó, dispuesto a pactar con el BNG pero sin renunciar a los principios, esto es, renunciando a los que haga falta, pero ni uno más, eso sí.

Pero tanto Rajoy, como Gallardón, como Arenas, parecen desconocer, cosa normal en seres superiores como ellos, que la mayoría de votantes del PP no creen que la unidad del partido esté por encima de los ideales. Ni siquiera son como los votantes de la izquierda, para los cuales está el partido, o el odio al PP, por encima de cualquier cosa, ahí tuvimos el ejemplo en 1993, con la victoria inesperada de Felipe González. Entre otras cosas porque muchos ex votantes del PP ven con agrado la abstención y otros ven con alivio la opción de UPyD. Claro que muchos centristas del PP y políticos a sueldo del líder que toque, dirán que UPyD es un partido de izquierdas, y que los votantes del PP, ahora sí, son de derechas, porque claro, si son de centro, pues sería hasta normal que votasen a UPyD. Pero que nadie se equivoque, Rosa Diez presenta un activo que es lo que llama de manera insistente a votarla por parte de los desencantados del PP, que ya son muchedumbre, y es la defensa de España y su dignidad con un arrojo y una valentía que contrasta, precisamente, con la cobardía e indignidad que exhiben, a día de hoy, Rajoy y sus palmeros, los cuales no tienen otra cosa que decir, con la que está cayendo, que "crecemos juntos".